Tras los escasos logros de su política de diálogo con el gobierno, ahora la burocracia indígena convoca a manifestaciones.
Miércoles 29 de noviembre de 2017
Foto: El Comercio
Desde este lunes y durante dos semanas, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) realizará una “marcha nacional por un diálogo con resultados”, una movilización que intentará convocar al movimiento indígena para presionar por avances en los reclamos expuestos al inicio del mandato de Lenin Moreno.
Cerca de 500 manifestantes partieron a pie desde la ciudad de Puyo en la Amazonía, y tienen previsto llegar a Quito el próximo 11 de diciembre, sumando personas a lo largo del recorrido por la Sierra. La protesta fue lanzada luego que la Asamblea Nacional admita discutir sólo 26 de los 255 pedidos de amnistía que la entidad le pide al Estado, lo que expuso los escasos avances de la política de diálogo con el gobierno.
De la noche a la mañana, los dirigentes de esta organización indígena -considerada una de las más grandes de Latinoamérica- llaman a “estar en las calles”. Pocas semanas atrás defendían los acercamientos en el Palacio de Carondelet. “Nos tienen de reunión en reunión y de foto en foto”, indica el comunicado difundido ayer.
Sin embargo, fue la misma burocracia indígena la que aceptó esta propuesta de diálogo, ilusionada con que el nuevo gobierno les regale reivindicaciones parciales que mantengan tranquilas a sus bases. Alejados de toda combatividad durante meses, el sector dirigente juzgó conveniente para sus privilegios el imbuirse en la arena de la consulta popular, para así condicionar su apoyo político a los resultados del diálogo.
“Estamos reconstruyéndonos tras el flagelo que dejó Correa. Habrá un momento en que nos consolidemos y ahí se hablará de si las organizaciones apoyan a Lenín Moreno”, explicó Marlo Santi, dirigente político de Pachakutik.
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Foto: El Comercio
El aglomerado de consignas de la convocatoria muestra que siguen exigiendo la “institucionalización del proceso de diálogo” como mecanismo para el resto de lo reclamos: transporte comunitario, restitución de la Educación Intercultural Bilingüe, amnistía a favor de los criminalizados, políticas de apoyo a la agricultura campesina y libre acceso a las universidades. Una larga lista que dificilmente pueda obtenerse apostando por infructuosas negociaciones, en lugar de un plan de lucha sostenido.
La CONAIE llama a manifestarse “contra la corrupción” y por el “fuera Correa”, haciéndole el juego a las consignas de la derecha y del Gobierno. No marchan por las condiciones de vida de las comunidades, ni contra la estafa que la consulta propone para el Yasuní.
En lugar de denunciar el carácter legitimador del régimen de Montecristi que reviste al referéndum, negociaron con los actuales representantes de este mismo régimen que, por ejemplo, habilita al Ejecutivo a imponer proyectos mineros, sin importar cualquier decisión previa de las comunidades cuyos derechos dicen defender.
Ahora que el gobierno no cede, cambian sus banderas por las de lucha y pretenden erigirse como un actor político con fuerza en la mesa de negociación con los empresarios extractivistas. La casta burocrática indígena también quiere su tajada a cambio de contener cualquier desborde.