Un debate en torno a la campaña PROvida, “Con mis hijos no te metas”, a propósito de la implementación de contenidos escolares referidos a la educación sexual integral en todos los niveles educativos.
Jueves 1ro de noviembre de 2018 09:13
El debate que se desencadenó pocas semanas después del voto en contra en el senado, a la ley de despenalización del aborto, tiene como lema por parte de los sectores sociales ligados a la iglesia “Con mis hijos no te metas”, “A mis hijos los educo yo”.
Para profundizar sobre este debate y darle relevancia al mismo, presentamos entrevista a la psicóloga especialista en temas referidos al abuso sexual infantil, María Cristina Oleaga*.
Desde tu especialidad como psicóloga, ¿cuál crees que es el aporte que hace la ESI en las escuelas?
Una cosa es pensar en el aporte que debería hacer la ESI y otra es opinar sobre el que hace efectivamente. Por ejemplo: en Neuquén, 5to grado, están viendo la reproducción de los peces ya desde hace bastante tiempo, a pesar de lo que se espera para dicho nivel. Mi ámbito no es, de todos modos, el escolar, así que tengo un conocimiento indirecto de las fallas en la aplicación de la ESI, de sus carencias, etc. Es público, sin embargo, que la ESI no se aplica en toda la República, que las provincias más feudales la rechazan. Se apoyan para ello en el artículo 5to del Anexo 4 de la Ley 26.150: “Cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”. Es el punto que abre el espacio para las objeciones religiosas, por ejemplo, lo cual -sin duda- pone en primer plano el debate sobre la relación Estado/Iglesia en el contexto de los Derechos de Infancia y Adolescencia. No es casual que en aquellas provincias que rehúsan aplicar la ESI o que lo hacen de modo reticente se dan los más altos datos de embarazo adolescente.
Nosotros, los psicoanalistas, sostenemos que la prevención es discutible dado que existe en el ser humano -fruto de múltiples determinaciones subjetivas- la repetición. Es el obstáculo con el que lidiamos en los tratamientos, nos es muy familiar. Sin embargo, hay que hacer aclaraciones fuertes respecto de este tema cuando nos referimos a la infancia. El infante, en tanto sujeto humano, adviene más allá del nacimiento biológico, está en construcción. Depende para ello del otro primordial, de sus cuidados y de su palabra y de su amor. En este sentido, ese es el nido en el que surge y crece. Toda su evolución posterior está íntimamente ligada a ese origen pero -a la vez- está abierta a las circunstancias y encuentros -más o menos afortunados- que se sucederán. Es por eso que ponemos tanto énfasis en la Escuela y sobre todo en la Educación Inicial, primer relevo de la familia en ese recorrido. A diferencia de los adultos, marcados ya por la repetición, en el caso de la infancia, hay un porvenir que nos da un margen enorme para la intervención protectora en diferentes sentidos. La ESI entraría fuertemente en ese rango.
Hay un marco, además, que otorga un relieve muy válido a la ESI, se trata de la relación de confianza del infante con la palabra. Es un vínculo en formación, que merece toda nuestra atención. Cuando nos dirigimos a los niños y a las niñas, lo hacemos mediante el lenguaje pero también mediante una serie de signos que se manifiestan en nuestros gestos, en el modo en que transmitimos algo. La verdad con la que tratamos de comunicar, si bien puede no ser íntegra -por motivos complicados que son ajenos a esta ocasión transmitir- es fundamental para cimentar la confianza del infante a la palabra y con ello al adulto cuidador. Cuando la comunicación verbal manifiesta franco desajuste con nuestros gestos, cuando decimos o proclamamos lo que no sostenemos con nuestros propios actos, creamos brechas en su confianza. Si tuviera que decir -so pena de hacer una afirmación algo temeraria- de qué modo enferma, desde lo psíquico, el infante, diría que la mentira es una causa determinante, la pérdida de la confianza en quien lo cuida y educa. Es someterlo a un modo muy básico de desamparo. Es un muy buen motivo para que el infante se conecte, en el ámbito de la Educación Inicial, con los temas que se le presentan de todos modos como enigmáticos, tal como lo es la sexualidad. Más allá de estas consideraciones, podemos asegurar que la fantasía poblará sus teorías infantiles sobre el tema, pero la palabra oportuna siempre será un pilar en la construcción de su confianza y seguridad.
¿Cuál es el estado de situación del abuso sexual en nuestro país?
Si pensamos en términos cuantitativos, las cifras del ASI (Abuso sexual infantil) no son confiables ya que sólo tenemos datos de lo que se denuncia, la minoría de los casos. La mayoría son delitos intrafamiliares que haríamos mejor en nombrar incesto y que quedan desafortunadamente en silencio. Según la OMS, una de cada cinco mujeres y uno de cada 13 varones sufre alguna clase de violencia sexual. En la Argentina, un 70 por ciento de estos crímenes se cometen en el ámbito familiar.
Recientemente se reformuló el artículo 72 del Código Penal y se sancionó al ASI como delito de instancia semi pública. El ASI ya era delito de acción pública. Esto quiere decir que cualquiera, enterado de un delito así puede, y tiene obligación de hacerlo según el caso, denunciarlo. Lo que se modifica es que, anteriormente, esa denuncia sólo podía progresar a instancia de alguno de los progenitores o adultos responsables por el niño. Esta condición hacía imposible el avance de las causas en casi todos los casos de ASI intrafamiliar. La modificación actual implica que la instancia que puede continuar con la denuncia se amplía y cualquier persona podrá hacerlo, quedando el Estado obligado a continuarla.
Sin embargo, esta modificación no resuelve todo lo que hace de obstáculo a la prosecución de las causas. Tenemos que referirnos, para entender este punto, al carácter patriarcal de la Justicia. La mayoría de los delitos de ASI intrafamiliar son cometidos por sujetos masculinos. Las denunciantes son en su mayoría mujeres. Hay una falsa teoría, rechazada por todas las entidades profesionales que tienen que ver con el ASI, que logra –sin embargo- adquirir un lugar privilegiado en la Justicia. Se trata del SAP (Síndrome de Alienación Parental). Esta falsa teoría fue creada por un norteamericano, Richard Gardner, y es enarbolada hoy por todos los pedófilos. En un principio, se apeló a que los niños no eran confiables en sus declaraciones. Cuando la Psicología pudo probar que esta afirmación era falsa y mostrar que –en caso de haber dudas- hay instrumentos muy válidos para apreciar las declaraciones de los niños, se pasó a recusarlas mediante el SAP. La teoría sostiene que los niños que declaran, en su enorme mayoría, mienten fogoneados por sus madres, quienes, supuetsamente, encuentran así venganza contra sus parejas pues se han sentido ofendidas o heridas por ellos. Esta teoría es un disparate que, sin embargo, tiene todo su peso en la consideración de peritos y de jueces en nuestro país. Como no está avalada por los Colegios Profesionales, no se la nombra así, pero se usan sus argumentos en la mayoría de las causas. Es una gravísima deuda de la justicia patriarcal en su asociación con los lobbies pedófilos. Para empeorar las cuestiones, este año –como cada 10- toca renovar la lista de enfermedades aceptadas por la OMS para todo el mundo. Por primera vez han tenido la idea de funcionar como Wilkipedia, razón por la cual cualquiera puede entrar al sitio e ingresar su propuesta. Hay una actividad desenfrenada de los pedófilos para legalizar el SAP que no alcanzamos a compensar los profesionales que denunciamos su falsedad. La situación es crítica porque, si la OMS cede a esas presiones, todos los tribunales podrán tomarla como referencia ahora legalmente.
No voy a referirme, ya que supongo que no es la información requerida, a lo que significa el ASI en la vida de los afectados. El ASI es un crimen que degrada la dignidad y atenta contra la humanidad misma de la víctima. Debería, en este sentido, considerarse crimen de lesa humanidad y ser imprescriptible. Si vinculamos su incidencia con el peso que puede tener la ESI, según creo que es lo que me piden, veremos que es enorme. La ESI puede colaborar para abrir un espacio de debate entre los niños y los docentes, puede conectar de otro modo a los chicos con sus cuerpos, puede albergar un espacio de confianza con los adultos de la escuela que favorezca la declaración de los presuntos afectados cuando el espacio intrafamiliar no es un buen albergue para la misma. En el caso del ASI intrafamiliar, este valor es inconmensurable pues la Escuela termina siendo el único lugar que puede ser confiable para la víctima.
¿Qué opinión te merece la campaña “próvida” de desconocimiento de la ESI y cuáles serían sus consecuencias en cuanto al cuidado de las infancias?
Este tema merecería un largo preámbulo en relación con el estado de descomposición de la sociedad capitalista de hoy. Esta descomposición –que creo que no se me pide tratar- es la que favorece, como caldo de cultivo, las reacciones de odio y de violencia extrema con que se manifiestan ciertos grupos, entre los que se cuentan los que empujan la Campaña Provida. Podríamos encontrar múltiples ejemplos al respecto, así como ver su más amplia difusión en la campaña política del fascismo en Brasil, odio que allí ha determinado la muerte a muchos de los que consideraron como enemigos de sus tradiciones, de sus ideas de familia y de su sistema de propiedad.
En nuestro país, en ocasión del debate por la legalización del aborto, hubo toda una corriente opositora que basó su postura en la defensa de la vida por venir a partir de la concepción. He escrito varias cosas referidas a la particularidad de la vida humana y a sus diferencias con la vida entendida como mero hecho biológico, como es el caso de los animales. Los humanos se construyen a partir de operaciones que crean la subjetividad. Se trata de operaciones de deseo que, desde luego, pueden comenzar aun antes de la concepción. Es el caso de los embarazos deseados y buscados en los que el bebé existe ya en el deseo y en la fantasía de sus padres mientras lo buscan, cuando su pérdida fortuita determina dolor y duelo para ser elaborada. Por el contrario, más allá de la unión accidental de un óvulo y un espermatozoide, no podemos hablar de vida humana cuando se inicia un embarazo accidental que es rechazado. Desde luego, el deseo humano no es transparente y sus vicisitudes pueden determinar cambios, pero la negativa de una mujer a continuar con un embarazo no deseado no puede contradecirse, más allá de la escucha y el continente que se le debiera brindar a un momento tan difícil en su vida.
Los “provida” enfrentaron la posibilidad de legalizar el aborto con la consigna del privilegio de la educación sexual. Cuando esta ley no fue aprobada, comenzaron otra Campaña: la de luchar contra la ESI. Librados ya del peligro del aborto como decisión de las mujeres, tenían por delante salvar a la infancia del peligro de saber y poder, así, tomar luego decisiones sobre sus cuerpos. Asimismo, la posición heteronormativa, incluso homofóbica, y patriarcal que sustentan los hace rechazar todo lo que tenga que ver con la diversidad de género. Desde su mirada, en realidad, toda mención a la sexualidad amenaza con convertirse en prédica perversa. Es así que han difundido fake news (noticias falsas) que no son otra cosa que el desarrollo de sus propias fantasías sobre la ESI: que a los niños se les enseñará a masturbarse, que se fomentará la promiscuidad y se desconocerán las elecciones de género de los mismos, etc.
Los grupos originales provienen de sectores muy rancios del catolicismo, pero el aporte evangélico no ha tardado en aparecer. Si anteriormente me referí al odio que promueve este sistema, vale referirlo a las campañas Provida y a sus representantes evangélicos, así como se han desenvuelto en nuestro país, contra cualquiera que hiciera valer ideas diferente, así como han embestido en otros lugares de América, causando incluso la muerte de los que defienden los derechos de las mujeres y la diversidad de género. Por otro lado, estos grupos fascistoides reciben todo el apoyo de los sectores de poder pues sostienen el statu quo a toda costa y hasta sirven de grupo de choque para enfrentar a los que quieren cambios. La ESI es, en este sentido, una cuña peligrosa para todos aquellos que pretenden un cierre de la sociedad en el sistema patriarcal capitalista.
* Psicoanalista (UBA)
Miembro del Staff de la Revista El Psicoanalítico
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