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Red Internacional
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MILITARIZACIÓN DE CDMX. La Guardia Nacional merodea en Iztapalapa

La Guardia Nacional entra a la Ciudad de México vía Iztapalapa, de manos de las autoridades locales, quienes apelan a un cuerpo castrense que ha integrado a los viejos elementos represivos del anterior régimen.

Viernes 5 de julio de 2019

Este jueves la Guardia Nacional (GN) comenzó un despliegue en la alcaldía de Iztapalapa a pedido de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, con el discurso de combatir al crimen organizado y la delincuencia. Estos elementos iban vestidos de militar (y no con el uniforme blanco que se supone que los distingue) y con una banda negra en el brazo izquierdo, que dice Guardia Nacional. Así, comenzaron a operar de la mano del gobierno de la CDMX y de la alcaldesa Clara Brugada. Ellos se desplegaron en la colonia Desarrollo Urbano, donde se presentan altos índices de delincuencia y fueron desfilando por sus calles.

Sin embargo ¿qué se puede esperar de la GN? De entrada los habitantes de Iztapalapa no pueden esperar que la GN cuide de su seguridad cuando esta corporación está compuesta por los mismos elementos represivos de siempre. Tan solo hay que apuntar que entre ellos existen militares responsables de crímenes como la masacre de Tlatlaya, en la que 22 civiles fueron asesinados, el 30 de junio de 2014, en el Estado de México.

Pero no serán los únicos elementos desplegados en CDMX, recientemente el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció que miembros del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) serán integrados a la GN, para formar parte de la Unidad de Inteligencia. Con el discurso de “combatir a las bandas” que hacen llegar la droga a jóvenes y niños se incorpora a viejos elementos de dicho aparato represivo, algo que ha sido incluso aceptado por este gobierno al señalar que el Cisen era utilizado como órgano de espionaje contra opositores.

A esto habría que agregar que elementos de la Policía Federal (PF) que hoy se encuentran en un conflicto con el gobierno, exigiendo garantías para pasar a la GN y estar en óptimas condiciones para reprimirnos si protestamos o nos organizamos contra los planes del gobierno. Recordemos que la PF fue responsable de represiones como la hecha contra los estudiantes de la UNAM durante el fin de la huelga de 1999, en Oaxaca en 2006 donde sostuvieron a sangre y fuego al odiado gobernador Ulises Ruiz. En ese mismo año fueron señalados de tortura sexual contra varias mujeres cuando entraron en San Salvador Atenco, el 1ro de diciembre de 2012 cuidaron de que Enrique Peña Nieto tomara posesión fuera como fuera, además de que participaron de la violencia contra los manifestantes.

También hay otros episodios como el desalojo del plantón magisterial el 13 de septiembre de 2013, la masacre de Nochixtlán, Oaxaca en 2016, en la que la PF asesinó a ocho manifestantes, entre ellos pobladores y maestros. Entre otros abusos cometidos por la corporación policíaca, como el documentado en “El paso de la tortuga” de Guillermo del Toro, en el que se señalan a la PF y al Ejército mexicano por ser parte del ataque contra los normalistas de Iguala, Guerrero, del cual resultó la desaparición de 43 de ellos y el asesinato de seis personas.

Con todos estos antecedentes es difícil pensar que la GN va a cuidar de la seguridad de la población, su entrada a la CDMX vía Iztapalapa, es el primer paso para la militarización del país, en donde lo que menos importa es la seguridad de los trabajadores. Su presencia en las calles no puede significar otra cosa que terror y represión contra las mayorías, una medida de control contra la inconformidad social.

Por ello es necesaria la exigencia inmediata del regreso de las fuerzas armadas a sus cuarteles, que culmine con la desaparición de todos los cuerpos represivos, ya que ellos no están para cuidar de nuestra seguridad sino para defender los intereses de los de arriba.