La Cinématèque de Toulouse ha cuestionado desde hace años sobre el acompañamiento musical para las películas mudas, y explora posibles soluciones para este complejo problema. En el caso de este filme de Sergei Eisenstein, Pierre Jodlowski encontró una novedosa forma de orientar su investigación en el ámbito electroacústico.
Domingo 15 de octubre de 2017 19:02
Pierre Jodlowski es un compositor y artista multimedia, su música se encuentra marcada por su gran densidad y se ubica en el cruce del sonido acústico y el electrónico. Su trabajo se caracteriza por su anclaje dramático y político. Define sus composiciones como un proceso activo: en el nivel físico con gestos musicales, energía y espacio y en el nivel psicológico en relación con la memoria y la dimensión visual del sonido.
Confiesa que tardó 2 años en concluir este espectacular proyecto que conjunta la intensidad de la película con un sonido envolvente que juega con la mente para conmover e impresionar al espectador.
La Huelga (Statchka)
Por sí sola, es una obra maestra del legendario cineasta ruso Sergei Eisenstein. Un filme mudo en blanco y negro que en 73 minutos y seis partes relata la génesis y el desarrollo de una huelga en Rusia a principios del siglo veinte, motivada por el suicidio de un obrero, acto que comete tras ser acusado de robo de una herramienta que cuesta tres semanas de su salario.
Es entonces que sus compañeros frenan la producción y con obreros de otras fábricas elaboran un pliego petitorio que demandaba: jornada laboral de ocho horas, aumento salarial del 30% y buen trato por parte de la administración. A las que los patrones consideran ilegales y ridículas, sólo ofrecen buen trato si los trabajadores obedecen sus órdenes incondicionalmente. Como los obreros rechazan la respuesta avanza la represión, el hostigamiento, la persecución y las provocaciones de la policía hasta culminar en una masacre.
La Huelga es cruda y real; Eisenstein logra sacudir al espectador a través de su teoría para la puesta en escena del montage des attracctions un concepto creado por él, que incluye escenas burlescas de gran impacto. No da pie a pensar si el desenlace es feliz o triste porque en realidad transmite una invitación a organizarse y tratar de cambiar este mundo.
En Eisenstein el cine debe poseer un lenguaje, un discurso. Su concepto de montaje le hizo crear una sintaxis en la que el cine dejó de ser un mero espectáculo para convertirse en una reflexión profunda, un análisis de la realidad.
El reto musical
La fuerza de este filme requería un acompañamiento musical a la altura. Pierre Jodlowski, impactado por el trabajo de Eisenstein combina influencias de músicos referentes de la vanguardia rusa como Shostakóvich y Stravinsky, desde el principio se cuestionaba sobre el ritmo, la articulación y los gestos.
“Para mí LA HUELGA es como una pintura; una pintura que de pronto vuelve a la vida y el blanco y el negro se transforman en todos los colores. Para mí la fuerza de cada secuencia no puede ser disociada del resto de la película. LA HUELGA muestra los símbolos de un mundo con disturbios que adquieren mayor significado con el silencio del filme. También pasa ante nosotros su mensaje filosófico sobre los cuestionamientos del ser humano y el significado de la vida”
Jodlowski comenta que cuando vio este filme lo primero que pensó era en una huelga rusa en 1912 pero hoy concluye que LA HUELGA es atemporal, no tiene un tiempo ni lugar definido porque la situación que relata podría ser en cualquier lugar, las demandas así como la temática siguen vigentes porque tanto entonces como hoy todo lo que sostiene sus tronos [de la burguesía] está hecho por trabajadores.
Estas conclusiones orillaron al artista a ir a una fábrica para poder musicalizar una. Denuncia la crudeza de la vida de un obrero, donde aún hoy existe la criminalización de la lucha y la muerte de los trabajadores producto de las pésimas condiciones de trabajo.
El reto del arte
Actualmente el cine no genera impacto o análisis de este nivel. El arte comercial no se preocupa por transmitir una invitación a transformar el mundo, se limita a vender y limita a los artistas, no sólo en la creación sino en clasificar lo que es o no es “bello”.
El arte actualmente no está hecho para que los trabajadores y el pueblo pobre lo puedan disfrutar; es muy difícil -y costoso- tratar de acceder a otro nivel de cultura, es mucho más sencillo consumir las simplezas que se presentan en medios masivos. El Estado no garantiza el derecho a la cultura.
Pierre Jodlowski invita a que luchemos por alcanzar la libertad; los artistas tienen el reto de provocar y hacer algo diferente que haga frente a la actual cultura Mc Donald’s.
Aquí puedes encontrar una muestra del trabajo de Pierre.