Viernes 17 de octubre de 2014
El lunes se inauguró en el Teatro El Círculo la IX Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, que por primera vez se lleva adelante en Rosario. Hasta el jueves 16 participaron alrededor de 3.000 asistentes provenientes de 22 países distintos, y finalizará hoy17 de octubre. El evento consiste en charlas, exposiciones y premiaciones a los proyectos que logren “pensar colectivamente”, como plantea la decana de la Facultad de Arquitectura Isabel Martínez de San Vicente, “cómo rehumanizar la arquitectura”. Los premios otorgados apuntan a los proyectos arquitectónicos que demuestren un uso más racional de materiales y que sean adaptables a su entorno, en contraposición a las obras atadas a la estética faraónica.
Y por casa ¿como andamos?
En la apertura de la BIAU se hizo presente la intendenta Mónica Fein quien, muy entusiasmada, dijo que este evento fue un “reconocimiento a un proceso de planificación continuo, colectivo e integrador y a la aplicación de políticas urbanas que viene desarrollando la ciudad en un proceso inédito en el país y la región”.
Pero el centro de Rosario aún mantiene grandes monumentos de la arquitectura, comparables a la deuda que tiene con la periferia de la ciudad. La problemática que no se debaten en el BIAU es la enorme desigualdad estructural entre las ampulosas torres con vista al río Paraná, y la precariedad de la vida cotidiana del albañil que las construye, allí donde la intendenta Fein habla de “planificación” y “políticas urbanas”.
Vayamos a los números para ampliar el cuadro de situación. Según la ONG TECHO, se calcula que para el primer semestre de 2013, en el Gran Rosario (V.G. Gálvez, Baigorria, Pérez, Funes, Soldini y el departamento de San Lorenzo) existían 172 asentamientos informales, donde vivían alrededor de 50.500 familias. De estos 172 asentamientos, en el 94% predominan las conexiones irregulares a la red pública de energía eléctrica. En el 74 % los desechos son eliminados por desagüe a un pozo ciego, es decir, excavación a tierra sin cámara séptica. Sólo el 3 % (6 barrios) tiene acceso a la red cloacal. Con el acceso al agua ocurre lo mismo: el 75% de los asentamientos informales cuenta con una conexión irregular, solo el 9% tiene acceso al agua potable. El 97% utiliza gas licuado en garrafa como fuente principal de calefacción y cocina.
Más de la mitad de los asentamientos informales del Gran Rosario (51,7%) no cuenta con asfalto en ninguna de las calles del barrio, mientras que el 17, 4% de los barrios sólo cuenta con asfalto en la calle principal. Y solamente el 27% tiene un servicio de recolección de residuos estándar (provisto por el Estado y que cubra todas las calles del barrio).
El evento de arquitectura estuvo ajeno a discutir estos factores donde la realidad se impone concretamente. Luego de años de ganancias extraordinarias, años de especulación inmobiliaria y de encarecimiento de las propiedades, el BIAU es una muestra de excentricidades modernas que lejos está de plantear las problemáticas del pueblo que acarrea necesidades del siglo XIX.