La Conferencia Episcopal Argentina recibió a Cecilia Pando, y otros referentes de asociaciones que defienden a genocidas. Francisco nombró a la cúpula del Episcopado.

Rosa D’Alesio @rosaquiara
Martes 25 de septiembre de 2018
La semana pasada en la sede del Episcopado, presidida por el bergoglista Oscar Ojea, se reunieron obispos y defensores de genocidas. Los une a estos dos sectores la preocupación por la continuidad (aunque acotados) de los juicios por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar. El reclamo por la prisión domiciliaria para los genocidas detenidos, fue otro de los ejes de la reunión.
El secretario de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el obispo de Chascomus Carlos Malfa y el obispo auxiliar de Lomas de Zamora, Jorge García Cuerva, recibieron a organizaciones prodictadura, entre ellos la Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos que dirige Cecilia Pando.
Las agrupaciones que representan a los genocidas entregaron a Malfa una carta dirigida al presidente de la CEA, Oscar Ojea, en la que denuncian persecución política contra quienes actuaron durante la última dictadura.
En la carta sostienen que “los acusados están sometidos a juicios aberrantes en los que los jueces, olvidando su deber de impartir justicia, violentando normas elementales del debido proceso, mantienen a estos hombres, de edad avanzada, durante largos años con prisiones preventivas largamente excedidas, o sin ellas, para luego condenarlos en la mayoría de los casos a prisión perpetua, mediante sentencias inicuas, dictadas de antemano”.
El Episcopado por la reconciliación con genocidas
No es la primera vez que la CEA recibe a familiares y defensores de genocidas en su “santa” sede. Hace un año atrás, en la 113° asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, obispos de todo el país recibían a familiares de genocidas y a un reducido sector de familiares del terrorismo de Estado.
El motivo de esa reunión fue la "reconciliación" y la supuesta importancia de fomentar "la cultura del encuentro”. Según se comunicó desde la CEA, esta iniciativa debería entenderse como “un servicio al encuentro fraterno de los argentinos". El “servicio” parece más acorde a las necesidades de los genocidas que buscan impunidad, que del pueblo argentino y los organismos de derechos humanos que pelean hace más de 40 años por memoria, verdad y justicia.
En agosto de este año las autoridades de CEA, los obispos García Cuerva y Ojea, recibieron a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto, Lita Boitano, Taty Almeida, entre otros referentes de los organismos de derechos humanos, quienes le acercaron su preocupación por la campaña en defensa de los genocidas que viene realizando el obispo castrense Olivera.
Recordemos que el obispo castrense Santiago Olivera, otro bergoglista, envió una carta al diario La Nación , el pasado 16 de agosto, desde donde reclamaba por la libertad de los genocidas.
No es la primera vez que Olivera intercede a favor de los genocidas. En mayo de este año recibió a la presidente del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), la abogada Victoria Villarruel. El organismo defiende a los militares genocidas.
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Los amigos de Bergoglio
Jorge García Cuerva, otro bergoglista, llamado cura villero porque ejerció largos años en la villa La Cava de San Isidro, fue ascendido a obispo auxiliar por el papa Francisco en noviembre de 2017. Otra de las actividades pastorales del amigo de Bergoglio, se encuentra las realizadas en la penitenciaria, donde ofició como capellán en cárceles bonaerenses. Allí García Cuerva se mostró interesado por los genocidas en prisión.
El bergoglista Monseñor Oscar Ojea, presidente del Episcopado, también fue designado en su cargo por el papa Francisco.
Además Francisco es responsable de nombrar al obispo castrense. El cargo estaba vacante desde 2007. El gobierno de Macri por supuesto dio el visto bueno para restablecer este cargo que desde fines de marzo de 2017 es ocupado por Santiago Olivera.
Queda claro que los bergoglistas están detrás de la reconciliación con los genocidas, obviamente bajo la teoría de los dos demonios. Teoría que intentó volver a instaurar el Gobierno de Cambiemos. No pudo. Sin embargo la cúpula de la Iglesia, partícipe y cómplice del genocidio, no descansa en pro de este objetivo reaccionario.

Rosa D’Alesio
Militante del PTS, columnista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario; se especializa en temas de narcotráfico y Fuerzas Armadas.