Se sabe que la directora de La Jornada, Carmen Lira Saade, es parte del círculo cercano de la directora de Notimex, Sanjuana Martínez. Esta situación, aunado al nulo profesionalismo de Lira Saade y diversas contradicciones, ha conducido a un medio que antaño era reconocido por visibilizar las luchas sociales, recientemente ha sido un instrumento acrítico de legitimación de la 4T, el cual se ha lanzado virulentamente contra las y los trabajadores que sostienen una huelga legitima y legal en Notimex
Sábado 14 de noviembre de 2020
El pasado miércoles 11 de noviembre, las y los trabajadores que mantienen la huelga en Notimex colocaron un cuarto campamento de huelga en el domicilio de África 15, en la alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México. En esta ubicación operaba de manera ilegal la agencia de noticias del Estado mexicano, debido a que en su domicilio oficial se encontraba la huelga legal y legítima.
La dirección de Notimex violaba flagrantemente el derecho de huelga establecido en la Constitución mexicana al operar en esta sede pirata.
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Para poder levantar un cuarto campamento, diversas organizaciones, sindicatos, colectivos, trabajadores y trabajadoras solidarios acudieron al llamado que lanzó el SutNotimex.
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La Jornada, en cambio, esta mañana sacó una nota, firmada por la redacción, donde supuestamente el equipo jurídico de Gabssa, “presentó una denuncia penal contra el Sindicato Único de Trabajadores de Notimex (Sutnotimex) ‘por los delitos de allanamiento de morada, ejercicio arbitrario y los que resulten.’” [1]
No es la primera vez que el diario se lanza contra el SutNotimex, lo ha hecho sistemáticamente, ha estado al servicio de la línea política de Sanjuana Martínez contra la huelga. Tampoco es la primera vez que el diario voltea bandera a las y los trabajadores, en 2017 realizaron una huelga en la que dirección de La Jornada se comportó deshonrosamente e incluso realizó persecución política contra miembros del Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada.
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El sindicato tuvo nuevamente que volver a repeler este vil ataque contra un periódico que antaño sirvió para visibilizar las luchas sociales y ahora se ha convertido en un medio acrítico (salvo algunas honrosas plumas), apologista de un régimen subordinado al imperialismo, al capital financiero y a la oligarquía de exportación.
