Tras cuatro años de los despidos discriminatorios y persecutorios, las obreras lograron doblarle el brazo a la multinacional alemana. "Abran bien las puertas los patrones, que se quedan las pibas de Kromberg"
Viernes 20 de abril de 2018 12:55
Corría el año 2013 en el Parque Industrial Pilar,(PIP) con más de 200 fábricas y 30.000 obreros y obreras, es el segundo más grande de Latinoamérica. Allí, donde termina este gran monstruo compuesto por multinacionales en su mayoría, en la calle 24 se encuentra Kromberg & Schubert multinacional alemana, en aquel entonces contaba con un plantel de 700 trabajadores, el 80% mujeres.
Las condiciones de trabajo eran paupérrimas, categorías para nadie, ni aunque tengas 15 años de antigüedad, mujeres que perdían embarazos en las líneas de producción, líderes que se paraban con el cronómetro en la mano a tomar el tiempo en los puestos de trabajo, al grito de “corro y me adelantó”, despidos inmediatos si salías por ART algo muy común por los altos ritmos de producción, hernias de disco, tendinitis, túnel carpiano, etc compañeras contratadas por agencia durante mas de 12 meses, monedas corrientes.
Cansados de todo esto, un pequeño sector se empezó a organizar. Ante el primer pedido de categorías se presenta el sindicato plástico UOyEP, dan la gran noticia en asamblea estaban las categorías. Pero seguido a eso, en complicidad con la UOyEP, la empresa despide a 12 obreros y obreras que impulsaron el pedido, los despidos fueron disciplinatorios. Que nadie jamás vuelva pedir mejoras laborales.
Los y las obreras de Lila, son contundentes también. Ante al ataque paran la planta 2 días y al tercero paran al monstruo durante mas de 16 hs. Por primera vez en la historia el PIP es totalmente paralizado con la producción interrumpida en sus 3 turnos, ocasionando perdidas millonarias. Al ministerio de trabajo de Pilar no le quedó otra opción que dictar conciliación obligatoria. Pequeño triunfo. Todos adentro durante 20 días.
En lo que duró la conciliación el sindicato traidor junto a la empresa se encargó de maniobrar para dejar a los despedidos afuera. Termina la conciliación y se rectifican los despidos. Otra vez las obreras están a la altura y sin organización previa paran 12 días la planta bloqueando los portones. Con la solidaridad de cientos de trabajadores, organizaciones estudiantiles y de izquierda deciden visibilizar el conflicto, cortan Panamericana, Callao y Corrientes, organizan marchas al ministerio de provincia etc.
En esos días la empresa y UOyEP siembran el terror. Ofrecen algunas mejoras, elecciones de delegados inmediatas, pase a planta de todos los contratados, dia pago por hijo enfermo, chárter a destino, duplican el presentismo. Todo a cambio de que los despedidos se queden afuera, caso contrario amenazaban con que preferían cerrar las puertas e irse del país. La votación se pierde por muy poco. Hay que volver con la bronca entre los dientes. Viendo a los despedidos que iban a seguir luchando por la vía legal.
Pero en el 2014, después de que en las elecciones las gana la burocracia de forma fraudulenta el ataque vuelve. Pero esta vez con la patronal y la burocracia más organizadas. Con un stock y una comisión interna cómplice que responde a la empresa y a la burocracia abiertamente.
En plenas vacaciones cuando la fábrica cierra un mes, empezaron a llegar los telegramas. 54 despidos, eran la vanguardia. La primera línea era devastada. Ahora sí que el miedo reinaba en la planta. Con todas las condiciones adversas ellas se atrevieron y salieron con todo a ganarle la pulseada a la patronal. Después de represiones, numerosos bloqueos al PIP y otros tantos en el microcentro porteño, casi un año después Daiana Álvarez, Analía Martínez y Maximiliano Torres por primera vez en la historia de Kromberg y por segunda vez en la historia del PIP mediante una medida cautelar tienen que ser reincorporados en sus puestos de trabajo mientras se lleve a cabo el juicio de reinstalación.
Ese fue un triunfo parcial. Pero ahora 4 años después del despido persecutorio y discriminatorio el juzgado Nacional del Trabajo N°13 dictó sentencia. Declaró nulo el despido y condenó a Kromberg & Schubert a pagar una suma de dinero por salarios caídos.
Unas palabras de una de las compañeras reinstalarlas:
En estos 4 años pasamos por momentos buenos y malos, por ejemplo las represiones que sufrimos en nuestras marchas donde éramos la mayoría mujeres ver cómo cómo nos golpeaban. Nos tocó vivir en carne propia eso que jamás pensamos que nos iba a pasar a nosotras, adentro del trabajo también recibíamos violencia, por qué las persecuciones son violencia, nos tocó a nosotras y sobre todo a nuestro compañero Maxi. Nos tocaba cuidarnos entre nosotros. Los compañeros nos preguntaban como es posible querer doblarle el brazo a esta multinacional, para ellos era algo imposible. Pero a pesar de todos esos momentos llegó el alivio cuando nos dijeron que ya había sentencia. Nosotras estamos muy agradecidas por el apoyo, por habernos acompañado en cada marcha en cada reclamo.
Especialmente a nuestro pelado, Agustín Comas del CeProDH, que es un tipazo que siempre estuvo en todas, nos apoyó desde el primer momento. Por supuesto a todas las organizaciones que estuvieron con nosotros, al PTS y demás. A los estudiantes, a los laburantes como nosotros, a los independientes que también estuvieron ahí y no nos dejaron nunca por eso llegamos hasta este momento. Nosotras queremos que esto sea un precedente, para todos los que quieran luchar, unirse para defender sus puestos de trabajo. Creo que esto es algo nuevo para el PIP, algo que nunca pasó y queremos que esto les dé fuerza a todos los compañeros para luchar y no darse por vencidos y que sepan que se puede, que organizandonos y luchando juntos se puede doblarle el brazo a las patronales.
Sin dudas ésta historia continuará. A las obreras de Kromberg las despidieron bajo todos los gobiernos, desde el 2013 bajo el gobierno kirchnerista y hasta hoy con el gobierno de Macri, siguen enfrentando despidos que son ejecutados de la mano de la burocracia de la UOyEP. Por eso tienen en claro que solo pueden confiar en sus propias fuerzas. Por qué así han conseguido arrancarle a la justicia burguesa este triunfo, buscando solidaridad, uniendo su lucha a la de otros trabajadores y estudiantes y movilizadas en las calles.