Quienes se sienten parte de la lucha contra la impunidad de ayer y de hoy han perdido un gran compañero.
Jueves 14 de julio de 2016
Fotografía: María Paula Avila
Hace pocas horas falleció Enrique "Cachito" Fukman, referente del Encuentro Memoria Verdad y Justicia y de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD).
Cachito militó durante más de 40 años, antes del golpe y durante la dictadura, hasta ser uno más de los miles de desaparecidos en la ESMA.
Su lucha contra la impunidad de ayer se reflejó en los numerosos años del ’hoy’, que incluyeron leyes como las de Obediencia Debida y Punto Final con Alfonsín, los indultos con Menem y los juicios a cuentagota o nombramientos como el de Milani durante el kirchnerismo.
Como Cachito solía decir y transmitir, "nos desaparecieron por luchar, aparecimos para seguir luchando".
Estas líneas son un humilde homenaje para quien con un compromiso intachable enfrentó, incluso, el intento del gobierno anterior por subordinar a los organismos de derechos humanos.
Junto a él se llevó adelante la exigencia sin dudar de la aparición con vida de Jorge Julio López, denunciando a la maldita Bonaerense. Se impulsaron luchas como la de la libertad a los Petroleros de Las Heras. Con él se compartieron madrugadas en la Panamericana, durante la emblemática lucha de los trabajadores de Lear por su reincorporación, dejando una imagen imborrable para toda la Juventud del PTS.
Cachito, como pocos, hermanó su lucha contra la impunidad con la pelea de todos los trabajadores contra los despidos y la represión. Allí donde los jóvenes alzaban sus banderas y enfrentaron codo a codo a la Gendarmería de Berni.
Cachito era imparable. Durante los primeros meses macristas ya se venían enfrentando las políticas de ajuste del gobierno nacional, exigiendo libertad por Milagro Sala y desenmascarando el ajuste del Frente para la Victoria donde gobierna como en Tierra del Fuego y Santa Cruz.
Cachito es como un puente que la historia construyó para la juventud, que vive la lucha de los 70 por experiencias como las de él y tantos otros compañeros y compañeras.
Cachito Fukman, como los 30 mil, estará presente ahora y siempre.
¡Ahora y siempre!