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Red Internacional
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#NOCALLAREMOS. La Libertad de Expresión en el banquillo de los acusados

Sebastián Trapote Gutierrez era el Jefe Superior de la Policía Nacional en Catalunya hasta el pasado 6 de septiembre, cuando cumplió 65 años. Como tal, fue uno de los responsables del 1 de octubre. No lo digo yo; va implícito a su cargo.

Miércoles 12 de diciembre de 2018

Si buscas el nombre de Trapote, y rebuscas un poco más allá de las noticias del 1 de octubre (pre y post) y de su reciente jubilación, encontrarás artículos de hace años que hablan de algo que pasó en 1974. Uno de estos artículos, es de El País (1983). En él, se cuenta como una joven viuda reclama al Ministerio de Interior una indemnización por la muerte de su marido, en 1974.

La viuda era Pilar Torres García. Su marido, José Luis Herrero, murió el 8 de junio de 1974 de un tiro por la espalda mientras tenía una mano esposada. No lo digo yo; lo dice una sentencia de 1983.

11 días después, Sebastián Trapote, el joven subinspector que había matado a Herrero, acudía a declarar para explicar lo que había sucedido.

Si seguimos con la búsqueda de Trapote, también encontrarás un artículo de Izquierda Diario de abril de 2017. Es un artículo que escribí a raíz del caso de Hector Moreno García, y que recogía otros casos de torturas, malos tratos o muertes bajo custodia policial. Casos que habían acabado en sobreseimiento, indulto o que no fueron juzgados. Casos documentados, que no aparecieron por primera vez en mi artículo. De hecho, hay investigaciones publicadas sobre ellos y artículos de otros medios.

Pues el próximo 14 de diciembre tendré que ir a declarar al juzgado de Instrucción Nº 32 de Barcelona por una denuncia interpuesta directamente por Sebastián Trapote, por supuestas calumnias sobre el caso de 1974.

Pero la denuncia que me han puesto a mí no se puede ver como algo aislado, como una denuncia individual. La tenemos que ver enmarcada en la ola represiva que va desde tuiteros y raperos, a activistas, a Willy Toledo cagándose en dios y la virgen. Sin olvidar a todos los presos políticos y a aquellos y aquellas que han sufrido montajes policiales, como los jóvenes de Altsasu o Alfon.

Y así nos encontramos decenas, seguramente cientos de personas, que no nos conocemos, y que nos tenemos que enfrentar a la represión de este régimen y de este sistema. Que no es cosa nueva y que no será cosa del pasado. Los “gestos” que prometió el PSOE al llegar al gobierno tras la moción de censura, que se han quedado en nada, como la derogación/reforma/maquillaje de la ley mordaza son un bofetón de realidad para quienes veían esperanza en el nuevo ejecutivo.

Y son una confirmación de que la represión continuará para los que nunca hemos pensado que el fin de la represión iba a venir de la mano del gobierno del PSOE: del PSOE de las reformas laborales, las políticas migratorias racistas, los recortes y privatizaciones, el PSOE que fue denunciado por el 15M por ser en el fondo lo mismo que el PP...

Pero no nos engañemos, la represión no va a terminar con ninguno de los partidos del régimen. Para acabar con ella nos tenemos que organizar.
Tenemos que coordinar los cientos de casos aislados que hay, que aunque aislados comparten algo: el intento de que no hablemos, de que no nos organicemos ni nos manifestemos. Debemos poner en pie un gran movimiento contra la represión que lucha por el archivo de todas las causas, por la libertad de todos los presos políticos y por acabar con todas las leyes liberticidas del Estado español, no solo con la ley mordaza.

Es por eso, que invitamos a todas las organizaciones y sindicatos de izquierda, así como a todas las personas solidarias que quieran, a acudir a la concentración que tendrá lugar en la puerta de los juzgados el día que tengo que ir a declarar.