Hace 134 años se iniciaba la matanza de San Sebastián, el destierro, las reclusiones y la venta de indígenas a los estancieros ganaderos en Tierra del Fuego y la expropiación de sus tierras. Una historia de encubrimientos.
Jueves 26 de noviembre de 2020 07:30
Fotomontaje | Ana Laura Caruso
Recientemente, el pasado 21 de octubre, las comunidades originarias de Tierra del Fuego rechazaron la celebración de los 500 años del paso de Fernando de Magallanes por el archipiélago que lleva su nombre y la conmemoración del Día de la Región Magallanes y Antártida Chilena impulsada por el estado chileno. En su comunicado expresan que los territorios visitados por Magallanes son ancestrales y que los pueblos indígenas habitan la región desde hace 10.000 años.
A diferencia de otros territorios americanos, la isla de Tierra de Fuego no pasó por los procesos de conquista y colonización española, más allá de algunas expediciones esporádicas. Si bien la ocupación de la isla comenzó a mediados del siglo XIX con las misiones anglicanas, los estados argentino y chileno se la dividieron en 1881 y como consecuencia, desde esa fecha ambos estados impulsaron políticas colonizadoras. En Argentina, por medio de la ley n.° 1532, del 16 de octubre de 1884 se creó el territorio nacional de Santa Cruz, unos años después se inició el reconocimiento del territorio con expediciones oficiales y se continuó con las políticas genocidas que constituyeron los orígenes del estado argentino.
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Roca, Lista y el genocidio como política
A tono con la llamada Conquista del Desierto, durante su presidencia, Julio Argentino Roca firmó un decreto en agosto de 1886 declarando de interés nacional la explotación argentina de la isla de Tierra del Fuego. En este decreto se designó como jefe de la expedición a Ramón Lista quien fue acompañado por el monseñor José Fagnano entre otros. Esta comitiva desembarcó el 25 de noviembre 1886 en la bahía de San Sebastián y comenzó la matanza de 28 integrantes del grupo Selknam. Un año después en 1887, Lista publicó “Viaje al país de los Onas de Tierra del Fuego” donde se incluyó una carta dirigida al presidente Juárez Gelman, que documenta los hechos: {“Por lo que respecta a los indios onas que habitan la isla, tengo el sentimiento de comunicarle que me he visto en el caso de tener que librar un combate con diez hombres contra cuarenta salvajes, que ocultos en un espeso matorral, antes que entregarse y a pesar de nuestras demostraciones pacíficas, pretendieron rechazarnos, lanzándonos enjambres de flechas. Los hice cargar a sable, el capitán a la cabeza y cuando ya daba por terminada la lucha este intrépido oficial cayó herido de un flechazo en la cabeza con lo cual el ataque se detuvo un instante; pero enseguida mandé a cargar nuevamente y después de un ligero tiroteo el matorral fue desalojado quedando en nuestro poder algunos prisioneros, mujeres en su mayor parte, y sobre las zarzas veinte seis indios muertos, todos ellos de estatura gigantesca y de una corpulencia solo comparable a la de los patagones o tehuelches, con los cuales tienen una semejanza notable” } Luego de esta matanza, en 1887, fue premiado con el cargo de gobernador del Territorio Nacional de Santa Cruz que ejerció hasta 1892. Con este episodio inaugural, comienza un proceso genocida que articuló la matanza, el destierro, las reclusiones y la venta de indígenas a los estancieros ganaderos de la isla. Como toda política genocida, además impuso la expropiación, privatización y extranjerización de las tierras indígenas. En el 2016, un grupo de investigadorxs, profesorxs, escritorxs y periodistas chilenos y argentinos [elaboraron una carta pública->https://www.elmostrador.cl/cultura/2016/04/28/historiadores-piden-al-estado-de-chile-reconocer-el-genocidio-del-pueblo-selknam/] destinada al estado chileno y a los gobiernos provinciales para que reconozca el genocidio del pueblo Selk´nam. {{{{{La fiebre lanar y la extranjerización de la propiedad de la tierra }}}}} Frente al discurso que intenta instalar que los pueblos originarios son “usurpadores” de tierras, los territorios de la isla de Tierra de Fuego no estuvieron ajenos a los procesos de expropiación de la tierra indígena impulsada por grandes estancieros extranjeros, al igual que en la Patagonia. Desde mediados del siglo XIX los ingleses de las islas Malvinas comenzaron con el traslado de ovinos para el territorio patagónico. Según el historiador chileno Harambour (2018) en la década de 1880 los rebaños ya ocupaban la isla. En 1893 un grupo de empresarios creó la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, una empresa ganadera chilena que operó en la Patagonia. Los alambrados que marcaban las propiedades se extendían en los territorios indígenas. Los empresarios extranjeros británicos y españoles se adueñaron de grandes hectáreas. Uno de ellos fue José Menéndez quien adquirió en 1894 más de 80.000 ha., Mauricio Braun se apropió de otras, juntos fundaron la Sociedad Rural de Tierra del Fuego. Según Casali (2017) en Chile las concesiones comenzaron en 1883 y para 1890 el gobierno ya había cedido el 96% de la tierra apta para la cría del lanar (52% de la superficie total de la Tierra del Fuego chilena) mediante cuatro licencias, de las cuales tres pertenecían en los hechos a una misma sociedad. El mismo grupo empresarial adquirió las mejores tierras del sector argentino para la actividad pastoril entre 1897 y 1899. En las primeras décadas del siglo XX la sociedad se diversifica en graserías, plantas para la faena, frigoríficos de alta tecnología. De esta manera, se profundiza un proceso de producción capitalista basado en la empresa privada y en la extranjerización de la economía en alianza con capitales británicos. A su vez, mientras se avanzaba en el control de los enclaves ganaderos y la propiedad privada, la Sociedad Explotadora de Tierras, organizó un sistema especializado para vigilar a los indígenas. Según el Informe de la Comisión de Verdad Histórica de Chile, el personal de seguridad y los estancieros serían los responsables directos de la muerte de más de 300 indígenas durante su funcionamiento entre 1893 y 1973. {{{{{{<quote> {{Te puede interesar: [Selk’nam: el pasado oscuro de una familia patricia que continúa en el poder->http://www.laizquierdadiario.com/Selk-nam-el-pasado-oscuro-de-una-familia-patricia-que-continua-en-el-poder?fb_comment_id=1254126954658735_1255194891218608]}} </quote>}}}}}} {{{{{La Candelaria como centro de reducción y exterminio }}}}} La Candelaria fue una colonia de reclusión salesiana que funcionó en Río Grande entre 1893 y 1947 y creada por José Fagnano. Funcionó en Tierra del Fuego como centro misional y de adoctrinamiento. Para Nicolletti (2006) los indígenas fueguinos no entraban a las reducciones por voluntad propia, sino por hambre y por las amenazas y persecuciones de las bandas armadas de los estancieros quienes los asesinaban por el robo de ovejas de las que tras los alambrados pasaron a manos privadas. <doc153945|center> Entre 1900 y 1902 se registraron 223 defunciones, la mayoría por tuberculosis derivada de la mala alimentación y del cambio forzado de la dieta. En la isla Dawson en Chile murieron otros 800. La violencia generada por los estancieros forzaron el traslado de los grupos selk´nam a las reducciones salesianas completando un proceso de exterminio bajo la idea civilizatoria. {{Referencias}} Casali, R. (2017). De la extinción al genocidio selk
mam: sobre Historia e historias para una expiación intelectual. Tierra del Fuego Argentina. A Contra Corriente 15 (1).
Harambour, R. (2018). Los prohombres y los extintos. Patrimonio, identidad e historiografía regional en Magallanes. Cuadernos de historia 48.
Nicoletti, M. A. (2006). Los misioneros salesianos y la polémica sobre la extinción de los selk´man de Tierra del Fuego. Anthopologica (24) 24.
Hernán Perriere
Nació en Bahía Blanca, es historiador (UNS) y docente. Integra el PTS y colabora con la sección historia de La Izquierda Diario.