La OCDE marcó tajantemente que la economía mundial para estos tres años que vienen crecerá a un ritmo más bajo desde la crisis financiera de 2008, la misma que empujó a los países centrales a crisis orgánicas. Los principales factores que se encuentran determinando el crecimiento económica mundial son las incertidumbres por el Brexit, la guerra comercial EEUU-China, y el endeudamiento privado. Un panorama que de desatarse, las medidas caerán sobre el hombro de las y los trabajadores.
Jueves 19 de septiembre de 2019
La organización rebajó de manera considerable el crecimiento económico, el cual se ralentizaría para este 2019 por debajo del 3% situándose en un 2,9% y el 2020 permanecería en un 3%, es decir un 0,4% menos de lo previsto en mayo de este año. Las dificultades siguen para el conjunto de los principales países de la Eurozona y los grandes emergentes, cargados por la desaceleración en China y la baja en sus exportaciones de materias primas.
Alemania, la principal potencia imperialista de Europa sufriría un crecimiento de 0,5% para este año, es decir un 0,2% menos y de 0,6% de crecimiento para el 2020. Por su parte EEUU se situará con menos un 0,4% con un crecimiento de 2,4% este año para retroceder el 2020 al 2%.
Las situaciones más complicadas de una economía en contracción son Venezuela y Argentina. Esta última con una disminución o pérdida de la actividad económica (recesión) de 2,7% de su Producto Interno Bruto (PIB) y un 1,8% para el 2020.
Principales factores: guerra comercial, Brexit y endeudamiento
La entrada de las tarifas bilaterales de la guerra comercial EEUU-China desde el 2018, es uno de los factores que seguirá arrastrando la actividad económica y el comercio a nivel mundial, lo cual de mantenerse podría reducir el crecimiento global del PIB entre 0,3% y 0,4% para el 2020, y entre 0,2% y 0,3% en el 2021.
Un Brexit con posibilidades de no ser acordado destacan como uno de los elementos más desestabilizadores, que entre los costes sobre el comercio y un impacto sobre la economía británica podría empujar al país a una recesión.
Algo importante a considerar, es que posterior a la crisis del 2008, los capitalistas para poder enfrentarla fue el rescate de los grandes Bancos y las grandes compañías para mejorar o resistir en el mercado fue a través de la deuda, provocando un gran endeudamiento mundial, el más grande de la historia de la economía capitalista con 320% del PIB mundial. Una de las principales economías del mundo lo expresa: China entre el 2010 y 2018 aumentó su deuda en 600% llegando al 310% del PIB. Es decir, la recuperación no fue como lo esperaban los capitalistas, donde incluso EE.UU. no logró despegar como pretendían.
Te podría interesar: Tendencias recesivas y la posibilidad de una nueva crisis capitalista
Quieren descargar la crisis nuevamente sobre los hombros del pueblo trabajador y pobre
La misma OCDE recalca que el impacto de esta “coyuntura” caerá sobre la calidad de vida de las y los trabajadores, en la que las perspectivas de una mejora continuada de los ingresos son más débiles que antes de la crisis financiera del 2008. Y no satisfecho con celebrar que las “necesidades” de las políticas macroeconómicas adicionales ha crecido en la mayor parte de las economías a nivel global, plantea que deben aplicarse con urgencia políticas que fortalezcan la confianza, que se calmen las tensiones comerciales, estimulen la inversión y el crecimiento potencial para los grandes capitalistas, es decir, sigue con la misma orientación que el Fondo Monetario Internacional busca imponer en la mayoría de los países como los son las reformas estructurales que no traen más que hambre para el pueblo trabajador y pobre. El ejemplo más crudo en el presente es Argentina, donde el FMI debe ir al “rescate”, imponiendo ajustes contra la población, para impedir que entre en default, ya que su deuda le pertenece a las grandes corporaciones financieras mundiales.
En América Latina con diferentes matices, la tendencia es hacia situaciones más convulsivas. Actualmente 21 de 33 economías de la región se desaceleran y se frenan fuertemente las dos principales economías de la región: Brasil y México. Esto último no es menor, ya que una posible recesión agudizaría todo esto y las consecuencias podrían ser mucho más profundas.
Chile no está desligado de esta tendencia a la baja, es más durante los últimos meses el propio Gobierno, las carteras de Economía y Hacienda han bajado las expectativas en torno al crecimiento económico, en el cual el PIB para este año estaría por debajo del 3% más cerca del 2,6%. Es más si post 2008 la economía del país se desaceleró como coletazo de la crisis económica, en el marco de una China creciendo aún a dos dígitos y empresas con pocas deudas, es decir que no se profundizó, hoy el escenario sería más complejo y difícil debido a la doble dependencia de la economía del país de EEUU y China. Es más en la actualidad las grandes empresas chilenas que tenían poca deuda ahora sus deudas son del 100%. Por lo que en una caída similar a la crisis del 2008, Chile estaría sin los factores que le permitieron resistir la crisis, siendo afectado de primera el recurso que ocupa gran parte de la canasta de exportación como lo es el cobre.
El Gobierno buscará pasar sus reformas antipopulares, preparémonos para enfrentarlas
Por lo anterior no es casual que Piñera junto a la derecha y los empresarios busquen acelerar las reformas como la Tributaria, que con apoyo de la Democracia Cristiana buscan hacer más ricos a los súper ricos del país como a las empresas imperialistas que por más de 30 años han saqueado todos nuestros recursos y quieren seguir dándole confianzas para aumentar la inversión a costa del trabajo y vida de millones. Lo mismo pasó con la reforma de pensiones con la cual las AFP con el negocio de la vejez inyectan recursos a los grandes grupos económicos como los Luksic, Angelini, Matte, Solari, Saieh entre otros, mientras las pensiones de nuestros abuelos está muy por debajo de la línea de pobreza.
Y es que tampoco es al azar el escándalo que ha hecho el Gobierno y los grande empresarios después de aprobado el proyecto de 40 horas por la reducción de la jornada laboral sin rebaja de sueldo en la Comisión del Trabajo, incluso el propio Piñera salió a amenazar de ocupar los mecanismos más antidemocráticos del régimen como el Tribunal Constitucional o el Veto Presidencial, pues ellos buscan imponer una reducción a la medida de los empresarios buscando profundizar la ya existente flexibilización laboral, que no ha sido más que precarización a través del subcontrato, los turnos rotativos, las jornadas excepcionales, el subempleo, la polifuncionalidad, entre muchas otras formas de precarización de la vida de millones de trabajadores y trabajadoras.
Es por todo esto que ante el escenario que se avecina alertado por la OCDE, el FMI y los capitalistas a nivel mundial, que las y los trabajadores junto a las mujeres y la juventud nos preparemos para resistir y no dejar pasar las reformas a través de las cuales nos querrán hacer pagar la crisis que ellos los grandes empresarios y sus grandes bancos han generado. Por lo mismo no podemos caer en la ilusión de que una reducción de la jornada la lograremos esperando que dice el Parlamento, sino que debemos plantearnos y exigirles a las grandes centrales como la CUT dirigida por el Partido Comunista o el Colegio de Profesores dirigido por el Frente Amplio, levantar a través de asambleas de bases coordinadoras para levantar un gran movimiento por la reducción de la jornada. Si los empresarios y la derecha comenzaron a mover sus piezas, es necesario que nosotros las y los trabajadores organizados junto a la gran mayoría de la población que apoya esta sentida demanda avancemos a convertirnos en una gran fuerza social que imponga cuánto y cómo trabajar, como también no dejar pasar los ataques contra el pueblo pobre y trabajador.