El cartel petrolero y su aliado principal, Rusia, definieron reducir la producción de crudo a partir de enero para impulsar la suba de los precios del petróleo. Otra mala noticia para Trump, quien había hecho explícitos pedidos para que esto no suceda “en favor de la economía global”.
Viernes 7 de diciembre de 2018 23:58
El mayor cartel petrolero del mundo, la OPEP junto a su principal aliado, Rusia, anunciaron ayer que a partir de 2019 pondrán en marcha un nuevo pacto de producción para influir sobre los precios del crudo.
El bloque bajará su producción a partir de enero en 800.000 millones de barriles por día (bpd) frente a los niveles de octubre, mientras que sus aliados externos aportarán un recorte adicional de 400.000 millones de bpd, en una medida que revisarán en un encuentro en abril.
Rusia se comprometió a reducir su producción en 228.000 bpd desde los niveles de octubre de 11,4 millones de bpd, aunque dijo que los recortes serían graduales y tomarían varios meses.
Irak, el segundo mayor productor de la OPEP, se comprometió a reducir 140.000 bpd. Irán, Libia y Venezuela recibieron exenciones. Nigeria, que ha estado exenta desde la ronda anterior de recortes en enero de 2017, aceptó participar.
Estos pactos que buscar reducir la sobreoferta de petróleo, entendido como uno de los causales del derrumbe de los precios petroleros desde mediados de 2014, fueron exitosos y lograron revertir la tendencia bajista, que en su peor momento traspasó la barrera de los 30 dólares por barril de petróleo.
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Estados Unidos es el primer productor mundial pero no pertenece a la OPEP y nunca participó de estos pactos petroleros por controlar los excesos de oferta. Arabia Saudita, el país presidente de la OPEP, se enfrentó al pedido de Trump para que se abstuviera de disminuir el suministro de crudo como una forma de ayudar a la economía global. Irán es otro miembro de la OPEP que saldría beneficiado con la suba de los precios del crudo, en medio de los intentos de Washington por ahogar aplicar medidas e intentar poner trabas a la economía de ese país.
Al ser consultado sobre si la decisión de recortar podría afectar las relaciones de Riad con Washington, el ministro de Energía saudita, Khalid al-Falih, dijo a periodistas que el reino está listo para bombear más en caso de que ocurra una caída abrupta del suministro.
“No vamos a exprimir a los consumidores más allá de lo que pueden pagar”, dijo, y agregó que, dado que Estados Unidos se ha convertido recientemente en el mayor productor de petróleo, sus compañías energéticas están respirando aliviadas.
Sin embargo, a pesar de los dichos enfrentados, Estados Unidos y Arabia Saudita mantienen una relación sobre ruedas. Si en el medio de la crisis geopolítica desatada por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul en octubre pasado, Donald Trump respaldo al príncipe Mohammed bin Salman, nada parece indicar que esta medida de la OPEP genere represalias por parte del primer productor mundial de crudo.
Ayer los precios de referencia en el mercado de Londres y Nueva York cerraron con alzas del 4 %, el Brent se vendió a 62,95 dólares por barril; mientras que el WTI cerró a 53,72 dólares el barril. Los precios del crudo han mantenido una volatilidad elevada en los últimos años, una parte se explica por las cantidades ofertadas y demandadas y otra parte esta atada a la creciente financiarización de su precio. Las constantes subas del petróleo y sus derivados tienen consecuencias a la vista, un ejemplo concreto es el de Francia donde centenares de miles de franceses conocidos como “chalecos amarillos” se manifestaron masivamente contra el encarecimiento de las condiciones de vida y las políticas del gobierno antipopulares que pretendía aplica una suba de los combustibles.
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Redacción
Redacción central La Izquierda Diario