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Cumbre 2021. La OTAN apunta contra la "amenaza" de Rusia y los "desafíos" de China

En un comunicado de 45 páginas, la OTAN trata explícitamente por primera vez de las ambiciones militares de China mientras describe a Rusia como una “amenaza”. Joe continúa buscando que EE. UU. lidere nuevamente al mundo contra sus adversarios estratégicos.

Santiago Montag

Santiago Montag @salvadorsoler10

Lunes 14 de junio de 2021 11:04

Luego de la cumbre del G7 de este sábado donde se definieron políticas a nivel internacional y estuvo plagada de reivindicaciones a los valores occidentales para frenar el avance de China, este lunes se aprueba en la cumbre de la OTAN un documento que plasma el límite militar que impondrán a sus rivales a escala global. Desde la era de Obama que EE. UU. plantea el pivote hacia el Indopacífico para destinar todos los recursos posibles para frenar el ascenso del gigante asiático.

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Este lunes el presidente estadounidense Joe Biden continuando lo que comenzó la administración Obama, participó de la cumbre de la OTAN con la idea de dirigir nuevamente la Alianza - luego de más de una década de crisis internas y la última crisis provocada por Trump - acorde a su política de volver a liderar el mundo a través de organismos multilaterales. Biden se presenta como un fanático de la OTAN desde hace mucho tiempo y de la alianza transatlántica que defiende, por lo que el simple hecho de aparecer con una sonrisa y cálidos cumplidos para los aliados contribuirá en gran medida a que su primera cumbre de la OTAN como presidente sea fluida. En la misma línea con la cumbre del G7 del úlitmo sábado, el objetivo de Biden es reorganizar a sus aliados para contener o retrasar el ascenso de China e imponer mejores condiciones de negociación comercial con el gigante asiático que ha penetrado con inversiones en gran parte de Europa y el mismo Estados Unidos.

Al llegar a la cumbre el lunes por la mañana en un breve saludo con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que la alianza es "de importancia crítica para los intereses de Estados Unidos" y señalando el Artículo 5 como una "obligación sagrada". El mismo señala el principio de defensa colectiva como la piedra angular del tratado fundacional de la OTAN, que estipula que un ataque contra uno de los Aliados se considerará un ataque contra todos.

“Hay un reconocimiento creciente en los últimos dos años de que tenemos nuevos desafíos”, dijo Biden. "Tenemos a Rusia, que está actuando de una manera que no es coherente con lo que esperábamos, y tenemos a China".

Así mismo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha dicho que el presupuesto militar de China es el segundo en el mundo solo después del de Estados Unidos, y que China está construyendo rápidamente sus fuerzas militares, incluida su armada, con tecnologías avanzadas.

En una discusión sobre "amenazas multifacéticas" y "competencia sistémica de potencias autoritarias y asertivas" al principio del documento, la OTAN dice que "las acciones agresivas de Rusia constituyen una amenaza para la seguridad euroatlántica". China no se considera una amenaza, pero la OTAN afirma que "la creciente influencia de China y las políticas internacionales pueden presentar desafíos que debemos abordar juntos como una alianza".

La OTAN promete "involucrar a China con miras a defender los intereses de seguridad de la alianza". Por otra parte, los funcionarios de la OTAN han dicho que China está utilizando cada vez más las rutas del Ártico, ha hechos ejercicios militares con Rusia, ha enviado barcos al mar Mediterráneo y ha estado activo en varios países de África (asi como también lo estás siendo Rusia). China también está trabajando en armamento espacial, así como en inteligencia artificial y piratería sofisticada de instituciones occidentales, mostrando su capacidad operativa multidominio.

Mucho más abajo en el documento, China aparece descripta como presentando "desafíos sistémicos", esta vez al "orden internacional basado en reglas". La OTAN también cita el arsenal nuclear en expansión de China y los sistemas de entrega más sofisticados, así como su armada en expansión y su cooperación militar con Rusia.

En un gesto hacia la diplomacia y el compromiso, la alianza promete mantener "un diálogo constructivo con China siempre que sea posible", incluso sobre el tema del cambio climático, y pide que China sea más transparente sobre sus fuerzas armadas y especialmente sus "capacidades y doctrina nucleares".

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Stoltenberg, aseguró que la alianza militar no protagonizará una "nueva guerra fría", pero defendió el refuerzo de capacidades del bloque ante los desafíos que representa China.

"No entramos en una nueva guerra fría y China no es nuestro adversario ni nuestro enemigo, pero debemos abordar como alianza los retos que supone China para nuestra seguridad", ante su escalada militar y expansión de poder en el mundo, afirmó en una rueda de prensa previa al inicio de la cumbre.

Estas declaraciones muestran que las hipótesis de conflicto con los gigantes asiáticos son crecientes pero no seguras. El despliegue militar en distintas partes del mundo de Rusia es lo que más preocupa a los países de OTAN, por ejemplo como sucede en países africanos o la guerra civil en Ucrania. Así mismo con China la mayor hipótesis de conflicto se encuentra en el estrecho de Taiwán y el Mar Meridional de China.

En paralelo a la cumbre del G7 de este sábado donde se acordaron planes megalómanos de inversión en los países pobres de África, América Latina e Indopacífico – todos ellos aspirados como zonas de influencia de China- para recuperar credibilidad y demostrar que EE. UU. tiene la capacidad de hegemonizar al mundo.

Para EE. UU. y Europa su principal objetivo es poner límites al desarrollo tecnológico y la competencia comercial a escala global de China. La interdependencia económica está por encima de cualquier conflicto bélico para ambos lados, sin embargo la OTAN no los descarta en el futuro y desde ahora se están preparando. Por el momento sus maniobras están dirigidas a limitar la capacidad militar y comercial de China y Rusia, pero además son formas de alinear a los aliados de Estados Unidos en contra de estos y evitar su propia decandencia hegemónica.


              

Santiago Montag

Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.

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