Esta es la respuesta del PSOE a las movilizaciones democráticas convocadas: 9.500 Mossos y más 1.000 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil. El grueso estará en Barcelona, 1.500 en los alrededores de La Llotja.
Jueves 20 de diciembre de 2018
Agentes de la Unidad de Intervención Policial interviniendo durante el pasado 1 de octubre de 2017.
A los 4.500 Mossos d’Esquadra que patrullan diariamente en Catalunya se le sumarán 4.000 agentes más. A esta cifra hay que sumar más de 1.000 policías nacionales y guardias civiles que estarán de servicio, 750 miembros de las unidades antidisturbios.
Si la Operación Copérnico, el dispositivo policial desplegado por Mariano Rajoy para el 1-O, fue una auténtica militarización de la ciudad de Barcelona, el despliegue organizado para este 21D no se va a quedar corto. De hecho, los destacamentos de la Policía Nacional y la Guardia Civil destinados para este viernes son parte de los que ya intervinieron en aquella jornada.
El grueso de estas unidades, concrétamente 750 antidisturbios de la Unidad de de Intervención Policial, más conocida internamente como Lobo, estarán de forma permanente en Barcelona. Otro destacamento de la UIP estará situado en La Jonquera, frontera con Francia. Y 450 antidisturbios del Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil se repartirán entre Barcelona y el Aeropuerto del Prat.
Por su parte, los 9.500 Mossos d’Esquadra serán los encargados de desplegarse por todo el territorio catalán.
A medida que nos acerquemos a La Llotja, lugar donde se debe celebrar el Consejo de Ministros, el cordón de seguridad alcanzará hasta tres niveles. Las unidades de la Brigada Mòbil de los Mossos d’Esquadra irán dejando paso a un dispositivo efectuado exclusivamente con unidades de la UIP de la Policía Nacional y la Guardia Civil, denominado como la "zona roja".
En cuanto al perímetro establecido en el interior de la ciudad, se prevé que abarque casi un kilómetro a la redonda. Lo que afectará a gran parte del centro de Barcelona. Este cordón será ocupado por fuerzas de la Brimo de los Mossos d’Esquadra.
Todo este despliegue será dirigido desde una mesa de coordinación entre altos mandos de los Mossos junto a otros del Cuerpo Nacional de Policía y la Benermérita. El ministro del Interior, Grande Marlaska, se ha querido garantizar con este “Estado mayor” que todas las fuerzas policiales actuará según sus criterios. S
Si eso no funciona siempre podrá echar mano de las fuerzas traídas de fuera y si fuese necesario de la Ley de Seguridad Nacional que, como ya advirtió por carta al conseller de interior catalán, le habilitaría para aplicar un 155 exprés para hacerse cargo del mando de la policía catalana.
No es previsible que se llegue a este extremo. La Generalitat lleva más de una semana trabajando en la operación distensión. La reunión entre Torra y Sánchez en Pedralbes ha sido la foto de esta maniobra para tratar de desinflar y descafeinar las movilizaciones previstas para hoy.
Si se valorara necesario para la celebración del Consejo de Ministros, o simplemente para dar una imagen de control y fuerza del Estado central, cargar contra manifestantes que estén cortando alguna vía de comunicación, calles o se acerquen demasiado al Palau de la Llotja, los Mossos serán la principal fuerza que se empleará, aunque es posible que no la única.
Los antecedentes de la manifestación contra el sindicato policial de Jusapol el pasado 29S o las recientes cargas policiales en Girona y Terrasa, son buena prueba de que a la Brimo no le temblará el pulso.
Por si quedara alguna duda, este jueves los mismos Mossos d’Esquadra han hecho público un comunicado para recordar que todo intento de boicotear la reunión del Consejo de Ministros no será tipificada de alteración del orden público sino de un delito contra el Estado.