Este lunes cientos de jóvenes esperaron horas para poder entregar sus currículum en la panadería La Esquina del Caserito, una cadena con numerosas sucursales en la región.
Lunes 18 de enero de 2021 20:00
Cuatro cuadras de cola y un sofocante calor. Mientras Alberto Fernánndez se pasea por los canales de televisión responsabilizando a la juventud por el aumento de casos de coronavirus, cientos se exponen durante horas para poder conseguir un trabajo.
Conversamos con varios jóvenes que llevan meses o más de un año en esta situación. Mientras los empresarios siguen ganando en medio de la crisis, esta es la realidad que vive la juventud trabajadora.
Belén nos contó: "hace aproximadamente un año y medio estoy buscando trabajo." Ella es una de las tantas estudiantes que alberga la ciudad: "comencé la facultad y decidí ayudar a mis papás para bancarme la carrera, para poder pagar los libros y demás. Tire cv en muchos lugares, cafeterías, restaurantes, a veces ni piden pero aún así lo dejo, y no hay nada."
Brenda trabaja en negro hace 10 años.“Laburo desde los 15 y me quedé sin trabajo hace una semana porque no me podían pagar más. Siempre los pobres pagamos estas cosas. Ellos hasta que no repartan todo lo que tienen guardado, nunca va a ser la torta igual para nadie” agregó. "Yo estoy buscando trabajo hace más o menos un año. Estoy desempleado, vi por facebook la convocatoria y vine. Me quedé muy sorprendido, esperaba que hubiera mucha menos gente" nos comentaba Alejandro.
Es evidente que son principalmente los jóvenes quienes engordan la cifra del desempleo. Como bien retratan estos testimonios, cuando consiguen un trabajo es en negro, en condiciones precarias y sin derechos laborales. Carolina nos decía: "nunca tuve un trabajo en blanco, tengo 35 años y estuve trabajando en gastronomía, en el buffet de la facultad, fui vendedora ambulante, en bares y cuidando ancianos. A pesar de que soy una profesional de la salud, ya tiré más de 30 cv y no se consigue en ese rubro. Esto pasa hace años, en todos los lugares, los jóvenes llegamos a los 30siempre con trabajos en negro. Está naturalizado y en la pandemia echaron a todos porque no tenemos derechos laborales."
Ante esta alarmante situación, la única medida favorable a este sector por parte del gobierno fue el Ingreso Familiar de Emergencia. “El IFE fue una ayuda pero no la solución" decía Brenda, y agregaba: "porque lo sacaron y ya está, cuando la gran mayoría de los que vivimos en Provincia de Buenos Aires trabajamos en negro". El gobierno, a fines del año pasado votó un presupuesto de ajuste donde se eliminan medidas como el IFE, se recortan partidas sociales y el presupuesto para salud, como si la pandemia se fuera a terminar el 1° de enero de este año.
"A la gente posta le falta para comer. Incluso profesionales que terminaron sus carreras y hoy en día tienen que estar buscando trabajo acá en una panadería porque no consiguen de otra cosa". Brenda es una de las millones de mujeres jóvenes que agrandan la cifra de la precarización laboral y sobre quienes recae principalmente la crisis, al igual que Carolina que nos decía que "siempre son perjudicados los trabajadores y los que se la llevan son los empresarios. Ellos no tuvieron pérdidas, nosotros sí. Siempre se manejaron así y nadie les dijo nada" y agregaba: "le dan guita a los empresarios supuestamente para que nos den trabajo y eso no es así. Se le criticaba a Macri que bajaba las retenciones y ahora están haciendo lo mismo, no se entiende. Mientras a ellos les dejan que paguen menos a nosotros nos quitan. Esa plata que sacaron de las retenciones nos la podrían haber dado a todos nosotros. Además ¿quien subsiste con $10.000 cada dos meses? Es obvio quienes ganan acá."
Una vez más, queda a las claras cuáles son las prioridades de este gobierno. Asumieron diciendo que iban a empezar por los que menos tienen, pero evidentemente siguen ganando los mismos de siempre. Sin embargo, frente a esta situación, cada vez son más los jóvenes que no se resignan y construyen la Red de Trabajadores Precarizados para pelear por trabajo con derechos y contra la precarización que los empresarios descargan sobre miles de laburantes con el aval del gobierno. Se organizan contra la persecución de los patrones y la constante criminalización a la juventud por parte de los medios y funcionarios, peleando por derechos básicos como poder acceder a una vivienda y para que haya trabajo genuino para todos.
