Ayer hubo una concentración frente a los tribunales para reclamar justicia por la muerte de una compañera trans en un penal bonaerense.
Sábado 18 de marzo de 2017 20:50
Fotografía de archivo
Las detenciones arbitrarias, la persecución y el hostigamiento a las personas trans y travestis y el recrudecimiento de las razias policiales, culminan nuevamente con la muerte de una compañera el 16 de marzo. Angie Velázquez es la segunda trans que muere en una cárcel en lo que va del año, debido a la falta de atención médica.
El colectivo trans y travesti se movilizó ayer por la mañana a las puertas de tribunales para denunciar a Juan Pablo Masi, Juez de Garantías Nº 4 de La Plata, quien dio la orden de arresto tanto de Angie como de Pamela Macedo Panduro fallecida en enero en la Unidad Penal 32 de Florencio Varela. Ambas presentaban enfermedades crónicas a las que el juez y el fiscal hicieron caso omiso.
Tanto Angie como Pamela eran militantes de Otrans. En un comunicado oficial, la organización planteó que “el 16 de marzo recibimos la triste noticia del asesinato de la compañera Angie Velázquez. El mismo es responsabilidad del Servicio Penitenciario Bonaerense, quien, a sabiendas de las condiciones de salud de la compañera, no solo la abandonó dejándola en un calabozo sin comer, sino que la sometió a torturas psicológicas, como el aislamiento, el abandono y el sometimiento por su condición de migrante, de trans y militante política de nuestra organización”.
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A tan solo días de la enorme movilización del 8 de marzo, el día que la tierra tembló con el paro internacional de mujeres, los reclamos siguen sin obtener respuesta por parte del Estado y los gobiernos. El caso de Angie no es aislado, la persecución y criminalización a las personas trans y travesti es una política del gobierno. Es necesaria nuevamente la organización en las calles al grito de basta de travesticidios.