Tras la orden emitida este lunes por el juez de Garantías Carlos Crispó, el cura protegido por el Arzobispado de La Plata regresó de Misiones y se presentó ante la fiscalía de Álvaro Garganta.
Martes 1ro de diciembre de 2020 12:32
Tras la orden del juez de Garantías de La Plata Carlos Crispó, emitida este lunes, finalmente fue detenido el cura Raúl Sidders, durante casi veinte años capellán del colegio San Vicente de Paul de la capital bonaerense y hasta hace pocos días viviendo en Puerto Iguazú junto al obispo (y amigo suyo) Nicolás Baisi. El sacerdote se había instalado en la ciudad fronteriza misionera y hasta había conseguido el cargo de capellán del destacamento local de la Gendarmería Nacional.
La prisión preventiva de Sidders se da en el marco de la causa penal que instruye el fiscal Álvaro Garganta, titular de la UFI 11 de La Plata, por abuso sexual gravemente ultrajante, doblemente calificado por derivar en un grave daño en la salud mental de la denunciante y por ser Sidders ministro del culto católico. A su vez se le imputa el delito de corrupción de menores agravado, por ser la víctima menor de trece años al momento de los hechos.
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Tras la orden emitida por el juez Crispó, se especulaba que Sidders pudiera fugarse aprovechando su cercanía con la Triple Frontera. Pero altas fuentes judiciales dijeron a este diario que confiaban en que el cura pedófilo se entregara ante la Fiscalía, lo que finalmente ocurrió en el mediodía de este martes.
Si bien hasta el momento la denuncia penal cuenta con una querellante, Rocío (nombre sustituto), es muy posible que con el victimario preso haya más personas que se animen a presentarse ante los Tribunales para sumar su testimonio. Se contabilizan por decenas quienes aseguran haber sufrido durante las últimas dos décadas algún tipo de abuso por parte de este sacerdote de 60 años.
Sidders, además de abusador, es un reconocido facho dentro de la Iglesia católica, parte del ala ultraconservadora de la institución comendada por Jorge Bergoglio. De hecho su cercanía estrecha con el arzobispo emérito de La Plata, Héctor Aguer, era una especie de garantía con la que contaba para cometer sus crímenes.
Pero al misógino, homofóbico y ultranacionalista Sidders (denunciado ante el Inadi hace años por sus públicas declaraciones televisivas) también lo protege actualmente el sucesor de Aguer y mano derecha de Francisco, Víctor "Tucho" Fernández, a tal punto que apenas desatado el escándalo el propio arzobispo tildó de fake news la denuncia de Rocío.
En un comunicado difundido este lunes Juan Pablo Gallego y Pía Garralda, abogades querellantes, afirman que “este gran paso es posible por la enorme valentía de ‘Rocío’, denunciante, quien padeció los abusos del religioso entre sus 11 y 14 años, con graves consecuencias y secuelas para su salud”.
Como fue denunciado con anterioridad, luego de que la querella de Rocío pidiera la detención de Sidders se supo que el cura se había ido hacia el área de la Triple Frontera, más precisamente a Puerto Iguazú, lo que implica un grave riesgo de fuga. Sin embargo, como dicen Gallego y Garralda, “la detención fundada ante el cuadro probatorio abrumador que lo señala como autor de los crímenes, constituye además un duro golpe al operativo de impunidad de las autoridades del Arzobispado de la Plata”.
Hasta hace muy poco Sidders era capellán del destacamento de Gendarmería de Puerto Iguazú. Vale decir que si bien fuentes del Ministerio de Seguridad afirman off the récord que el cura ya no pertenece más al cuerpo de capellanes de esa fuerza (y por lo tanto tampoco estaría cobrando su sueldo del Estado), desde la querella denuncian que la cartera que conduce Sabina Frederic aún no lo demostró públicamente.
La detención de Sidders se produce a pocos días de que se cumpla el primer aniversario del supuesto suicidio del cura y capellán del Servicio penitenciario Bonaerense Eduardo Lorenzo, muerto el 16 de diciembre de 2019 (aparentemente de un tiro en el pecho) en la sede de Cáritas de La Plata cuando pesaba sobre él una orden de detención por graves abusos sexuales sobre adolescentes. Siguen las malas noticias para el Arzobispado de La Plata.
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