Valentina tenía 14 años, se estaba probando un vestido de quinceañera cuando la Policía de Los Ángeles entró al negocio buscando a un presunto asaltante y disparó contra el vestidor. Murió en manos de su madre. Era víspera de Navidad.
Miércoles 29 de diciembre de 2021 16:05
Valentina Orellana Peralta tenía 14 años. Había llegado de Chile a Estados Unidos hacía seis meses y se encontraba en una tienda de ropa probándose un vestido para su cumpleaños de quince cuando entró al negocio la Policía de Los Ángeles (LAPD). Con la excusa de estar persiguiendo a un presunto ladrón, abrieron fuego dentro del lugar sin importar quienes allí se encontraban. Valentina estaba dentro de un vestidor que fue atravesado por las balas. Murió en manos de su madre. Era 23 de diciembre, víspera de Navidad.
“Justicia para mi hija. Que caiga el que tenga que caer”, dijo este martes en una conferencia de prensa Juan Pablo Orellana, padre de Valentina.
El hombre, que viajó desde Santiago (Chile) a Los Ángeles por la muerte de su hija, dijo estar devastado por la pérdida y que no descansará hasta lograr justicia.
El operativo la Policía se dio tras varias llamadas de alerta sobre un posible asalto con arma mortal y avisos posteriores acerca de disparos en la tienda Burlington Coat Factory, en North Hollywood.
A pesar de que LAPD publicó en Twitter que no se trataba de una situación de tirador activo y que la tienda estaba llena de compradores abrieron fuego dentro del lugar. No hicieron ningún intento por detener el asalto. Según los comentarios de los presentes no dieron ninguna advertencia y no se preocuparon por la gente que estaba allí.
Entonces la Policía disparó tres veces, asesinando a la persona involucrada en el asalto, que no tenía arma. Fue en ese momento que al menos una bala atravesó la pared de un probador donde Valentina se encontraba con su madre, Soledad Orellana.
“Estábamos juntas en un probador mirando ropa para la Navidad. Escuchamos gritos. Nos sentamos abrazadas en un asiento rezando. Cuando (de pronto) algo impactó a mi hija Valentina y nos lanzó al piso”, relató en medio de sollozos la madre, y agregó que no pudo hacer nada por salvar a su hija, quien murió en sus brazos.
“Ver morir a un hijo o una hija en los brazos de uno es un dolor de los más grandes y profundos que un ser humano puede imaginar”, agregó Soledad Orellana.
En forma completamente cínica el jefe del LAPD, Michel Moore, prometió "transparencia en las investigaciones" y se limitó a lamentar "el hecho".
Como si fuera obra del azar y no un asesinato de la Policía, se refirió al hecho como un "incidente caótico".
"Este incidente caótico que resultó en la muerte de una niña inocente es trágico y devastador para todos los involucrados", dijo Moore en un comunicado el jueves pasado por la noche.
Sin embargo, el asesinato se convirtió en un escándalo que escaló en las redes sociales y en los medios obligando a que, en una acción inusual, este lunes fueran reveladas las imágenes de las cámaras corporales de los agentes del LAPD que participaron en el operativo. Allí se muestra desde la llegada de los oficiales hasta el momento en que uno de ellos dispara contra el sospechoso, y una se sus balas asesina a Valentina.
La Policía se pretende justificar diciendo que no podían ver si había alguien dentro del probador cuando dispararon. Sin embargo, la tienda estaba llena de gente haciendo sus compras navideñas.
Rahul Ravipudi, abogado que representa a Soledad Orellana, pidió al LAPD publicar todo el video de la escena y que el oficial rinda cuentas.
Al igual que en otras ocasiones, los oficiales de Policía son resguardados y se les otorga una licencia paga. Hasta ahora el oficial que disparó no ha sido identificado, pero el LAPD dijo que está de licencia pagada en espera de una revisión del caso.
El Policía de Los Ángeles está financiado con $ 1.8 mil millones de dólares de dinero de los contribuyentes, más que cualquier otro departamento de policía de los Estados Unidos, y solo por abajo de la ciudad de Nueva York. Y ese dinero se destina a policías asesinos que matan a niñas como Valentina en la víspera de Navidad.
La muerte de Valentina es la parte particularmente trágica y desgarradora de esta noticia. Pero tampoco se puede normalizar el asesinato del hombre implicado en el asalto. La policía no tenía derecho a asesinarlo. No deberían tener derecho a ser jueces, jurados y verdugos.
Rob Bonta, fiscal general de California, dice que el Departamento de Justicia del estado investigará el tiroteo. Pero sabemos a dónde conducen estas investigaciones. Los policías casi siempre se salen con la suya. La condena de Derek Chauvin (el Policía asesino de George Floyd) es una rara excepción, no la regla. Y fue además el resultado directo de un levantamiento masivo, que trascendió incluso las fronteras de Estados Unidos y se convirtió en el grito de Black Lives Matter contra la violencia policial racista en todo el mundo.
Los policías de LAPD ya han asesinado a 17 personas este año, un aumento del 143 por ciento con respecto al año pasado.
Estos asesinatos se producen solo unos días después de que el Departamento de Policía de Nueva York asesinara a un hombre negro que estaba teniendo un colapso de salud mental.
En conversación con La Izquierda Diario Tatiana Cozzarelli, editora de Left Voice de Estados Unidos señaló que "La policía no nos mantiene a salvo. Se financian para aterrorizar a las minorías de afroamericanos y latinos, y para reprimir cualquier movimiento de izquierda o de la clase trabajadora. No pasa desapercibido para nosotros que la policía tiene equipos de la más alta tecnología mientras todavía las y los trabajadores ni siquiera tenemos los Elementos de Protección Personal (PPE) gratuitos para hacer frente a la actual pandemia. La escuela a la que asistía Valentina probablemente no tenía suficientes enfermeras o consejeros vocacionales. Pero la fuerza policial que la asesinó recibe 1.800 millones de dólares al año. Es por esto que hay que pedir justicia por las víctimas y también la abolición de la policía y todo el sistema podrido que la protege".