Refinerías, ferroviarios, recolectores de residuos, empresas de energía, siderúrgicas: la Red por el paro general organizó este martes 21 de marzo su tercer encuentro, que volvió a reunir a cientos de trabajadores de distintos sectores. El objetivo fue coordinar y amplificar las huelgas en curso, enfrentar la represión y organizar comités de acción en todo el país.
Jueves 23 de marzo de 2023 08:30
Este martes por la noche se realizó en París una nueva reunión de la Red por la Huelga General donde se volvieron a juntar cientos de activistas entre trabajadores de sectores estratégicos que se encuentran en huelga, estudiantes e intelectuales, mientras que desde todo el país se pudo seguir por la transmisión vía internet.
Se trata de la tercer reunión de esta Red que se formó a partir de una declaración a fines de enero apoyada por 300 representantes sindicales y referentes políticos con el objetivo de proponer una política alternativa a la de las direcciones sindicales que conforman la Intersindical y están llevando al movimiento a la paralización en un momento clave de la lucha contra la reforma jubilatoria de Macron.
En la primera anterior, a principios de marzo, las discusiones se habían centrado en la necesidad de un paro con movilización y la preparación de paros renovables (que se pueden extender si lo deciden las asambleas de trabajadores) para el 7 de marzo. Luego el movimiento creció en distintos sectores durante la segunda importante reunión en la Bolsa de Trabajo de París.
Desde entonces, la situación ha cambiado drásticamente. “Hay un salto en la crisis política”, explicó Adrien Cornet (de la CGT Total Grandpuits) en la introducción a la reunión. “Podríamos entrar en una situación prerrevolucionaria, con acciones que nunca imaginamos, como sindicalistas afiliados a la CFDT (la central obrera más grande y de orientación conciliadora con el gobierno) que queman muñecos con la imagen de Macron en la ciudad de Dijon, o incluso miles de personas que fueron a la Plaza de la Concordia (París) diciendo ’no quiero irme a casa’".
Cerca de una veintena de sectores de trabajadores participaron del encuentro con informes sobre el estado del movimiento en sus distritos y empresas: RATP (transporte metropolitano), SNCF (ferroviarios), recolectores de basura y alcantarillados, centrales nucleares (Paluel y Nogent-sur-Seine), RTE, Enedis (electricidad), metalurgia como Airbus, fábricas como Sidel, Safran o Stellantis/PSA, aeropuerto de Roissy y Orly, Sanofi, Saint-Gobain, educación y, por supuesto, sectores de la juventud.
En todos los sectores hay una radicalización del movimiento expresada en cada vez más cantidad de huelgas renovables (que se renuevan periódicamente en asambleas), siendo el punto más avanzado entre los recolectores de basura, las refinerías y las empresas energéticas. Si bien en algunas empresas las huelgas renovables aún no son mayoritarias, en todos lados se ha manifestado la creciente bronca tras el decreto que impuso la reforma de las jubilaciones amparándose en el artículo 49.3 de la Constitución.
“La aplicación del 49.3 desencadenó que nuevos sectores y trabajadores que uno nunca hubiera pensado, entraran en este movimiento de lucha. Estamos en una fase excepcional que no he visto en 22 años: estamos en una fase insurreccional y ya era hora”, dijo Cédric Liechti, de la CGT Energy Paris. Historias similares se repiten en todos los sectores, las huelga renovables y la radicalización de las acciones espontaneas han cambiado la situación en apenas unos días.
"Podemos ganar!" dice un trabajador ferroviario que explica que hay un cambio subjetivo entre los huelguistas: hemos pasado de una época en la que la gente hacía una huelga solo para poder resistir a un nuevo momento donde se hacen huelgas “en las que podemos ganar”. Adrien Cornet de la CGT Total continúa: “Ante esta situación, tenemos una Intersindical que nos ofrece la estrategia de la derrota: paros aislados semana tras semana. Ante la huelga de profesores, Laurent Berger (CFDT) y Martínez (CGT) dicen que no se deben detener las clases en el bachillerato".
Pero nadie en esta reunión de huelguistas y dirigentes sindicales subestimó las dificultades. Uno de los principales obstáculos por supuesto radica en la represión policial de las manifestaciones, y en las requisas a los huelguistas que aplastan el derecho de huelga. Las requisas son una herramienta legal por la que el Gobierno puede enviar a la Policía para obligar a los trabajadores a sus tareas amenazandolos con penas de prisión y multas.
Ante esta situación, el llamado de la red es claro: "constituir una vasta red de solidaridad capaz de hacer frente a la represión", en particular mediante concentraciones sistemáticas frente a las comisarías durante las detenciones, o frente a las fábricas en caso de requisiciones de la prefectura por parte de los huelguistas.
"Enfrente, están muy organizados, tienen su brazo armado, como vimos en Fos-sur-Mer" señalaron los trabajadores en relación a una refinería que acaba de ser requisada por cientos de policías a pesar de la resistencia de los trabajadores.
Para los huelguistas de la central nuclear de Nogent, la situación es clara: "cada vez que había fuerza en la cantidad de manifestantes hicimos retroceder a la Policía, tenemos que ser diez veces, cien veces más numerosos y resistir la represión y las requisiciones". Lo mismo señaló Alexis Antonioli, de la refinería de Normandía: “Ante las requisas, solo hay una respuesta: las masas frente a las fábricas, para impedirlas”.
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De ahí la importancia de los piquetes de huelga para asegurar la continuación del conflicto frente a todas las formas de represión, realizar bloqueos y organizar la coordinación. Guillaume, trabajador de alcantarillado del ayuntamiento de París, contó el apoyo recibido por los recolectores de basura, ante el bloqueo que llevan adelante en las centrales de incineración, donde se reúnen estudiantes, desempleados, jubilados, huelguistas, decididos a acudir en ayuda de los recolectores de basura requisados.
Charles Carlhant, secretario general de la CGT EDF de Nogent, pidió que estos piquetes "se conviertan en cuartel general de huelga, al que cada sector pueda acudir para coordinar".
Esta radicalización en los métodos de lucha conduce también a una radicalización de las reivindicaciones. Frente a un Gobierno desesperado, cuya brutalidad y represión sólo refleja la debilidad en la que quedó tras la aprobación de la impopular reforma por decreto, todos sienten que es posible obtener mucho más que la retirada de la reforma de las pensiones.
Como decía Guillaume, trabajador de alcantarillado de la ciudad de París: "¿Contra qué estamos luchando? ¿Contra esta reforma de pensiones? ¿Y después ? ¡Luchamos contra la precariedad de la clase obrera y las clases populares!".
Para Cédric Liechti, los días y semanas que vivimos son una oportunidad para ir a una "reconquista" de las condiciones sociales y laborales: "Tenemos que ganar semanas de vacaciones pagadas, jubilación a los 60 para todos, 55 para los trabajos difíciles, sin condición de rentas vitalicias, para las mujeres, para los más precarios. Y entre estos sectores precarios se encuentran obviamente los trabajadores inmigrantes, que se rompen la espalda en los trabajos más ingratos, y que son condenados a trabajar hasta la muerte, sin poder alcanzar la cantidad de años de aportes necesarios para una pensión fija. La marcha contra la ley de inmigración de Darmanin [ministro de Interior] del 25 de marzo debe permitir celebrar la primera victoria del movimiento, y aumentar el equilibrio de poder para enterrar definitivamente ese proyecto".
Finalmente, después de haber planteado la necesidad de luchar contra la represión, de debatir las diferentes maneras de ampliar la huelga, en particular combinando la extensión de las reivindicaciones y el trabajo militante en la búsqueda de los sectores donde la huelga aún no es renovable, surgió la pregunta de cómo hacer que esta Red tenga peso en el movimiento de conjunto. "¡Esta Red por la Huelga General debe ser una red interprofesional, de jóvenes, artistas e intelectuales donde todos pongan sus posiciones al servicio de la lucha de clases para doblegar este gobierno!" dijo Anasse Kazib, trabajador ferroviario en la estación Paris Nord y militante de Revolution Permanente, y continuó "A Berger y cia, a la intersindical, lo que está pasando en este momento, no les gusta (...) [Ante la política de estas direcciones sindicales] tenemos que comenzar a prepararnos para construir esta Red por la Huelga General, con comités de acción en todas partes, en todo el país. ¡Debemos apuntar a construir una verdadera coordinación interprofesional, que organice a todos los sectores en huelga, con una organización que realmente quiera pelear hasta el final!".
Estos comités de acción son una perspectiva tan concreta como urgente, para reunir a los trabajadores de todas las localidades decididos a luchar a la altura de lo que demanda la situación. ¡Esta Red por la Huelga General, que por el momento agrupa a unos cientos de trabajadores y sindicalistas, debe ahora extenderse por todo el país para construir la generalización de la huelga!.
Los participantes en la reunión terminaron por acordar un llamado con los ejes discutidos de ampliar la huelga, defenderse de la represión y llamar a la creación de comités de acción para la huelga general en todas partes:
🔴 Appel à la mise en place de comités d'action pour la grève générale partout !
Secteur en grève reconductible, fédérations et syndicats combatifs, AG interpro, jeunes mobilisé.e.s... Coordonnons-nous face à Macron et son monde !
Partagez l'appel du Réseau et contactez-nous pic.twitter.com/0yZI34X75L
— Réseau pour la Grève Générale (@ReseauGrevGe) March 22, 2023