Desde el Gobierno griego denunciaron presiones de la Troika para anular convenios, facilitar despidos y bajar pensiones. Aun así, el portavoz de gobierno se mostró este lunes "optimista" de alcanzar un acuerdo antes fin de mes sobre los asuntos en que hay consenso, dejando para más adelante los puntos conflictivos.
Martes 5 de mayo de 2015
Fotografía: EFE-YANNIS KOLESIDIS
El portavoz del Gobierno, Gavriil Sakelaridis, aseguró este lunes que el Ejecutivo es optimista, porque "las negociaciones están en un punto en el que hay acercamientos en varios temas". "Lo que nos hace ser optimistas es que en los últimos días las negociaciones se aceleraron", precisó este lunes.
El portavoz no quiso entrar en detalles de la negociación diciendo que prefería no hablar en público sobre conversaciones que están aun en curso. Sakelaridis dijo que, visto el avance de las negociaciones, espera "en breve" alguna decisión que mejore la liquidez de Grecia, en alusión a la reunión este miércoles del Banco Central Europeo en la que podría analizarse la posibilidad de elevar el techo de emisión de títulos del Estado.
El portavoz recalcó que el objetivo del Gobierno es lograr un acuerdo que incluya las reformas de la denominada lista Varufakis, pero añadió que "llegado el momento", deberán ser abordados también los temas de la sostenibilidad de deuda y de la financiación a largo plazo.
Lo que no es negociable para el Gobierno, subrayó, son las denominadas líneas rojas, es decir, la decisión de restaurar -a medio plazo- el salario mínimo, de no bajar las pensiones y de restablecer los convenios colectivos.
Este último asunto se plantea como uno de los principales escollos de las negociaciones actuales, sobre todo porque el Fondo Monetario Internacional (FMI) insiste en exigir que Grecia no restaure la negociación colectiva, abolida por el ejecutivo anterior.
"Las líneas rojas de Grecia no existen por razones ideológicas. No es posible que haya convenios colectivos en toda Europa pero no en Grecia. No es posible continuar con la reducción de salarios. Los salarios en Grecia no son altos, y no son el problema principal de la competitividad de la economía griega", recalcó.
Sakelaridis recordó que Grecia lleva financiándose por sus propios medios y sin poder salir a los mercados desde agosto del año pasado. Reconoció que el Gobierno subestimó que los problemas de liquidez fueran a afectar tanto a la economía real, como está ocurriendo en la actualidad.
El ministro de trabajo de Grecia también había denunciado este lunes las presiones del FMI para que Grecia apruebe una nueva reforma laboral que facilite despidos y baje las pensiones.
Fuentes: La Izquierda Diario / Agencias