La Troika sigue presionando a Grecia para más recortes en pensiones, implementar los ajustes de forma inmediata y bajar impuestos a sociedades y empresas. El Eurogrupo se volverá a reunir este sábado.
Viernes 26 de junio de 2015
La Troika (Comisión Europea, FMI y Banco Central Europeo) rechazó la propuesta que Grecia ofreció el lunes pasado y presentó al Gobierno y a los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona un documento actualizado en el que incluyen algunas propuestas que Atenas rechaza.
El Gobierno griego hizo una nueva contrapropuesta, que llegó a manos del Eurogrupo solo media hora antes del inicio de su reunión extraordinaria. La reunión terminó otra vez sin definiciones, postergándose hasta el sábado. La reunión del sábado será el quinto encuentro del Eurogrupo en apenas diez días que se dedica a Grecia.
Las instituciones imperialistas consideraron que su propuesta actualizada podía ser "una buena base para un acuerdo", pero Atenas no lo veía de este modo, ya que implica apretar más las tuercas del ajuste, algo muy difícil de justificar frente a sus votantes.
Este documento, que refleja "lo máximo que han podido acercarse" la CE, el BCE y el FMI a la postura griega, según fuentes de la eurozona, sigue incluyendo elementos que Tsipras no ve factible poder aprobar en Grecia.
El documento de compromiso preparado por la Troika recoge las propuestas formuladas por el FMI con algunas mínimas modificaciones, pues en relación al IVA cede en cuanto a la clasificación de los alimentos de primera necesidad, que se mantendrán en el 13 % en vez de aumentar más.
Esto sobre la base de que el acuerdo presentado el lunes por Grecia ya significaba una enorme concesión a las exigencias de la Troika.
En cuanto a las pensiones, otro de los asuntos más controvertidos y sensibles, Grecia ya aceptó un modelo de alza paulatina de la edad real de retiro, tomando 2022 como horizonte, algo que es contrario a sus compromisos electorales.
Sin embargo, mientras el gobierno griego proponía elevar la edad después del 1 de enero de 2016, la Troika exige que se comience inmediatamente, a partir de julio, sin importar posibles derechos adquiridos.
El Gobierno griego proponía además una sustitución gradual de las ayudas sociales a los pensionistas con ingresos bajos por otro modelo a partir de diciembre de 2017 y el modelo de compromiso actual propone su desaparición para 2019, pero comenzando de inmediato su recorte.
En el plano fiscal los integrantes de la Troika no aceptan la introducción de un impuesto especial del 12 % a los beneficios empresariales superiores al medio millón de euros, pero sí ceden sobre una tasa del 30 % sobre los juegos de azar en internet que quería eliminar el FMI.
Pese al intento de cerrar un acuerdo, el Gobierno heleno ha rechazado este documento porque incluía medidas que considera inaceptables en materias como el mercado laboral, las pensiones o la petición de elevar el IVA de los restaurantes, caterings y hoteles hasta el 23 % a partir del 1 de julio, explicaron fuentes del Gobierno heleno.
La dificultad de cerrar un acuerdo
Tsipras afirmó en la cumbre europea ordinaria de líderes, donde quiere volver a abordar las negociaciones, que éstas "siempre están llenas de desacuerdos y al final acaban en compromiso".
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo tener "una corazonada" y esperó que, "al contrario que en las tragedias de Sófocles, esta historia griega tenga un final feliz", mientras que el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, ha asegurado cínicamente que trabaja "cada segundo" para evitar que el proyecto europeo se rompa.
La canciller alemana, Angela Merkel, fue la más pesimista al afirmar que "no se han hecho los progresos suficientes y en algunos aspectos tengo la impresión de que se ha retrocedido algo".
Para el presidente de Francia, François Hollande, "el acuerdo es posible, es necesario, pero hay todavía diferencias", al tiempo que subrayó que se está "en el último minuto" y que "Grecia no tiene más tiempo. Hay que saber terminar una negociación".
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, afirmó que la "puerta sigue abierta" para Grecia si presenta nuevas propuestas o acepta las que están sobre la mesa.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo que se quiere "realmente mostrar flexibilidad y se quería ser lo más favorable posible al crecimiento", en referencia a su opinión de que el plan griego perjudica más la economía, en referencia a los impuestos a las sociedades y altos ingresos. El FMI ha sido el que más presiona, en esta fase de la negociación, por rebajas en pensiones y aumento de impuestos a la mayoría de la población, como el IVA.
El acuerdo presentado el lunes por Grecia significa un abandono de gran parte de su programa electoral, cediendo a las exigencias de la Troika. Pero las instituciones imperialistas quieren exprimir hasta la última letra del acuerdo, presionando al pueblo griego hasta límites insostenibles. En esta “última fase” de la negociación, aprovechando la posición defensiva del gobierno, buscan imponer todas las reformas y ajustes posibles, y que se implementen de forma inmediata.
Al mismo tiempo, un importante frente interno se abrió en Grecia, con sectores de Syriza que se oponen al acuerdo.
Los próximos días son cruciales. Esta es una frase que se repite demasiado en las últimas semanas, pero parece realmente que para Grecia cada día es decisivo.
Como venimos informando y analizando en La Izquierda Diario, si Syriza acepta imponer este nuevo plan de la Troika, el pueblo griego seguirá pagando los costos de la crisis.
Fuentes: Agencias