Universidad. “La UNAM no para” de Enrique Graue frente a la comunidad universitaria

En la sesión de instalación del nuevo Consejo Universitario, celebrada de forma virtual el día de ayer, el rector de la UNAM Enrique Graue, aseguró que “la UNAM no se detuvo” aún cuando hubo protestas y paros en más de 20 facultades y escuelas para demandar estabilidad laboral para el 75% de las y los profesores de asignatura y ayudantes, y por el acceso irrestricto a la universidad.

En la sesión recalcó que:

«A pesar de todas las restricciones como todas y todos ustedes saben, la UNAM no se detuvo, y realizó un esfuerzo sin precedente para mantener sus funciones sustantivas y el pleno del Consejo Universitario durante estos últimos dos años tampoco se detuvo y realizó un esfuerzo sin precedente para mantener sus tareas sustantivas ante una situación inédita.»

Quines sí realizaron esfuerzos sin precedentes, fueron docentes que mantuvieron las clases de manera virtual, pese a no haber sido consultados ante los desafíos que implica la pandemia para la educación y enseñanza y, pese a que sus salarios no alcanzan para comprar la canasta básica, cubrieron los costos del teletrabajo, los cuales se ahorró la universidad.

Los estudiantes fueron afectados por la pérdida de empleo o disminuciones de saldo de sus familiares, por lo que se vieron obligados a buscar empleos y en miles de casos, abandonar la universidad. Lo que presenciamos es la expulsión de la juventud de escasos recursos de las escuelas, un avance en la elitización de la universidad.

En el caso de los trabajadores administrativos, cientos de ellxs, principalmente vigilantes y laboratoristas, acudieron a trabajar desde que se decretará el cierre de las actividades presenciales. Hubo protestas por parte de los trabajadores de vigilancia en distintos momentos, quienes exigieron se les pagara lo acordado, y denunciaron que el director general del personal y el director de relaciones laborales, pusieron en riesgo la vida de los trabajadores.

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Asimismo, es importante mencionar que profesores fueron despedidos por exigir mejores condiciones laborales y permanece la represión cómo han denunciado varias y varios profesores en distintas facultades por los mimos motivos políticos.

“Ampliación de la representación” y antidemocracia en la UNAM

Este nuevo Consejo Universitario electo el 11 de noviembre de 2022, destacó Enrique Graue Wiechers, amplía la representación de la toma de decisiones en la universidad al incrementar el número de estudiantes, profesores, técnicos académicos, investigadores y trabajadores, al pasar de 283 consejeros en 2011 a 329 en este año, es decir, un 16% de crecimiento en 10 años.

Como señalamos en este artículo La antidemocracia en la UNAM, más vieja que el Neoliberalismo, no existe una representación democrática de los sectores que integran la comunidad universitaria y mucho menos aún, un funcionamiento democrático articulado con la integración y participación efectiva de estudiantes, docentes y trabajadores en cada facultad o escuela pues no son convocados ni consultados en la toma de decisiones que emprende el Consejo Universitario.

Por otro lado, aún cuando el rector hace hincapié en el aumento de la participación en las elecciones del consejo, lo cierto es que no vota ni el 10% de los estudiantes, el sector más grande de la universidad -sólo votó el 5.88%-, del segundo sector más grande, profesores de asignatura sólo votó el 33.21% y, el único sector que votó más de la mitad -el 54.18%-, son los investigadores, el cual es bastante reducido producto de la política de inestabilidad laboral que impera en el CCT para los académicos.

Es claro que el rector Enrique Graue, está lejos de hablar de quienes construyen y dan vida a la universidad. Por ello la transformación a la que refiere es más bien el fortalecimiento de las estructuras profundamente antidemocráticas y autoritarias que integran la universidad.

Protestas recientes en la UNAM

Hace dos semanas, las y los profesores organizados en la Asamblea del los cinco planteles del CCH, junto a estudiantes y otras organizaciones, realizaron un mitin en rechazo al aumento salarial del 3.4% negociado por AAPAUNAM con la patronal, denunciaron la imposición de los directores por parte de la Junta de Gobierno, las elecciones amañadas del Consejo Universitario y el acarreo de los académicos, el uso de plazas para fines políticos por parte de las autoridades, el funcionamiento del Tribunal Universitario que persigue y castiga a quienes deciden organizarse, y que las autoridades han sido omisas ante sus demandas.

El lunes en la noche, después de haber realizado el estudiantado votaciones virtuales en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán ante la falta de grupos para el semestre lectivo, acordaron un paro de 24 horas. Tras esta medida, los más de mil estudiantes que aún no tenían grupo fueron incorporados a las clases; aunque aun quedan algunas decenas de casos por resolver. Esta problemática también ocurrió en FES Acatlán.

En este escenario y frente a las implicaciones del regreso a clases, más que un “Consejo Universitario histórico", cómo fue presentado por Enrique Graue ante la toma de decisiones que deben implementar, sólo el diálogo entre quienes integran las comunidades universitarias para que se garanticen las medidas necesarias para un regreso seguro, pude poner el centro el derecho a la educación y a la salud, organizando consultas, comisiones de higiene y seguridad, foros, actividades de difusión de la ciencia frente a la pandemia, servicios comunitarios de atención psicológica (...).