Tras el corte de suministro de gas de Rusia a Polonia y Bulgaria, muchos países de la UE planean reemplazar el gas ruso a través de importaciones de otros países.
La Izquierda Diario @izquierdadiario
Lunes 2 de mayo de 2022 20:11
La Unión Europea (UE) advirtió este lunes, al finalizar una reunión de emergencia de los ministros de Energía del bloque, a sus países miembro que deben prepararse para un corte del suministro de gas desde Rusia ya que planea no ceder a la exigencia de Moscú de pagarlo en rublos los contratos.
El encuentro en Bruselas fue el primero desde que Rusia cortó el abastecimiento de gas a Polonia y Bulgaria porque esos dos países se negaron a pagar en rublos por sus importaciones de gas licuado, una demanda hecha por Rusia ante las sanciones impuestas por los países del bloque europeo en el marco de la guerra en Ucrania.
En una conferencia de prensa luego de la reunión, la comisaria de Energía europea, Kadri Simson, dijo que la exigencia rusa de recibir pagos en rublos es una "modificación unilateral e injustificada de los contratos, y por eso es legítimo rechazarla".
Sin embargo tras la declaración volvió a expresarse las diferencias dentro del bloque. El primer ministro italiano, Mario Draghi, urgió a la Comisión Europea (CE) a expresar cuanto antes si el pago con rublos del gas ruso es un violación de las sanciones europeas contra Moscú.
"Es muy importante que la Comisión exprese una opinión jurídica clara sobre si el pago en rublos incumple las sanciones o no, es la única manera de mantenernos todos unidos. Si no hay una línea, cada empresa o país hará lo que crea conveniente", sostuvo Draghi.
El reclamo del primer ministro italiano surge luego de que diferentes empresas energéticas buscaron la forma de mantener el pago por el gas ruso. La alemana Uniper, anunció que está en conversaciones con Gazprom buscando otras modalidades de pago concretas, en estrecha colaboración con el Gobierno alemán.
Por su parte una compañía austríaca OMV, la empresa petrolera más grande de ese país, también anunció que está buscando formas de pago que por un lado no vayan en contra de las sanciones europeas, pero le permita seguir comprando gas ruso.
El reclamo italiano responde a que ese país es el segundo mayor comprador de gas ruso en la UE, importó 11.400 millones de metros cúbicos de gas natural de Rusia en 2021. Una de las metas del gobierno italiano es reducir la importación a la mitad en los próximos meses, y para compesar su carencia ya se firmaron nuevos acuerdos con Angola, República del Congo y Argelia.
"Debemos prepararnos para una suspensión del abastecimiento"
La comisaria de Energía europea, Kadri Simson, también dijo que los pagos que deberán ser efectuados a mediados de mayo se realizarán "con respeto a los contratos" y advirtió: "Debemos prepararnos para una suspensión del abastecimiento".
La encargada de energía de la Comisión Europea (CE) informó que a pedido de los propios ministros en la reunión se proporcionará "una guía más detallada de aquello que las empresas pueden y no pueden hacer en el marco de las sanciones".
El 20 de mayo vencen varias facturas de Gazprom, y el bloque teme que Rusia pueda cerrar el suministro en ese momento lo que podría impactar en algunos países miembros, en particular Hungría y Eslovaquia, que dependen más que otros de los suministros rusos.
Los 27 países de la UE importan de Rusia alrededor del 40% del gas que consumen. Bruselas cree que puede hacer frente a un escenario de cortes inmediato, pero ve con temor el próximo invierno.
Ante esto la UE llevas meses negociando con proveedores de todo el mundo, como Estados Unidos, Noruega, Azerbaiyán y Qatar, para incrementar el flujo de Gas Natural Licuado (GNL) y gas por tubería para hacer acopio.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se comprometió durante su visita a Bruselas en marzo a incrementar en casi un 70% el suministro de GNL hacia la UE, pero la cantidad queda muy lejos de compensar las importaciones de gas ruso, además de ser más caro, lo que tendría un impacto en los precios y en la industria.
La UE busca avanzar en las sanciones contra el petróleo ruso
Como forma de presión contra Rusia, la Unión Europea intenta resolver las diferencias en su seno para sancionar el petróleo ruso como represalia a los cortes en el suministro de gas a Polonia y Bulgaria.
Los gobiernos de Alemania y de Austria, hasta ahora reacios a una medida de ese tipo, expresaron su disponibilidad a adoptar un nuevo de paquete de sanciones que incluya el crudo procedente de Moscú, dejando a Hungría como único país que todavía lo rechaza.
El alemán Robert Habeck subrayó que "tras dos meses de trabajo" su país "no está en contra de una prohibición al petróleo de Rusia" y, aunque reconoció que "no hay tiempo" para evitar que una sanción así provoque un problema "local" en una refinería que utiliza exclusivamente crudo ruso, enfatizó que "no golpeará a la economía en su conjunto".
Como parte de sus sanciones a Rusia por la invasión a Ucrania, la UE ya aprobó prohibir las importaciones de carbón ruso, pero vedar también el petróleo y el gas rusos ha resultado una cuestión más difícil, dado el grado de dependencia energética de muchos países del bloque, sobre todo Alemania, que es su mayor economía.
El Gobierno de Putin se mantiene en su exigencia, según el decreto emitido: aceptaría en una primera instancia al euro como moneda de pago del gas, que figura en los contratos, esos euros se venderían en la bolsa de valores de Moscú por rublos, para luego transferirlos a Gazprom.
Más allá de las discrepancias en torno a hasta dónde avanzar con las sanciones, los países imperialistas aumentan su guerrerismo (acrecentando sus presupuestos militares y continuando con el envío de armas a Zelensky, cada vez más pesadas), con el objetivo de esmerilar las fuerzas militares de Rusia en su invasión y guerra a Ucrania, mientras buscan cómo garantizarse el suministro de gas.
La principal preocupación en este caso es que una disminución en sus importaciones, produzca un escasez en las industrias, pero también en los hogares de sus poblaciones, provocando un aumento en la disconformidad hacia esos mismos gobiernos, que como dijimos están acrecentando sus presupuestos militares en detrimento de partidas presupuestarias que vayan a las necesidades básicas de las mayorías populares, como ser salud o vivienda.