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Red Internacional
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ESPECULACIÓN CON EL MEDIO AMBIENTE. La Xunta es condenada a indemnizar a una comunidad de montes por la quema de 450 hectáreas

Desde el primer día comenzó el rumor que asignaba la responsabilidad a los propios equipos de la Xunta de Galicia y a la empresa de gestión público-privada SEAGA. Se abrió una investigación que resolvió que efectivamente una quema “controlada” fue la causante del grave incendio.

Jacobo A. García

Jacobo A. García @Jacobscarface

Miércoles 17 de mayo de 2017

En abril de 2011 un incendio quemó 475 hectáreas en los municipios orensanos de Bande y Verea, con unas labores de extinción en las que tuvieron que trabajar ocho agentes forestales, dos técnicos, 15 brigadas, nueve motobombas, tres palas, ocho helicópteros y siete aviones. Desde el primer día comenzó el rumor que asignaba la responsabilidad a los propios equipos de la Xunta de Galicia y a la empresa de gestión público-privada SEAGA. Se abrió una investigación que resolvió que efectivamente una quema “controlada” fue la causante del grave incendio.

La “Comunidade de Montes en Man Común Montegrande II de Bande” y el TECOR, societario de caza de Verea, exigieron al gobierno gallego una indemnización por el perjuicio causado de 827.390 y 50.000 euros, respectivamente. El juzgado de instrucción de Bande desestimó la causa. Sin embargo, recientemente el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, TSXG, se pronunció a favor de los afectados, condenando a la Consellería de Medio Rural y a la empresa SEAGA al pago de una indemnización de 180.000 euros (160.000 a la comunidad de montes y 20.000 al TECOR) por su responsabilidad en el incendio.

La Xunta por su parte buscaba reducir dicha multa a 46.743 y 1.920 euros respectivamente. Las sentencias no son aún firmes y el Gobierno gallego puede interponer un recurso.

La parecía una quema controlada de poco mas de 2 hectáreas dio lugar a un incendio forestal de 475 hectáreas “por la absoluta falta de previsión de las condiciones como de los medios, presuntamente por especialistas y profesionales seleccionados por mérito y capacidad, entrañando un funcionamiento palmariamente anormal de una Administración en la gestión de la actividad que tiene encomendada", en palabras del TSXG.

La quema autorizada se realizó, según reconoció la propia Xunta, en un momento en el que el vehículo de SEAGA se encontraba fuera de la zona de trabajo y el helicóptero más cercano había sufrido la rotura del cable que sujeta la cesta que transporta el agua.Además se registraban vientos de 17 Km/h.

Galicia es una tierra endémica donde los incendios forestales arrasan miles de hectáreas de monte cada año. Solo el verano pasado fueron mas de 10.000, como publicamos aquí. Las causas son varias, pero la primera de ellas, y más evidente es la proliferación de la especie invasiva del eucalipto, asociada a la producción de la pasta de papel, un negocio muy lucrativo regentado por la empresa de origen franquista ENCE, que posee una fábrica altamente contaminante en la ría de Pontevedra. Para ENCE el monte gallego no es más que su almacén. Cuantos mas eucaliptos haya más seguridad tendrá en sus beneficios. Además el eucalipto se ve favorecido por los incendios forestales, ya que crece con facilidad en terrenos quemados, no así los árboles autóctonos como el roble o el castaño.

Otro de los motivos es la especulación inmobiliaria. La nueva “Ley de Suelo” del PP permite construir en suelo quemado. Esto favorece los incendios por razones de especulación e intereses económicos. Ademas, en Galicia, existen numerosas minas que extraen distintos materiales, como la pizarra, el granito, así como se realizan productos derivados, como el silicio metal y sus aleaciones, producidos por FerroGlobe, una gigante empresa gallega que es la líder mundial en este sector.

En este sentido, también se produjeron incendios en las inmediaciones de lugares protegidos, como las Fragas do Eume, donde en ese mismo año, en el 2012, se había proyectado una mina de andalucita a menos de 50 metros del parque natural de incalculable valor. La mina todavía no está en funcionamiento, y ha tenido una fuerte oposición popular.

En definitiva, no nos creemos la versión oficial del Gobierno, que nos intenta hacer creer que el drama de los incendios que se repite cada año de forma regular, y con eventos catastróficos cada pocos años, es obra de unos criminales pirómanos. Y que harán todo lo posible por encontrarles y hacerles pagar lo que han hecho. Lo que vemos es que la mayor parte de las veces los delitos ambientales salen impunes, y que semejante cantidad de incendios, así como la alta planificación de algunos de ellos, con 4 o 5 focos iniciales simultáneos, responden claramente a grandes intereses capitalistas.

Además, tal y como denunciaron los trabajadores, los medios disponibles y las progresivas privatizaciones de los servicios de prevención y extinción han mermado la calidad del servicio. Hasta producirse brutales recortes en la plantilla. Es así que después de una lucha sindical el verano pasado los trabajadores ganaron una batalla y la Xunta se tuvo que comprometer a aumentar las plazas públicas.

Sin embargo, a mediados de mayo estas plazas aún no se han presentado, como sí que lo han hecho las de la empresa público-privada SEAGA. Esto expresa a la perfección cómo funciona este servicio, donde la mayor impera la contratación temporal de 3 meses al año y los servicios se centran en la extinción en vez de en la prevención.

En el resto del Estado español también se producen numeroso incendios, aunque nos centramos en la realidad gallega porque es donde se sitúa casi la mitad de la masa forestal y la mayor parte de los incendios. De 2001 a 2014 en Galicia se quemaron el 23,51 % de las hectáreas totales en todo el Estado y se produjeron el 39,04 % de los incendios forestales. De todas formas, en cuanto a las causas y a las consecuencias de los incendios podemos decir que son similares en otros territorios.

De hecho, catástrofes como las de Portugal, o la de Chile nos demuestran que este no es un problema aislado, y que es urgente organizarse para hacerle frente.

Como ejemplo podemos ver que la reforma de la acuicultura intensiva, que pretendía dar vía libre a las multinacionales para la producción de piscifactoría con menores requisitos ambientales, fue tumbada por los trabajadores del sector de la pesca y marisqueo. En pocos días fueron capaces de llevar a cabo una gran movilización 50.000 personas en la capital gallega, que hizo temblar al Gobierno del Partido Popular, que pronto dio marcha atrás.

En contraste la lucha contra ENCE-ELNOSA en Pontevedra lleva décadas estancada porque no se ha dialogado con los trabajadores de la fábrica adecuadamente. El movimiento ecologista les ofrece el paro e indemnizaciones y la burocracia sindical se posiciona a favor de la patronal. Por eso nos parece imprescindible plantear el traslado conservando los puestos de trabajo y reconvirtiendo la industria hacia un modelo más limpio. Solo así, con los trabajadores del lado de la lucha ambiental, es posible luchar contra el problema de la contaminación, la plaga del eucalipto y los graves incendios forestales.

Consideramos que para llevar a cabo el necesario programa de rescate ambiental en Galicia, y el resto del Estado español, es necesario implementar y ampliar los métodos de la lucha de clases. Es necesaria una mayor coordinación de los sectores implicados, así como los estudiantes y el resto de sectores oprimidos, que junto con las demandas económicas y sociales, presenten una batalla por defender el medio ambiente, que es el garante de la riqueza en el futuro.