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Red Internacional
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DEUDAS PROVINCIALES. Los acreedores de la deuda de Neuquén seguirán cobrando tasas altísimas y durante más años

¿Logro histórico o la tímida renegociación de una deuda a tasas usurarias? El lastre de una deuda dolarizada con acreedores externos.

Viernes 27 de noviembre de 2020 19:52

El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, anunció esta semana el acuerdo alcanzado con la mayoría de los acreedores para la renegociación de la deuda provincial nominada en dólares y bajo legislación extranjera. Entre los principales tenedores de la deuda provincial, nucleados en el Comité Ad Hoc, están los fondos de inversión globales Amundi Asset Managment, Contrarian Capital Managment LLC y Franklin Templeton Resources Inc.

“Estamos ante un logro histórico: es la primera provincia que logra reestructurar su deuda sin incurrir en default ni incumplimiento de ningún tipo”, afirmaba ante la prensa el mandatario junto a su ministro de Economía, Guillermo Pons.

El “logro histórico” sería haber modificado el esquema de tasas y vencimientos sin suspender el pago de la deuda provincial pero en medio del virtual default de la deuda argentina. Recordemos que el virtual default fue utilizado por la cartera de Martin Guzmán como parte de su estrategia negociadora. Y aunque finalmente terminó cediendo mucho a los lobos de Wall Street, la renegociación de la deuda nacional se cerró casi sin quita para los acreedores y con una tasa que llegará a pagar el 4,125% anual. En un mundo de tasas cercanas a cero e incluso negativas, el rendimiento sigue siendo altísimo.

En el caso de la renegociación de la deuda de Neuquén, el acuerdo anunciado está concentrado en dos bonos (Ticade y Tideneu), por un monto global de 683,3 millones de dólares. Estos bonos se emitieron en 2016 y 2017, respectivamente, a tasas iguales o superiores a las que se endeudaba en ese momento el gobierno de Macri, que ya de por sí eran verdaderamente usurarias.

Los bonos Ticade, además de legislación extranjera, están garantizados por las regalías petroleras. Es decir que el riesgo de impago es muy bajo. El comunicado de prensa oficial (aún no hay mayores precisiones), anuncia una rebaja en la tasa de interés, que pasaría de 8,625% a 5,17%. Es decir, un recorte de 3,455%. Sin embargo, esa rebaja quedaría exactamente compensada por la entrega en efectivo de U$D 34,55 por cada U$D 1000 en bonos. En otras palabras, los acreedores reciben 3,455% del rendimiento en efectivo y en forma anticipada en 2021. A partir de 2022 la quita se iría moderando hasta converger a la tasa de interés original. Pero esa quita quedará compensada con el corrimiento del vencimiento de 2028 al año 2030. Es decir que la provincia seguirá pagando esas tasas usurarias durante dos años más.

En el caso de los bonos Tideneu, también nominados en dólares y con legislación extranjera, no están garantizados por las regalías. La tasa de interés pasa de 7,5% anual al 5% en el primer tramo, luego converge a una tasa de 6,875%. Una tasa que sigue siendo altísima. Pero además seguirá rindiendo intereses durante cinco años más, ya que el vencimiento pasa de 2025 a 2030.

Con este acuerdo el Gobierno de Neuquén apenas logra estirar los plazos con una moderada quita en tasas de interés que de todos se ubican muy por encima, por momentos casi al doble, de las tasas que pagarán los bonos de la deuda nacional.

La verdadera quita

Al anunciar el acuerdo, la versión oficial asegura que la renegociación permitiría liberar 270 millones de dólares en los próximos cuatro años. En realidad no hay quita en el capital y el recorte de tasas en los próximos años queda compensado por la extensión de los vencimientos.

La verdadera quita será para el pueblo trabajador neuquino. El proyecto de Ley de Presupuesto Provincial 2021 contempla una erogación de 9.352 millones de pesos en concepto de intereses de la deuda pública. Es casi la misma cifra que el Gobierno planea gastar en inversión real para las áreas sumadas de Salud, Vivienda, Educación y Agua Potable.

Queda por fuera de la renegociación el préstamo que la provincia tomó en 2018 con el Credit Suisse por unos 100 millones de dólares, a siete años, y con tasas igualmente usurarias que van del 7 a 8,25% anual.

De acuerdo al último informe del Ministerio de Economía, para septiembre de 2020, el stock de la deuda pública de Nequén ascendió a 1.231 millones de dólares. El 85% de la deuda pública está nominada en dólares y el 71% se emitió bajo legislación extranjera.

La tasa promedio de los bonos que emite la provincia ronda los 8,03%. Aun cuando se trata de una de las pocas provincias que pone las regalías petroleras como garantía, paga una tasa por encima del promedio de los títulos públicos provinciales en el resto del país (7,75% anual). Además se toma deuda en moneda extranjera –y a tasas altísimas- para financiar un presupuesto cuyos gastos son mayoritariamente se pagan en pesos. Un gran negocio para los fondos de inversión, pero un pesado lastre para el pueblo neuquino.

Al tipo de cambio proyectado para 2021, el stock de la deuda pública de Neuquén equivale al 75% de los ingresos presupuestados para el año que viene, con vencimientos distribuidos a lo largo de 10 años. Es decir que, en promedio y suponiendo que se mantienen las mismas proporciones, la carga de la deuda pública en el erario provincial va a aspirar, sin contar la capitalización de intereses, no menos de un 7 u 8% de los ingresos, una sangría importante que se pagará con menos viviendas y el deterioro de la salud y la educación pública.

El Presupuesto 2021, elaborado antes del acuerdo, contemplaba pagos por 31.201 millones de pesos en concepto de pagos de intereses y amortización de la deuda pública. Un 17% de los ingresos totales de la provincia. Con la renegociación se despeja un poco el horizonte a corto plazo, pero al costo de seguir endeudados durante más años.

La carga de deuda no es inmanejable en este momento, pero al estar altamente dolarizada se indexa automáticamente y puede escalar muy rápido en caso de nuevos golpes devaluatorios.

En resumen, no hay nada que festejar. El acuerdo alcanzado es una nueva ofrenda a los fondos buitres, que aceptaron el acuerdo propuesto por el gobierno de Neuquén porque de cualquier modo salen ganando. La investigación y el desconocimiento de la deuda usuraria que desangra al país y a cada una de las provincias, es el primer paso que debe tomar un gobierno de trabajadores para reorganizar los recursos económicos en función de las necesidades de las amplias mayorías.