Este miércoles el juzgado de garantía de Viña del Mar decidió dejar libre y con arraigo nacional a este sujeto, estableciendo 120 días de investigación, mientras él sigue en su cargo de teniente, como si nada hubiera pasado.
Jueves 19 de agosto de 2021
Al teniente solo se le prohibió usar armamento particular, no así su arma fiscal, cuando el sujeto le cerceno los dedos con la puerta del inmueble hasta amputarle las falanges del dedo a su pareja y mostró sus intenciones directamente de matar a la víctima y después matarse él para salvarse de lo que había hecho, la misma fiscalía expuso los detalles de la situación.
Lo repudiable es como ni siquiera es necesario que este tipo se mate para quedar impune materialmente ante esta horrible situación y siga en su cargo de una institución que ha demostrado estar podrida en todo su actuar, incluso cotidiano, que hace que sea más que solo cuestionable a los pacos, su rol y la necesidad de que existan. Además consiguió que el tribunal protegiera su identidad y que esta no sea revelada.
Los responsables de que se mantengan en impunidad los causantes de casos como estos, o todos los casos represivos y abusivos de parte de la policía como las violaciones a los derechos humanos desde su existencia (por ejemplo con el caso de Camilo Catrillanca en el gobierno de Piñera, quien fue baleado por el sargento Carlos Alarcón en Temucuicui en una operación del comando jungla contra el pueblo mapuche), y en su máxima expresión en la revuelta, es esa misma justicia en manos del poder judicial, que cuida los intereses del Estado y de su existencia misma, cuidando a esos mismo pacos que incluso en casos aberrantes de violencia de genero, salen libre de polvo y paja.
Otro caso importante y no menor de cómo funciona esta justicia en Chile es como mantienen aún a presos y presas por luchar contra esta misma injusticia y contra todos los atentados contra nuestros derechos (incluso muy básicos), y libertades de expresarnos como personas, y al mismo tiempo los pacos quienes violaron los derechos humanos no reciben castigo.
