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Especulación. La caída de Evergrande: el gigante inmobiliario chino que puede arrastrar a todo el mundo

Las acciones del gigante inmobiliario cayeron más del 10% y ya empieza a arrastrar a todos los mercados del mundo. La brutal especulación del sector inmobiliario representa más de una cuarta parte del PIB chino. La empresa Evergrande podría no enfrentar el pago de vencimientos de deuda esta misma semana.

Juan Andrés Gallardo

Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1

Lunes 20 de septiembre de 2021 10:59

El índice de referencia de la Bolsa de Hong Kong, el Hang Seng, registró hoy pérdidas del 3,3 % en una jornada marcada por la debacle de las empresas del sector inmobiliario y con la incertidumbre con respecto al futuro de la promotora china Evergrande, una de las mayores del país asiático.

Evergrande es la segunda empresa inmobiliaria más grande de China, un sector que representa más de la cuarta parte del PBI del país. Las acciones del grupo se desplomaron un 10,63% este lunes en la Bolsa de Hong Kong, registrando su menor nivel de cotización en más de 11 años. Los inversores temen que una posible quiebra de este gigante que afecte a toda China, ya que los pasivos de la compañía representan aproximadamente el 2% del PIB del país asiático.

La semana pasada, la desarrolladora inmobiliaria admitió que probablemente no pueda pagar la deuda de alrededor de 254.000 millones de euros (300.000 millones de dólares) que tiene con sus acreedores.

Su quiebra no solo significaría la destrucción de millones de empleos directos e indirectos, sino una catástrofe económica que los especialistas ya están calificando como un potencial Lehman Brothers chino.

“Evergrande es solo la punta del iceberg”, dijo Louis Tse, director gerente de Wealthy Securities al Financial Times. También agregó que los desarrolladores inmobiliarios chinos están bajo una presión sustancial de reembolso de los bonos denominados en dólares, al mismo tiempo que Pekín empuja a estas empresas a reducir los costos de la vivienda en China continental y Hong Kong.

"Eso también afecta a los bancos: si los precios de las propiedades son más bajos, ¿qué pasa con sus hipotecas?. Tiene un efecto de cadena" dijo Tse.

Ese efecto en cadena se vio este mismo lunes cuando las acciones de Ping An, la mayor aseguradora de China, cayeron hasta un 8,4 por ciento, tras revelar que tiene 9.8 billones de dólares en exposición a las acciones inmobiliarias del país.

Otro sector afectado es el de los metales que también cayeron este lunes a medida que crecían las preocupaciones sobre el impacto en la demanda de materias primas por un retroceso en el mercado inmobiliario chino. El sector inmobiliario representa alrededor del 20 por ciento del consumo de cobre del país y el 10 por ciento de su demanda de níquel, según analistas de Liberum.

La especulación inmobiliaria que estuvo detrás de la crisis de la hipotecas en Estados Unidos y desató la crisis económica mundial de 2008, afectó a todo el mundo porque el esquema era compartido por muchos países y los prestamos basura habían sido convertidos en instrumentos financieros que formaban parte de las carteras de los principales fondos de inversión. La caída de Lehman Brothers fue el caso testigo, al que le siguieron rescates multimillonarios de parte de los bancos centrales de los principales países para socializar la deuda fraudulenta de estas empresas, desembocando en una nueva burbuja de deuda estatal que se mantiene hasta el día de hoy.

En el caso chino, los especuladores y fondos de inversión esperan que Beijing, que tiene control sobre la mayoría del sector bancario, emita una orden para evitar la caída de Evergrande.

Sin embargo, como señala James Kynge al Financial Times, muchos creen que Beijing tiene la intención de dar un ejemplo con Evergrande para dejar claro a otros promotores inmobiliarios que se toma en serio los límites establecidas el año pasado para reducir los niveles de deuda en el sector y frenar una sobreoferta crónica de espacio residencial.

Una acción de este tipo podría arrastrar a los mercados en todo el mundo, pero también produciría un daño enorme a la economía china, dependiente de este sector en más de un cuarto de su PBI, y para impulsar la recuperación pospandémica.

Como señala Kynge, "Beijing está inmerso en un ejercicio sumamente delicado. Necesita infligir suficiente dolor para demostrar que es grave, pero no tanto que deje moribundo uno de los motores más importantes de su crecimiento económico".


Juan Andrés Gallardo

Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario

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