Antes del mediodía de ayer, el techo de la estación ferroviaria de Bernal se desplomó ante la mirada atónita de trabajadores y usuarios. Otra de las obras a paso de campaña del excandidato Randazzo, que por obra de la fortuna no terminó en una desgracia.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Viernes 19 de junio de 2015
El hall de la estación Bernal es el paso obligado de miles de usuarios que viajan con destino a La Plata o Bosques. Allí se encuentran la boletería principal y varios comercios (kioscos, bar y panadería). Centenares de estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes van y vienen por ese lugar cotidianamente. Si hoy no estamos lamentando heridos ni fallecidos fue en parte de casualidad: el entretecho de la añeja estación se comenzó a rajar y a medida que caían los escombros, trabajadores y público usuario fueron huyendo de ese sector de la estación. A los pocos minutos, observaron un espectáculo insólito: el techo se derrumbó ante sus ojos. Cemento, lámparas y vigas, que podían haber causado daños gravísimos si el derrumbe hubiese ocurrido de golpe. Parecía el deshielo del glaciar Perito Moreno, pero en el ferrocarril Roca el espectáculo fue lamentable.
Como expresó Carla Lacorte, quien es precandidata a Intendenta de Quilmes por el PTS en el Frente de Izquierda y reconocida luchadora por los derechos humanos “Randazzo, ahora que se bajó de su precandidatura, no podrá sostener más su teoría de la conspiración ya que queda en evidencia que el kirchnerismo deja al ferrocarril Roca como una trampa mortal para los usuarios y trabajadores. El sábado pasado el intendente de Quilmes “Barba” Gutiérrez y el de Avellaneda, Ferraresi, recorrieron las obras en las vías del Roca. Es una caradurez, no se puede hacer campaña con la vida de los trabajadores y usuarios”.
Otro botón de muestra de la manera en que este gobierno -y particularmente el Ministerio de Transporte dirigido por Florencio Randazzo- improvisan en materia ferroviaria. Toda obra y renovación en el ámbito ferroviario se realizó sin ninguna planificación racional, sino que se hacen con el objetivo de dar una imagen de buena gestión en función de cálculos electorales. Este lunes un tren arrolló y mató a un trabajador ferroviario que estaba haciendo tareas para una tercerizada. Hace dos semanas un choque de trenes en Temperley dejó un saldo de más de 40 heridos. La tragedia ronda las vías del ferrocarril Roca producto de la falta de planificación y la desidia empresarial.
Esto se relaciona con la “estatización” que votó el kirchnerismo semanas atrás en el Congreso Nacional, que es una farsa, ya que no empieza por reorganizar al ferrocarril partiendo de la devolución de los subsidios millonarios que literalmente se robaron las empresas que gestionaron el servicio (en el caso del Roca, Tasselli primero, el conglomerado TBA-Metrovías-Grupo Emepa después). La única garantía contra estos accidentes evitables es una estatización del ferrocarril bajo administración de sus trabajadores y control de comités de usuarios populares; es lo que plantea el proyecto de ley alternativo de Nacionalización Integral de los Ferrocarriles, elaborado por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) junto a sectores combativos del ferrocarril. Ese proyecto fue la única propuesta alternativa a la ley que finalmente votaron todos los bloques de la oposición (PRO, radicalismo, massismo, etc) junto al oficialismo. Estuvieron de acuerdo con la mal llamada privatización (en realidad fue la concesión del servicio a empresas privadas y subsidiadas por el Estado) y ahora compartieron la misma salida a la crisis ferroviaria. No sólo se derrumbó el techo de Bernal; se derrumba también en parte el espejismo de la “revolución ferroviaria”, más un operativo de maquillaje del aspecto de estaciones y formaciones que una verdadera planificación racional para recuperar al transporte ferroviario.
* El autor es trabajador de la línea Roca e integrante de la Agrupación Ferroviaria Naranja
