Después de 37 días prófugo, este viernes fue detenido Christian “N”, quien agredió a su novia Melanie B., el pasado 31 de octubre en una fiesta de Halloween y cuyo caso fue mediáticamente seguido y criticado.
Sábado 7 de diciembre de 2024
Desde la cuenta oficial de Irving Barrios Mojica, fiscal general de Tamaulipas, reportó el día de ayer que fueron elementos de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Nuevo León (FGE) quienes lograron la detención del joven mexicano durante un operativo que encabezaron en el municipio de Escobedo. Hay que mencionar, que previamente las autoridades tamaulipecas ofrecían $200,000.00 por información sobre su paradero.
El ataque a Melanie Barragán, ocurrido el 31 de octubre en Ciudad Madero, Tamaulipas, es un ejemplo más de la violencia sistemática que las mujeres enfrentamos en un país donde los feminicidios, las agresiones físicas y psicológicas son una constante.
En un contexto donde la violencia de género se encuentra profundamente arraigada en este sistema patriarcal, este caso resalta cómo cuando las víctimas logran sobrevivir, las repercusiones a nuestra vida desde el sistema judicial y la sociedad a menudo fallan en proporcionar una justicia plena, ya sea minimizando las sentencias de nuestros agresores y con secuelas físicas y emocionales severas.
En el caso de Melanie, la brutalidad de la agresión, que incluyó golpes en la cabeza y el rostro, así como su permanencia en estado grave en el hospital, sigue en proceso de sanación, además su mamá comentó para El Heraldo Televisión, que su hija se encontraba recuperándose de una segunda cirugía de nariz y mandíbula y que la fiscalía no le había informado hasta ese momento sobre la detención de Christian “N”.
Ante la impunidad que prevalece en estos casos, en redes sociales se leen comentarios como: “Ahora hagan justicia! No vayan a salir con que no hay suficientes pruebas.” “Ojalá que de vdd haya castigo y no sea puro blah blah cómo acostumbran!!” "De coordinación de inteligencia" jajajajaja ni con los malandros hacen eso".
A pesar de la detención de Christian “N”, es importante subrayar que la captura de un agresor no significa el fin del proceso de justicia. En muchos casos, especialmente en aquellos que involucran violencia de género, la impunidad continúa siendo la norma. En un país donde las mujeres siguen siendo asesinadas, agredidas y acosadas a diario, y donde los casos de violencia de género suelen ser minimizados, el camino hacia la justicia real para Melanie y otras víctimas es largo y complejo.
La detención de Christian “N” también pone "sobre la mesa" la crisis de impunidad que afecta a las víctimas de violencia de género en México. La detención no fue inmediata, sino que estuvo prófugo por más de un mes, lo que evidencia la ineficacia de las instituciones en garantizar justicia a las mujeres que padecen violencia en su contra y en perseguir a sus agresores. Además, si este caso no se hubiera vuelto viral en redes sociales, lo más probable es que lo hubieran dejado junto a los cientos de casos jamás resueltos ni investigados. La recompensa ofrecida por las autoridades también refleja esta incapacidad de los sistemas judiciales para atender y darle seguimiento a estos casos para abordar la violencia de género de manera integral.
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Hay que mencionar, que la violencia contra las mujeres en México no es un fenómeno aislado ni un “problema personal” de agresores y víctimas; se trata de un reflejo de las desigualdades estructurales que existen en nuestra sociedad. Por lo que es fundamental cuestionar las interpretaciones legales de estos hechos, al margen de la clasificación que le otorguen las autoridades al delito cometido, pues la mayoría de las veces se pasa por alto que el sistema judicial no está preparado para reconocer y solucionar adecuadamente los delitos de género, por lo que no podemos depositar nuestra confianza en estas instituciones que, como portavoces de este sistema que nos considera como cuerpos disponibles para la violencia, la explotación y la opresión, perpetúan las desigualdades de género.
A pesar de la agresión sufrida, Melanie Barragán ha demostrado una fortaleza admirable, expresando su agradecimiento en redes sociales por el apoyo recibido; sin embargo, no podemos olvidar que la carga emocional, física y económica que enfrentan las víctimas de violencia de género es monumental. A sus 20 años, Melanie aún enfrenta múltiples cirugías y tratamientos médicos debido a las graves lesiones que sufrió, mientras su familia, con su hermano Pedro al frente, lucha por reunir los recursos necesarios para sus cirugías y recuperación.
El caso de Melanie también pone de manifiesto la solidaridad de los colectivos feministas y la sociedad civil, que, a través de campañas de recaudación y visibilización, han brindado apoyo a la joven. Sin embargo, esta solidaridad debe ir más allá del apoyo emocional o económico. La lucha feminista debe exigir cambios profundos en el sistema judicial, en la educación y en las políticas públicas para que las mujeres podamos vivir sin miedo a ser agredidas o asesinadas.
Diana Palacios
Profesora egresada de la Normal Superior, colaboradora en IdZMx