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Elecciones 2021. La carrera presidencial de Sichel, Boric y Provoste

Definiéndose los candidatos hacia las elecciones y con Gabriel Boric corriendo como favorito cabe preguntarse ¿Cómo enfrentarán los candidatos la crisis económica en curso?

Ιωαχειν

Ιωαχειν Santiago de Chile

Martes 27 de julio de 2021

Este domingo en el programa de televisión “tolerancia cero”, el alcalde Jorge Sharp presentó como propuesta para una “eventual” candidatura presidencial de los sectores populares el definir el gobierno que será electo a finales de año como un “gobierno de transición”. Es decir, una vez que la Convención Constituyente elabore el proyecto de nueva constitución , se convoque a nuevas elecciones tras la aprobación en el plebiscito de salida.

En cierta medida la idea tiene algo de cierto. La redacción de la nueva constitución, si es que ocurre, culminará durante el mandato del próximo presidente. Luego vendría, teóricamente, un periodo de adecuación legislativa en la cual los distintos organismos del estado deberán adecuar su funcionamiento al de la nueva ley suprema.

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La idea de un gobierno de transición hace patente la idea de que debiese existir un cierto fair play o una luna de miel extendida para el próximo gobierno que probablemente no realizará aquello por lo que marchamos en octubre, pero sentará las bases para que en un futuro indeterminado así sea.

Y así , el alcalde Sharp, con el objetivo de presentar una propuesta presidencial que muestre una imagen “desinteresada por el poder” termina mostrándonos de manera bastante precisa la naturaleza de la campaña electoral que ha comenzado y por donde se irán moviendo los distintos actores.

Boric, favorito en las encuestas, señaló que su gobierno será el primero que no buscará "más poder". En la linea del alcalde de Valparaíso de mostrarse desinteresado del poder , pero sin ofrecer adelantar elecciones, Boric se pone el parche antes de la herida con un discurso progresista de cambios graduales que iremos percibiendo con un transito lento pero seguro a una "sociedad mejor"

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La campaña de la lista Apruebo Dignidad ( Compuesta por el FA y el PC) ha sido bastante enfática en proponer, tanto en el de Jadue como en el de Boric, un programa de Gobierno bastante moderado en términos de consagrar derechos sociales o repensar la propiedad de los recursos naturales.

Vía impuestos y/o vía endeudamiento del país, ambos candidatos apuestan por incrementar el gasto fiscal apoyándose en el alto precio del cobre (negocio por el cual percibe muy poco dinero) para financiar una batería de bonos para sostener económicamente a la población. Números más, números menos, un poco más de cobertura o un poco más de gasto fiscal, medidas liberales más, medidas liberales menos, básicamente en eso consiste el programa de Yasna Provoste, Boric.

Diríamos también el de Sichel, que discursivamente tenderá a compartir la visión de aumentar la deuda para mantener ayudas sociales. Pero tras Sichel la derecha está parapetada para buscar implementar el Programa de Piñera: Un fuerte recorte al gasto fiscal para bajar el nivel de endeudamiento , lo que implica endurecer las condiciones laborales de los chilenos para hacerlos trabajar más por menos y recortar las escasas ayudas sociales que hoy se entregan.

Todos los partidos políticos hoy en disputa saben que no existe hoy un proyecto capaz de establecer una hegemonía política duradera y que las elecciones de noviembre como mucho otorgaran una hegemonía relativa en el escenario nacional. Y esto no solo por la crisis política que tiene a las instituciones representativas, partidos incluidos, en el suelo.

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La compleja situación económica mundial genera una situación de incertidumbre sobre la cual es difícil proyectar un programa de “largo plazo”. La pregunta es si la situación social se mantendrá en esta relativa calma hasta que las reforma constitucional haga lo suyo. El problema es que la izquierda reformista y la centro izquierda no tienen respuesta respecto a cómo esa reforma solucionará los problemas del país.

Todos los economistas coinciden en que el nivel de deuda pública en Chile se está elevando a niveles cada vez más preocupantes. La reciente “minicrisis” que estalló con la caída del fondo E del sistema de pensiones AFP ( basado en las reservas estatales) volvió a encender las alarmas en esta materia. Eso coincide con que la deuda privada en Chile se encuentra en niveles históricos también, algo que se ha moderado con el mini ciclo del precio del cobre. La pregunta es hasta qué punto Chile puede continuar creciendo su gasto fiscal sin que el endeudamiento del estado llegue a niveles descontrolados.

Parece ser que efectivamente el próximo gobierno podrá continuar aumentando el endeudamiento y conectando un “respirador artificial” en la economía mediante bonos y subsidios que mantengan el consumo de la población. Pero sin tocar la propiedad de los recursos naturales , como el cobre, eso continuará desfinanciando las arcas del estado y generando una pesada mochila que hará a Chile aún más dependiente del capital trasnacional.

La apuesta es que quienes nos movilizamos en octubre, así como quienes han sufrido los costos de la crisis nos limitemos a esperar tranquilamente mientras los bloques políticos parlamentarios se adecuan encontrando la formula que les de gobernabilidad.

Pero no hay plazo que no se cumpla y deuda que no se pague. No sea que la centro izquierda o la izquierda reformista terminan recorriendo el camino de Alberto Fernández en Argentina: aplicando el ajuste del programa de la derecha.


Ιωαχειν

Editor y columnista de la Izquierda Diario

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