Carme Forcadell, ex presidenta de la ANC, ha sido elegida como presidenta del Parlamente de Cataluña con los votos de Junts pel (JxS) Sí, la CUP y 5 votos de Catalunya Si Que Es Pot (CSQEP), 77 escaños en total. El resto de parlamentarios han votado en blanco.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Martes 27 de octubre de 2015
Foto: Reuters
Tras las elecciones del pasado 27 de septiembre se han venido sucediendo reuniones y encuentros entre los diferentes partidos para negociar la constitución de los órganos de la cámara catalana. Paralelamente se vienen produciendo las negociaciones secretas entre JxSí y la CUP acerca de los posibles acuerdos de investidura y formación del nuevo govern.
Entre las fechas señaladas se encontraba la de ayer, lunes 26 de Octubre. Por la mañana el nuevo Parlament de Cataluña quedaba constituido y lo hacía con un claro predominio de los candidatos de JxSí en los distintos órganos.
En la sesión inaugural tomó posesión de su cargo Carme Forcadell, la ex presidenta de ANC. Forcadell es una de las candidatas independientes más importantes de la lista de JxSí por su destacado rol desde la dirección de esta entidad civil durante todo el proceso y las movilizaciones por la independencia. Forcadell se conviertía ayer en presidenta del Parlament de Cataluña con el 56% de los votos, un total de 77 escaños.
En su discurso inaugural ha apelado a los catalanes a “dejar de ser esclavos del pasado para ser creadores de futuro”. En sus palabras, con marcado contenido soberanista, la nueva presidenta ha instado a los diputados a “ser conscientes que estamos ante un momento fundacional y de responsabilidad”. En diferentes momentos apeló a la convergencia y el entendimiento con el resto de fuerzas y el resto de sensibilidades que existen en Cataluña, asegurando que “será un Parlament que escuche a todos, da igual de donde vengan y en que lengua hablen”.
No ha querido olvidar en su primer discurso temas que estuvieron muy ausentes en la campaña electoral catalana, como la pobreza y las desigualdades sociales. Quedó, eso sí, ausente cualquier tipo de mención a la lucha contra la corrupción. No cabe duda que en los discursos inaugurales las promesas y las buenas intenciones campan a sus anchas. Ahora bien, cuando son citadas por una diputada de la lista hegemonizada por la formación que ha gestionado la crisis en Cataluña y ha hecho caer todo el peso de los recortes en las clases populares mientras velaba por el negocio de sus amigos, parece más bien una broma de mal gusto.
En la jornada de hoy no solo Forcadell ha estrenado cargo. La sesión de hoy ha servido también para constituir la Mesa del Parlament. En este apartado tampoco han habido mayores sorpresas, y se han hecho valer las negociaciones que durante las semanas previas habían mantenido los partidos. La Mesa quedó constituida por Anna Simó (Junts pel Sí), David Pérez (PSC), Joan Josep Nuet (Catalunya Sí que es Pot) y Ramona Barrufet (Junts pel Sí). En las negociaciones para la configuración de la Mesa del Parlament, los portavoces de JxS ofrecieron uno de sus puestos a las CUP, aunque finalmente la formación independentista rechazó la oferta.
El fortalecimiento de la propuesta de JxSí y de Artur Mas
Con esta sesión inaugural la candidatura de JxSí ha salido fortalecida, siendo sin duda la que más notoriedad ha logrado en comparación con el resto de fuerzas de la cámara. Pero más allá de este aspecto de reparto de cargos, la creación del nuevo Parlament deja patente que la demanda democrática de los catalanes por el derecho a decidir sigue quedando en manos de Artur Mas y su hoja de ruta. Ese camino trazado por el president en funciones, apoyado en el parlamentarismo, las negociaciones con el Estado español y la ausencia de movilización en la calle que se ha mostrado obsoleto e impotente.
Artur Mas, el último interesado en que se desarrolle una verdadera fuerza de lucha en la calle que cuestione, no solo el reaccionario papel del gobierno español frente a las demandas democráticas del pueblo catalán, sino los recortes de su gobierno, sus ataques a las clases populares y los negocios de su partido, vuelve a tomar oxígeno un día más. Se mantiene por lo tanto, la hoja de ruta del “seny” de Mas, el que levanta las barreras para que el proceso, iniciado en 2012, no se desborde y se convierta en una verdadera grieta de crisis con eje en la movilización social.
La CUP retoma su “mano extendida”
En este punto de la partida y con las posiciones bien tomadas por los representantes de la burguesía catalana, las CUP continua aplicando su particular doctrina; “mano extendida en lo nacional, puño cerrado en lo social”-. Bajo esta premisa que separa ambos ejes, los 10 parlamentarios de la formación de la izquierda independentista, votaron a favor de Forcadell como presidenta del Parlament.
El seguidísmo a la hoja de ruta de Mas se mantiene en la formación independentista, incluso lo profundiza en proclamas que aportan mayor confianza al camino seguido hasta ahora. En este sentido su diputado Julià de Jòdar, que se encargó de abrir la sesión ocupando el primer puesto de la Mesa de edad como miembro de más edad, apuntó que el Parlament que se constituye "será el escenario del embate entre el régimen y la alteridad democrática". Un guiño a la estrategia parlamentarista y la cesión de un hombro para apoyarse a JxSí.
Una consolidación a la estrategia parlamentarista que no sólo bloquea la movilización popular como arma para la lucha por el derecho a decidir, sino que vuelve a ceder un hombro para apoyarse a JxS y la hoja de ruta de Mas, aunque sin Mas como President.
Navegar bajo la supuesta separación entre lo nacional y lo social puede provocar que se pueda ver como “mal menor” viajar junto a los representantes de la burguesía catalana, y para ello sea necesario este tipo de concesiones. No obstante, la formación independentista tendrá que valorar si el camino soberanista de JxSí seguido hasta ahora tiene continuidad o acaba en un acantilado, como todo indica que así desea el propio Artur Mas. Y más profundamente tendrá que sopesar si este apoyo merece bien ver a los gestores de los negocios privados-, a los que han privatizado la sanidad y la educación y a los que han reprimido en estos años de dura crisis a las clases populares, en sus asientos y, además, en los de al lado.