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Red Internacional
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Polemica. La contradicción del feminismo institucional: de la Marea Verde a la impotencia política

A partir de los últimos hechos de violencia de genero por parte de el ex Presidente Alberto Fernandez denunciado por la ex Primera Dama Fabiola Yánez, surgen discusiones alrededor del movimiento feminista. Logros, contradicciones y la necesidad de retomar las calles.

Miércoles 14 de agosto 08:56

Mendoza - Foto: La Izquierda Diario

Mendoza - Foto: La Izquierda Diario

En estos últimos años, el movimiento feminista y diversidades en Argentina, tuvo un crecimiento como nunca antes lo había tenido en las diferentes olas que se desarrollaron a lo largo de la historia. Durante el gobierno de Alberto Fernandez, ex Presidente de la Argentina, actualmente acusado de violencia de genero,incluyendo maltratos físicos y hostigamiento sobre Fabiola Yánez , las mujeres y diversidades, conquistamos el derecho al Aborto legal, seguro y gratuito. Esto se dió luego de años y años de pelea y batallas con una insistente lucha y una gran presencia en las calles.

Ese mismo gobierno, que se había jactado de “tirar abajo el patriarcado” decidió que esa marea verde no se convierta en tsunami. A través de buscar institucionalizar poniéndole un techo mediante el Ministerio de Mujeres y diversidades vació las calles para que las que en ese momento eran parte de la conducción del movimiento, ocuparan cargos en un estado sin financiamiento y a las rastras del FMI.

Las contradicciones empezaron a aparecer de manera inexorable. Aquellas diputadas o legisladoras que fueron parte del enorme movimiento en la pelea por la campaña a favor del aborto, votaban unos meses después presupuestos miseria para financiar la salud, el Ministerio de Mujeres y Diversidades o a favor de reformas previsionales que perjudicaban en su gran mayoría a mujeres adultas. Se empezaba a desprender la idea de que ese feminismo estatal manifestaba enormes contradicciones entre la pelea por el género y no por la clase.

Durante la última campaña electoral, las mujeres y las diversidades tuvimos que escuchar que los candidatos de los principales partidos políticos no pusieran en agenda durante los debates presidenciales, las peleas que aún este sistema capitalista y patriarcal tiene como deuda pendiente con nuestro movimiento. Incluso, tanto Massa como Grabois, dijeron que no era el momento para discutir sobre feminismos, debido a que el problema del hambre era acuciante. Mientras tanto el feminismo abandonó las calles y los niños y niñas siguen padeciendo el hambre y la pobreza.

Nuestra compañera y candidata a presidenta Myriam Bregman, fue la única que puso sobre la mesa de discusión dos temas de los que ninguno quiso hablar: los derechos humanos y en particular el de las mujeres y diversidades, considerando que hay un femicidio cada 29 horas y anticipando que estos derechos iban a ser duramente atacados por cualquiera de los dos candidatos que llegarán al ballotage. Un gran sector (la gran mayoría) de las direcciones feministas que pertenecían a corrientes del peronismo o cercanas apostaron a dar apoyo político y electoral a candidatos que una vez más, no estaban dispuestos romper ningún tipo de vínculo con los que nos oprimen y explotan todos los días, otra vez, decidieron mal y hoy piden disculpas. Esta apuesta política, en contraposición a todas las consignas que el feminismo supo instalar, pelear y conquistar, fue sobre candidatos que estaban totalmente ligados a la iglesia católica y a los fondos buitres. Que por un lado pretenden solucionar el problema de la pobreza a través de la violencia como sucede en diferentes municipios de la provincia de buenos aires en los cuales persiguen a las mujeres que deciden realizarse un aborto, o de personajes como Berni que reprimió a cientos de mujeres en Guernica, que estaban viviendo junto a sus hijos e hijas, muchas de ellas escapando de sus agresores durante la Pandemia o como Veronica Magario, que como vicepresidenta en la provincia de Buenos Aires junto a Kicillof, plantea que es necesario llevar a cabo la prédica del Papa Francisco..superar las diferencias, y en el encuentro de consensos que nos permitan encontrarnos en la búsqueda del bien común, es decir, con todos y todas incluidos. Esa inclusión de la que habla es excluyente para los que peleamos por las libertades individuales a las que la iglesia se opone rotundamente.

Una lista sábana adornada de neoliberales progresistas, que en muchos casos y públicamente atentaban contra los derechos individuales que las mujeres y diversidades supimos conquistar. Desde el feminismo socialista, venimos insistiendo con esta discusión: no es posible que las mujeres logremos conquistar nuestra verdadera emancipación si seguimos organizando nuestro movimiento con partidos politicos y agrupaciones que no son independientes del estado ni de los partidos del régimen, asimilando y sosteniendo el orden patriarcal.

Como lo mencionaba anteriormente, el debate debe estar centrado sobre la base de que no puede haber feminismo si aún seguimos planteando alternativas políticas malmenoristas, que sólo alcanzan a una pequeña minoría y no a las grandes mayorías de mujeres y disidencias de los sectores más vulnerados.

Históricamente sucede que cuando un movimiento demuestra que hay una resistencia, que hay fuerzas suficientes para avanzar en alguna conquista, aparece una reacción. El movimiento de mujeres a nivel mundial desarrolló una fuerza arrasadora con la cual las derechas emergieron para intentar aniquilarla.

En argentina, el gobierno de Javier Milei cumple con ese objetivo a través de políticas negacionistas, reaccionarias y discursos de odio. En lo que va de su mandato eliminó el ministerio de la Mujer y de derechos humanos.

Por ejemplo, en la línea 144 quedan solo 2 operadoras por turno, para asistir a mujeres de todo el país.

¿Cómo es posible que un movimiento con semejantes características no pueda frenarle la mano a un gobierno que tiene debilidades por donde se lo mire? No contiene una mayoría parlamentaria y no tiene un rumbo en la economía logrando que en 7 meses aumente en un 55% la cantidad de pobres.

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Las centrales sindicales tienen mucha responsabilidad en este proceso: hoy, están más cerca que nunca antes del gobierno y también están dispuestos a entregar y rifar los derechos que supimos conquistar las y los trabajadores. Punto aparte para las oposiciones que aparecen con promesas electorales mesiánicas de cara a 2027 ’La tercera tiene que ser la vencida: Scioli, Alberto Fernández y Massa. (No es por acá!)

Desde pan y rosas creemos que hay una necesidad clara: retomar la lucha en la calle, pero no solo por las reivindicaciones propias de nuestro movimiento, sino también pensando en la necesidad de la coordinación con todos los sectores que hoy están siendo atacados, los comedores y merenderos, la salud pública, los y las trabajadores estatales, los trabajadores de las multinacionales que despiden o cierran. Porque nosotras planteamos que no hay "mujeres" por un lado y "trabajadoras" por otro. Porque la inmensa mayoría de las mujeres, como la inmensa mayoría de la población, vivimos de nuestro trabajo, sin explotar a otros.

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Nuestra clara pelea contra el FMI y la expropiación de la propiedad privada de los medios de producción que nos explotan y destruyen nuestra vida son el camino para poder torcerle el brazo a este sistema capitalista que ya no va más. Comparto esta frase de Rosa de Luxemburgo que lo explica de una manera sencilla: "una mujer que es socialista y que no es feminista, carece de profundidad, pero una mujer que es feminista y no es socialista, carece de estrategia"

Por eso creemos que es fundamental conformar comisiones de mujeres que quieran pelear verdaderamente por un movimiento antiburocratico , independiente de los gobiernos del regimen y del estado, alentando a la organización e la inclusión de la “agenda de las mujeres” .