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Red Internacional
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Sociedad. La criminalización de las drogas y la diferencia entre sectores sociales

Las prohibiciones y la represión en Chile son conocidas. Se pueden observar desde detenciones en manifestaciones en vía pública, donde Carabineros detiene bajo el argumento de “identificación preventiva en casos de desórdenes públicos” (hasta el 98’ conocido como Detención por Sospecha); prohibición del aborto en todas sus formas, donde actualmente se está discutiendo un proyecto de Ley; represión brutal hacia el pueblo mapuche; y también, prohibición para consumir alcohol, marihuana u otra droga en público, las que mayoritariamente se encuentran ilegalizadas, y donde el peso de esta ‘infracción’ no es el mismo según el sector social.

Miércoles 11 de marzo de 2015

Si bien, en el país el 70% de las personas está a favor de despenalizar el consumo de drogas, entre ellas, la marihuana, son miles las personas que han sido criminalizadas por esto, llegando a la cifra de 16.500 individuos detenidos en el 2014, por lo menos hasta el mes de agosto. De estas detenciones un 42,7% fue debido a portar marihuana; un 25,2% por tráfico; un 19,3% por consumo y un 7,2% por cultivo (datos de la Subsecretaría de Prevención del Delito), lo que da cuenta que la mayoría de estas fue porque las personas estaban consumiendo o portando para uso personal.
Pese al potente apoyo de la población hacia drogas como la marihuana, donde miles han marchado y protestado por su legalización, estas siguen siendo satanizadas por parte de las autoridades, y peor aún si las personas implicadas pertenecen a sectores más precarizados, a barrios ‘populares’, poblaciones; para los ojos de quienes gobiernan, todas terminan siendo delincuentes o narcotraficantes. Incluso, son reprimidos personajes relativamente conocidos, aunque no de la elite chilena, como fue el caso del locutor radial, Matías Vega, quien fue detenido por porte de marihuana, llevado a la comisaría y acusado de micro tráfico, lo que podría haber sido aún peor para un joven común y corriente.

Mientras autoridades del país se niegan ferozmente a la despenalización de la marihuana, y además avalan la represión a quienes optan por consumirla libremente, jóvenes como Martín Larraín- es decir, de la clase alta chilena, hijos de políticos patronales como Carlos Larraín, empresarios y personajes públicos reconocidos- pueden festejar, embriagarse, atropellar y asesinar a un trabajador, quedando totalmente impunes y sin responsabilidad alguna, por lo menos no para esta justicia que se inclina por un sector social en específico.

En este mismo sentido, en diferentes medios de comunicación se pueden observar noticias que abordan detenciones a personas que tienen plantas de marihuana en sus casas, las cuales terminan siendo acusadas de micro tráfico o directamente narcotráfico; recibiendo penas de cárcel que pueden ir desde los cinco hasta los 15 años, y la total criminalización desde la ‘opinión pública’, donde en su mayoría son jóvenes de comunas periféricas y poblaciones. Sin embargo, también ha habido otras situaciones, donde familiares de reconocidos políticos de la burguesía o de empresarios han sido detenidos por traficar drogas y consumirlas, quedando en libertad y sin tener que cumplir penas judiciales como se le dictan a los jóvenes de sectores populares.

Es lo que pasó con Benjamín Echeverría Larraín, sobrino del senador UDI, Hernán Larraín, quien fue detenido por tener 2 kilos de cocaína y comercializarla en sectores del ‘barrio alto’ como Las Condes, Vitacura y Barnechea. Pese a que se supo públicamente que el acusado consumía y traficaba cocaína, el tercer Tribunal Oral en lo Penal determinó condenarlo a 5 años bajo libertad vigilada, además del pago de 40 UTM, contradiciendo la postura de la Fiscalía que pedía 10 años de cárcel.

El caso de Benjamín Echeverría Larraín al igual que la impunidad de Martín Larraín, generaron fuertes cuestionamientos en redes sociales y plataformas ciudadanas; donde las personas pusieron énfasis en los privilegios que se obtienen al ser parte de la elite chilena, al ser familiar de un Larraín, Matte, Angelini, Labbé, apellidos que bajo esta justicia de clase que existe actualmente, tendrán siempre beneficios y libertades que a la mayoría de la población se les niegan y condenan.

¿Se debe despenalizar la marihuana? ¿Tendrían que ser legalizadas las drogas? ¿Debería ser permitido el consumo de drogas en espacios públicos? ¿La legalización y despenalización del consumo de drogas podría ser un factor que combata al narcotráfico y su negocio? Son algunas preguntas que se enmarcan en el debate sobre la marihuana y las drogas en general, y que cada vez está siendo más discutido por el conjunto de la población.