El déficit de vivienda en Chile es un problema endémico en el país, pero con la llegada de la pandemia se agudizado, se estima que el déficit de vivienda llegaría a 600 mil hogares en medio de la crisis sanitaria. Esto hace más compleja la situación, ya que con el hacinamiento de las familias aumentan los contagios y con esto la propagación del virus.
Sábado 3 de abril de 2021
Es así como los campamentos siguen creciendo, según un catastró del MINVU (Ministerio de Vivienda y Urbanismo) entre el año 2020 y lo que va del 2021, existe un total de 81.643 familias las cuales se distribuyen en 969 campamentos a lo largo del país; producto del difícil acceso a la casa propia y los altos precios de los arriendos, no dejan otra alternativa a la clase trabajadora, ya que con los sueldos precarios y con el aumento del desempleo el dinero no alcanza para poder cubrir los gastos mínimos, como el pago de un arriendo.
Es por este motivo que muchas familias se toman de manera ilegal terrenos y construyen sus casas en lugares que muchas veces se encuentran en sectores de riesgo, como ocurre en Antofagasta en las faldas de los cerros, lo cual pone en riesgo a las familias y precariza aún más las condiciones de vida. Cabe mencionar que en los campamentos a lo largo del país viven 57 mil niños y el 93% de los campamentos no cuenta con agua potable regular.
La política del gobierno ante la crisis habitacional
El subsecretario del MINVU, Guillermo Rolando afirmó que está en plena ejecución un presupuesto histórico el cual alcanzaría los 6 mil millones, con el cual se podrían construir unas 110 mil viviendas, muy por debajo a la cantidad de vivienda que se necesitan para poner fin a este gran problema, debido a que no alcanza para cubrir ni el 50% de las viviendas que se necesitan construir. Sin olvidar, que estas viviendas son financiadas en una parte por los/as mismos/as beneficiarios/as.
Es urgente un plan de vivienda financiado por el Estado
Lo que realmente se necesita es que el Estado se haga cargo de financiar la construcción de estas viviendas y sean entregadas a las familias sin costo alguno.
Que el plan este bajo el control de los comités de viviendas, pobladores y trabajadores de la construcción, que el tipo de vivienda, los materiales a usar y el lugar en donde sean construidas estas viviendas sea decidido por ellos/as mismos/as.
¿Quién más que los propios trabajadores, comités de viviendas en conjunto con los pobladores son los que pueden tomar estas decisiones?. Son ellos/as quienes habitaran estas casas y saben qué tipo de vivienda está de acorde a sus necesidades, no queremos más construcciones acordes a los intereses de las inmobiliarias o del gobierno. Tienen el derecho a elegir, al igual que lo hacen quienes compran sus viviendas a las grandes constructoras, quienes llevan años llenándose los bolsillos de plata y construyendo sus grandes edificios y casas en los mejores lugares de las ciudades. Mientras a la clase trabajadora le asignan los lugares más precarios para vivir, con viviendas que no cumplen ni siquiera con los requerimientos básicos para una familia. Es tiempo de impulsar una gran lucha por el derecho a la vivienda, que lo impulsen sindicatos, juntas de vecinos y pobladores. ¡La vivienda tiene que ser un derecho y no un privilegio!.