Tras el desastre que azotó la capital libanesa, Macron se apresuró a viajar para brindar su apoyo. Una hipocresía por parte del representante del poder imperialista francés, del que fue colonia el Libano. La verdadera lucha contra el corrupto régimen libanés es también una lucha por la soberanía nacional del pueblo libanés contra el imperialismo, liderada por trabajadores y jóvenes movilizados durante más de un año.
Viernes 7 de agosto de 2020 12:30
Presentamos a continuación una columna publicada en el diario Révolution Permanente, sitio en francés de la Red Internacional La Izquierda Diario.
Los trágicos eventos en Beirut ocurren en una situación de inestabilidad del régimen. Ha pasado casi un año desde que los trabajadores, las mujeres y los jóvenes libaneses están a la vanguardia de un poderoso movimiento de lucha de clases contra las políticas neoliberales del Gobierno y todo el sistema político.
En un artículo publicado en este medio en noviembre pasado, Joseph Daher, activista anticapitalista suizo-sirio y académico especializado en Medio Oriente y África del Norte, analizaba el carácter excepcional del movimiento y su potencial: "La amplitud y profundidad de las protestas populares actuales superan con creces las anteriores. Las protestas estallaron no solo en la capital Beirut, sino también en todo el país: Trípoli, Nabatiyeh, Tiro, Baalbeck, Zouk, Saida y otros. El domingo 20 de octubre, alrededor de 1,2 millones de personas se reunieron en Beirut, y poco más de 2 millones de personas se manifestaron en todo el país, en un país de 6 millones de personas […] La composición social del movimiento lo distingue de los movimientos de protesta anteriores: está mucho más anclado en la clase trabajadora y popular que las manifestaciones de 2011 y 2015, en las que las clases medias habían jugado un papel más importante. […] Los manifestantes se movilizaron, están en las calles de todo el país para denunciar los fundamentos mismos del sistema político y económico. A sus ojos, todos los partidos sectarios de la clase dominante son responsables del deterioro de sus condiciones socioeconómicas".
Antes de la explosión en el puerto, la crisis sanitaria y el encierro por la cuarentena, ya habían empeorado la crisis económica que afecta al país y, por lo tanto, las condiciones de vida de una población ya muy empobrecida: el 50% de las personas vive por debajo del umbral de pobreza. El valor de la libra libanesa ha caído en casi un 80% desde septiembre, y al mismo tiempo, los precios de los bienes de consumo básico han explotado con una inflación de casi el 90%. El cansancio hacía el régimen, se manifestó desde el año pasado en "revueltas de hambre", y hoy, la explosión del puerto de Beirut plantea la amenaza de una escasez de alimentos en todo el país. Está muy claro que la población ya no puede soportar los costos de la crisis. En la mañana de la doble explosión, grupos de manifestantes también intentaban forzar la puerta del Ministerio de Energía para protestar contra los cortes de luz y las medidas de racionamiento eléctrico, a veces diez horas al día.
Macron dice querer ayudar a los libaneses
En este contexto de crisis profunda, Macron afirma que quiere apoyar a la población libanesa en nombre de Francia. Las últimas cifras muestran 137 muertos, 5.000 heridos y más de 300.000 personas sin hogar. Si bien los hospitales ya estaban abrumados por la crisis sanitaria producto de la pandemia, están saturados en gran medida después de las explosiones y no pueden atender a todos los heridos. Una vez más, es el resultado de varios años de políticas neoliberales que no han dejado de destruir el hospital público, de reducir considerablemente su financiación, de cerrar establecimientos y camas, o sea, una situación catastrófica que ya existía en al país mucho antes de las explosiones en Beirut.
A Macron nunca le importó la situación del pueblo libanés, ni siquiera en el apogeo de la crisis sanitaria, cuya gestión fue catastrófica. Por lo tanto, puede aprovecharse de una oleada de solidaridad movilizando equipos de atención, médicos, aviones de reabastecimiento de combustible, un despliegue capaz de tratar a 500 heridos. Los trabajadores, las mujeres y los jóvenes movilizados durante casi un año contra el Gobierno no se equivocan: no es Macron quien los ayudará.
Lors de la visite de Macron à Beyrouth au Liban, plusieurs personnes interpellent le président de la République française sur le maintien en prison de Georges Abdallah, communiste libanais emprisonné en France depuis 1984 et libérable depuis 1999. Cet acharnement doit cesser ! pic.twitter.com/3507m5ZzWr
— Free Georges Abdallah (@FreeGIAbdallah) August 6, 2020
Los manifestantes cantan "Contra la colonización ... ¡Revolución!, Contra la ocupación ... Contra Macron ... Contra Michel Aoun ... ¡Revolución!". Macron, sus 3 aviones militares y su policía no son bienvenidos en Beirut. Francia colonizó el Líbano desde 1920 hasta 1943, año en que declaró su independencia. Pero la burguesía libanesa y sus sucesivos Gobiernos continuaron dependiendo de la burguesía francesa, hasta el régimen corrupto del actual presidente Michel Aoun, cuestionado por los manifestantes, y su primer ministro que tuvo que renunciar 13 días después del inicio de las manifestaciones, el año pasado.
En el video, los manifestantes libaneses desafían a Macron y cantan consignas para la liberación de Georges Ibrahim Abdallah, activista libanés por la causa palestina encarcelado en Francia. Nuestro apoyo internacional está del lado de quienes se están movilizando para el derrocamiento del corrupto régimen libanés, de los manifestantes de las revueltas del hambre, de aquellos que han enfrentado la represión del ejército libanés. Estos son los más precarios y también los más afectados por las explosiones en Beirut.
El apoyo que Macron dice llevar al Líbano no corresponde a los intereses del pueblo libanés, sino a los del imperialismo francés basado en su herencia colonial, respaldado por el presidente Michel Aoun a través de su visita oficial. Este es el único interés real que Macron encuentra en el Líbano: el saqueo de sus recursos y su riqueza con la complicidad de la burguesía libanesa. En protesta contra este régimen corrupto, se realizaron nuevas manifestaciones en la noche del jueves en Beirut que inmediatamente fueron reprimidas por el gas lacrimógeno por el Ejército libanés.
22:39 قنابل مسيلة للدموع من حرس مجلس النواب ومكافحة الشغب في محيط مجلس النواب. ومحاولة تطويق الثوار من الجهتين. pic.twitter.com/zGbiFECQcs
— Fares Halabi | فارس الحلبي (@FaresHalabi) August 6, 2020
"Ayuda" a cambio de ajustes y privatización
Macron dijo que quería reunirse con líderes políticos para encontrar la manera más favorable de salir de la crisis. Por lo tanto, declaró que Líbano debería llevar a cabo "reformas esenciales en sectores como la energía, la contratación pública, la lucha contra la corrupción " y que, para lograrlo, proporcionará todo el apoyo financiero de Francia.
A la pregunta de un periodista, "¿la ayuda de Francia irá a los libaneses o a las instituciones?" Macron responde que será una ayuda para las necesidades de las poblaciones en el terreno, para las ONG, entre otras. ¿Pero de qué reformas está hablando?
Una reforma del sector energético es necesaria, dice, porque la Compañía Nacional de Electricidad se encuentra principalmente en el origen del 40% de la deuda del país, una deuda que se acumula año tras año que la paraliza. Según Macron, por lo tanto, corresponde al Gobierno libanés hacer que este sector sea rentable para que no caiga en deudas tan grandes. Para ello, Macron pretende contar con la ayuda de "organizaciones privadas y empresas francesas", declaró durante la conferencia de prensa que dio el 6 de agosto en Beirut. Por un lado, la naturaleza de las reformas que propone es un supuesto neoliberalismo, para privatizar el sector, es decir que el financiamiento proviene de inversionistas privados; por otro lado, tampoco oculta los intereses económicos que Francia tiene en él, porque presiona para que estas inversiones sean francesas y, en consecuencia, que las ganancias vuelvan a los accionistas franceses.
Este es todo el objetivo del "Contrato de Ayuda" que anunció para establecer entre Líbano y Francia como socio principal, con la cooperación de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el FMI: esta ayuda internacional consistirá en liberar préstamos para el Líbano que podrán pagar sus deudas. Así, el Líbano podrá liderar la reforma de los "contratos públicos" que, mediante su privatización, harán que los trabajadores libaneses paguen el costo de la deuda contraída con Francia, y doblemente a las mujeres, los jóvenes, los sectores populares y precarios que se verán reducirse sus salarios, aumentar sus horas de trabajo y todo esto en condiciones que sólo se deteriorarán. Por lo tanto, Francia sometería completamente al Líbano a su dominio, al tiempo que sería económicamente dependiente.
Además de esto, Macron confirmó durante la conferencia de prensa el despliegue de 15 millones de euros para las escuelas de habla francesa en el Líbano, así como 2 millones para otras escuelas, con el objetivo de "educar" inculcando la " cultura y libertad"!. En cuanto a los estudiantes, quiere ofrecerles la posibilidad de viajar al extranjero a través de un sistema de becas financiadas por "donantes privados", en el que también se entiende que la privatización de las escuelas y universidades está planeada para reservar el privilegio a las clases dominantes.
La realidad es que detrás de los anuncios de Macron está el pasado colonial de Francia, los cimientos de su imperialismo: por eso, nos oponemos a la propuesta de "poner al Líbano bajo el mandato francés durante los próximos 10 años", un petitorio que ya ha reunido a más de 50,000 firmantes, en su mayoría franjas de la clase media y la burguesía neoliberal libanesa. Además, denunciamos y rechazamos todos los intentos de las potencias imperialistas de reclamar su parte, como lo demuestran las declaraciones de Angela Merkel o el Reino Unido en apoyo del Líbano.
Por el contrario, el futuro del Líbano reside en las perspectivas de las masas que se han venido movilizando contra el actual régimen y luchan por su soberanía nacional.
Frente a las políticas neoliberales que el Gobierno libanés quiere implementar, las consecuencias directas de las políticas de austeridad que impondrán los bancos, es urgente satisfacer las necesidades de la población después de las explosiones y, en general, responder a la crisis sanitaria y económica. en completa independencia de Francia y organizaciones como el Banco Mundial o el FMI.
En primer lugar, para tratar a todos los heridos y dado que los hospitales están saturados por falta de fondos, todo el sistema de salud debe ser nacionalizado para que todos tengan acceso a una atención gratuita y de calidad. La financiación del hospital público debe ser proporcionada por el Estado y debe coincidir con las necesidades reales en términos de estructuras, materiales, etc.
Para financiar todo esto, la deuda externa contraída con los bancos y los Estados debe dejar de pagarse, porque es ilegítima y recae sistemáticamente en la población, a pesar de que el Líbano es conocido por ser un paraíso fiscal para los grandes empresarios que se desvían miles de millones allí. Todo el sistema bancario debe ser expropiado para liberar los fondos necesarios para financiar los servicios públicos en el Líbano, así como para los pequeños comerciantes que necesitan préstamos que no los endeuden.
Finalmente, contra la corrupción de todo el sistema político y el régimen libanés, por la autoorganización de los trabajadores y las poblaciones empobrecidas que deben decidir democráticamente sobre la vida política por sí mismos, debemos defender centralmente la lucha por una Asamblea Constituyente cuyos representantes elegidos sean revocables y tengan el salario de un trabajador.
Macron, en diálogo con Michel Aoun, afirmó que debería recuperar la confianza de los libaneses para fundar un "nuevo orden político". Pero la crisis del capitalismo internacional y el desafío radical a las políticas neoliberales que ha surgido desde el movimiento de los chalecos amarillos en Francia y se ha extendido a Chile, Argelia, Hong Kong, al Líbano, y hoy a los Estados Unidos, es un síntoma muy claro de que la hegemonía y la estabilidad de los regímenes burgueses se han visto sacudidos.