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Red Internacional
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CONSEJO COORDINADOR EMPRESARIAL. La cúpula empresarial contradice a Trump… y a Peña Nieto

Las repercusiones de la visita relámpago de Trump a México se dan en todos los ámbitos reflejando la opinión general de que fue equivocado de parte Enrique Peña Nieto prestarse a una jugada política electoralista del candidato republicano. Los empresarios también expresaron su disentir, con Trump y sus posiciones xenófobas.

Raúl Dosta

Raúl Dosta @raul_dosta

Sábado 3 de septiembre de 2016

El Consejo Coordinador Empresarial emitió un documento posicionándose ante los resultados de la reunión Trump-Peña. En el que dicen: “El TLCAN ha sido un acuerdo sumamente benéfico para América del Norte. La apertura comercial y la integración regional han permitido a México posicionarse como una plataforma logística y de producción relevante a nivel mundial, así como un actor fundamental dentro de la generación de Cadenas Globales de Valor”. Por supuesto, desde la óptica patronal, les va muy bien.

No dicen que México, como “plataforma logística y de producción” está en manos extranjeras en su mayor parte, de ahí su “relevancia mundial”, ni que el pueblo mexicano ha sufrido las consecuencias de dicho tratado de sometimiento a EE UU. Pero los del CCE lo defienden ante la amenaza de la cúpula estadunidense de “eliminarlo”, como sugiere demagógicamente Trump. Porque lo que realmente quiere dicha cúpula es modificarlo para profundizar las ventajas para ellos, y ahí sí que no les convendría a muchos empresarios “nacionales”.

Aunque al final, esta defensa del TLCAN El CCE la diluye en “modernizarlo”, a través de la puesta en marcha del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, el cual, por un lado les da opción de compensar su subordinación a las trasnacionales yanquis, dirigiéndose a otros mercados, pero por otra parte, les favorecerá para explotar aún más a nuestros connacionales, como decimos aquí. El pastel sería más grande y las migajas que les dejen las transnacionales serán más suculentas para ellos.

Lo curioso es que mientras Peña Nieto aceptaba implícitamente la construcción del muro, pague quien pague, la cúpula empresarial manifestó su oposición, argumentando que “el intercambio comercial entre ambos países es de un millón de dólares por minuto, que cada día, 1 millón de personas y 300 mil vehículos cruzan la frontera y que seis millones de empleos en Estados Unidos dependen de esta relación”.

"Nos expresamos enérgicamente en contra de las intenciones de revertir décadas de una estrecha relación de amistad entre nuestros países, que por generaciones ha trascendido gobiernos, partidos políticos y ha superado crisis económicas" expresaron en su comunicado. No es que tengan una visión antimperialista, más bien pretenden que se generen trabas a sus negocios. Por su cuestionamiento del muro no dice nada de flujo de trabajadores entre ambas fronteras, ni se oponen a las deportaciones de inmigrantes, están de acuerdo con odo con la cúpula empresarial yanqui.

La reunión de dos políticos en crisis de credibilidad, uno de ellos representado los intereses de nuestro país, el otro, al parecer, un débil aspirante a gobernar el suyo, generaron repulsas por todos lados y los capitalistas mexicanos no fueron la excepción: avasallados por la dependencia productora al mercado yanqui, subordinados a los vaivenes del capital extranjero y sus acuerdos comerciales, y que se desquitan con los trabajadores y peones del campo de los efectos de esa subordinación imperialista. Aun así, se atrevieron a escribirle unas cuantas líneas a Peña y Trump: "Los empresarios mexicanos y estadunidenses construimos puentes, no necesitamos ni queremos muros".

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