Los movimientos oficialistas se movilizaron para defender al gobierno y al PT. La composición era esencialmente de sindicalistas, militantes y movimientos sociales. Sectores críticos al gobierno participaron de las manifestaciones pero no lograron cambiar el tono de la convocatoria.
Viernes 21 de agosto de 2015
En más de 40 ciudades del país, principalmente en las capitales, se desarrollaron las manifestaciones del pasado 20 de agosto. Según los números de los organizadores, serían casi 190 mil en todo el país. Esquerda Diário no comparte estos números “politizados”, inflados como los del 16/8 pasado. Independientemente de su exactitud, aunque fueron actos indiscutiblemente menores a los del 16/8, fueron mayores y con más extensión nacional que los del último día nacional de lucha del 15 de abril cuando los organizadores calcularon 150 mil.
La política de las direcciones oficialistas consistió en no dar peso cuando se trataba de actos nacionales planteados como días de lucha, tal como ocurrió el 15 de abril de este año en la que la demanda contra la tercerización estaba en “boca de todos”. Pero ahora, que la clave es la defensa del gobierno del PT, los convocantes dieron peso para lograr una demostración de fuerza importante (por fuera del período electoral). Cuando decimos que “dieron peso” queremos decir que movilizaron gente en las calles pero sin ninguna movilización seria “por más derechos”. Esta vez no hubo ni siquiera una paralización de actividades en ningún lugar del país (mientras el 15 de abril se dieron en forma aislada y controladas). Pero aun en el marco de que no se dieron paralizaciones u otras formas de discusión entre los sectores organizados para participar del acto, la clave del balance de la jornada es cómo aparecieron para las grandes masas y en ese sentido es innegable que fueron vistas como en defensa del gobierno y del PT.
Sin paralización, la composición de los actos era esencialmente de sindicalistas, militantes del PT, del PCdoB y otras organizaciones políticas (como el PCO), además de movimientos sociales. No faltaron sectores que tienen relación financiera con las entidades y el gobierno Prácticamente no se vieron en las manifestaciones trabajadores, tal como ocurrió el pasado 16 de agosto. La participación de la juventud fue de sectores mayoritariamente ligados a la militancia del PT, del PCdoB (UNE; UBES), Levante Popular de la Juventud, algunos sectores del PSOL y otros que siguen al Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST).
Funcionó la política de las direcciones oficialistas
La operación organizada por las centrales sindícales como la Central Única de Trabajadores y la Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CUT y CTB) y movimientos sociales (MST y otros) funcionó. Aunque los medios llegaron a informar que había sectores en las manifestaciones críticos a los ajustes, el tono fundamental no fue solo de defensa del gobierno sino marcadas por una importante ofensiva del PT para intentar recuperar “orgullo propio” para salir del “punto muerto” en el que se encuentra bajo la bandera de “lucha contra el golpe”. Las principales consignas en las manifestaciones fueron “No va a haber golpe”, “Fuera Cunha”, en medio de cantos en defensa abierta de Dilma, Lula y del PT.
Esto a pesar de que la propia Dilma declaró en una entrevista el 12/8 cuando se le preguntaba si había clima de golpe en el país: “No, no lo veo. Veo un intento aun bastante incipiente y muy superficial de crear un clima de ese tipo (…) creo que la cultura de golpe existe pero no creo que haya condiciones materiales para que eso ocurra”. No por casualidad, Dilma ese mismo día se reunió con Angela Merkel, la canciller alemana, y nadie puede creer que sea a favor de alguna política “contra la derecha y por más derechos” y sí “para mejorar el ambiente de negocios” que es lo que manda la burguesía nacional. Nada menos que con el símbolo del verdugo del pueblo griego y de Europa.
Las manifestaciones se dieron dentro de los planes del gobierno que desde la semana anterior las organizó para vincularlas a los movimientos sociales. El Ministro de la Secretaría General de la Presidencia de la República, Miguel Rossetto afirmó en una nota que “Los movimientos sociales dieron hoy una gran demostración de compromiso con la democracia y con los avances sociales ocurridos en nuestro país”. Sin embargo, a pesar de haber sido útiles al gobierno no alteraron la coyuntura. Esto fue lo que señalábamos de las manifestaciones del pasado 16 de agosto, pero en relación a las del día 20 aún más pues lo máximo que lograron fue recomponer algunos lazos del PT y el gobierno con los movimientos sociales, para controlarlos mejor.
Ambas manifestaciones (16 y 20 de agosto) están desconectadas de la coyuntura, en la que está en curso la construcción de una gobernabilidad para atacar, lejos de un golpe o del impeachment, ejes de ambas convocatorias, y sirvieron más a determinados actores políticos en su propio beneficio (el PT y los oficialistas por un lado y al PSDB, por otro), ambos desconectados de la insatisfacción de masas con el gobierno y los ajustes.
MTST mantiene su política ambigua en relación al gobierno
El MTST fue un movimiento social que se destacó en las movilizaciones principalmente por su peso en San Pablo. En su discurso, Guilherme Boulos correctamente denunció la reciente razzia policial en Osasco y Barueri y la marcha de la derecha de la Avenida Paulista pero no desentonó con la manifestación general que criticaba la política económica de Levy, pedía por el Fuera Cunha y disculpaba a la presidente como si fuese víctima y no agente de los ataques en curso en el país. Lo que desentona completamente con el sentimiento de la mayoría de los trabajadores brasileros insatisfechos con Dilma y el PT.
Se trata de una expresión del pacto que analizamos en notas anteriores, ya que el eje central del MTST fue presionar a Dilma para cumplir con su promesa de lanzar el Programa “Mi Casa Mi Vida 3”, que tendría participación del MTST. Boulos afirmó que si no se lanza el próximo 10/9, fecha asumida por el gobierno, “el país va a parar”. Pero hasta entonces, Boulos aceptó el pacto de no movilizar.
Sectores críticos a Dilma y al PT no pesaron políticamente
En el proceso de construcción de esta jornada nuevos sectores fueron rompiendo con el acto, en la medida que fue quedando clara la operación del gobierno y la adaptación del MTST. A pesar de que en San Pablo sectores críticos al gobierno tuvieron un camión de sonido, palco propio y que en algunos estados hubo actos separados, donde se escucharon discursos contra el gobierno y el ajuste, eran una minoría y prácticamente no lograron tener peso. En este sentido lamentamos la presencia de la Intersindical, de corrientes del PSOL como Insurgencia y su juventud RUA, la LSR y otros sectores.
Los trabajadores, ausentes: una muestra más de la necesidad de un tercer campo independiente
Así como el pasado 16 y el 20 de agosto participaron pocos trabajadores de sectores en lucha o trabajadores que no son parte o tienen relación con los aparatos, la gran masa de trabajadores del país no se identificó con ninguno de los actos. Estas es una demostración más de la urgencia de construir un campo de lucha independiente de la derecha y del gobierno, que sea capaz de canalizar y organizar amplios sectores de trabajadores insatisfechos con los rumbos del país. Esperamos que las actividades que se están organizando en el Espacio de Unidad de Acción (Espaço de Unidade de Ação) sirvan como primer paso en esta perspectiva.