Este domingo se eligen gobernadores, alcaldes y concejales en todo el país. Las encuestas marcan que los golpistas ganarían en importantes alcaldías y gobernaciones mientras se acentúa la fragmentación del voto al MAS.
Sábado 6 de marzo de 2021 00:25
La última encuesta fue la realizada por la empresa Ciesmori el 25 de febrero. Las tendencias arrojadas por ésta muestran que las alcaldías de las principales ciudades capitales del país -La Paz, El Alto, Santa Cruz y Cochabamba- quedarán en manos de la derecha golpista.
Esto no es tan nuevo en el sentido que los últimos años, particularmente a partir del 2015, estas alcaldías ya estaban en manos de partidos de la derecha tradicional. Lo mismo para las gobernaciones, ya que tanto la de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz tampoco estaban en manos del MAS.
Sin embargo, lo cierto es que luego del golpe de Estado esta situación ya no es la misma. Por un lado, porque Luis Arce Catacora no tiene la autoridad ni el peso del que gozaba Evo Morales. Por el otro, porque la derecha que va a lograr retener el control de estas importantes plazas políticas está más fortalecida que antes, en gran medida, gracias a la sistemática política de conciliación del MAS con los sectores reaccionarios y derechistas del país, primero con Evo y ahora con Arce.
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El extremo de esto es que para las elecciones subnacionales personajes que han sido parte activa en el gobierno golpista de Áñez y que tienen responsabilidad política en las masacres de Ovejuyo, Sacaba y Senkata, son candidatos.
El espectro de candidaturas golpistas va desde la propia Jeanine Áñez que se postula para la alcaldía del Trinidad, o el caso de Horacio Poppe que disputa la alcaldía de la ciudad de Sucre ubicándose en el segundo lugar con una importante intención de voto. Poppe es conocido por sus posiciones ultra reaccionarias, un hombre formado en la Falange Socialista Boliviana y que apoyó al gobierno golpista.
Para el caso de la alcaldía de la ciudad de La Paz se encuentra encabezando la intención de votos el ex ministro de Obras Públicas del Gobierno de facto de Áñez, Iván Arias, candidato por la alianza “Somos Pueblo” que tiene una cómoda ventaja sobre el candidato del MAS, Cesar Dockweiler. Arias llega a esta campaña electoral apoyado por toda la derecha golpista que con tal de evitar que el MAS gane la alcaldía paceña, hace oídos sordos y la vista gorda ante las varias denuncias de acoso laboral y sexual contra Arias y que se fueron conociendo estos días. Pero además de esto, no olvidemos que bajo la gestión de Arias se produjo el gran desfalco de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) por parte de su funcionario Elio Montes.
En las gobernaciones, la del Departamento de Santa Cruz muy probablemente quedará en manos del ultra derechista empresario y clerical Luis Fernando Camacho, un personaje que fue clave en la articulación del golpe de Estado. Recordemos que “el facho Camacho” se encargó de dar a conocer que su padre pactó con la Policía y las FF.AA. para garantizar el golpe además de haber financiado a grupos paramilitares como la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) durante el paro cívico que marcó la asonada derechista de octubre-noviembre del 2019. Camacho ha fortalecido su peso en Santa Cruz presentándose como una renovación y alternativa frente a los “viejos políticos”. Esto ha dado forma a lo que hoy se expresa como el avance de una derecha más militante que disputa las calles.
Pese a todo esto, el colaboracionismo de las cúpulas del MAS ha llegado a extremos tales que cuando la exdiputada del MAS, Lidia Patty, en diciembre de 2020, presentó a la Fiscalía una denuncia por los delitos de “terrorismo, conspiración y sedición” contra Camacho por su responsabilidad en el golpe, el candidato a gobernador de este partido, también por Santa Cruz y elegido por Evo Morales, Mario Cronenbold señaló: “Si mi gobierno empieza a perseguir, que se busquen otro candidato”.
Ahora bien, otra muestra del giro a la derecha que se expresa en las elecciones subnacionales la vemos en el torrente de votos que las encuestas auguran para el ex Capitán de las FF.AA, ex alcalde y ex gobernador de Cochabamba, Manfred Reyes Villa apodado “El Bombón”. Este candidato estaba a punto de ser inhabilitado porque se había ejecutoriado una sentencia contra su persona por deudas al Estado. Sin embargo, el Tribual Supremo Electoral (TSE) determinó habilitar su candidatura ya que Manfred Reyes Villa habría cancelado su deuda. Recordemos que este personaje fue el responsable de las muertes y la violencia ocurrida el 11 de enero de 2007, en la masacre de Cochabamba, cuando ejercía como gobernador. Con el Gobierno de Evo Morales, Reyes Villa salió al exilio y regresó luego del golpe de Estado de noviembre del 2019, recibido por el facho Camacho y los paramilitares de la Resistencia Juvenil Cochala (RJC).
Con estas tendencias el domingo 7 de marzo se terminará de configurar el mapa político institucional del país, revelando las profundas divisiones sociales y étnicas. Mientras en la ciudad de Cochabamba, preminentemente blanco-mestiza, la ultraderecha se quedará con la alcaldía, en las provincias y en el área rural y más en general el fuerte peso del voto campesino y de ciudades intermedias harán que la gobernación de este Departamento se la quede el MAS.
En el plano más nacional, el MAS de alguna manera mantendrá las posiciones que tenía hasta antes del golpe de Estado pero en condiciones de agravamiento de la fragmentación social y política que en el MAS se expresa en esa brecha, que tiende a profundizarse, entre sus bases y sus diversas cúpulas.