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Red Internacional
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Plebiscito 17D. La derecha sin brújula: Los lamentos después del plebiscito

Si bien la “noche de cuchillos largos” pareciera aún no haber llegado para la derecha, durante la jornada de ayer comenzaron a aparecer las recriminaciones entre Republicanos y Chile Vamos. El “momento derechista” parece haber sido una ilusión más dentro del panorama general del hartazgo contra la política de los partidos tradicionales.

Miércoles 20 de diciembre de 2023

La victoria del “en contra” si bien no fue una sorpresa, tampoco estuvo dentro de las proyecciones de la derecha que pensó hasta el último momento que daban vuelta la elección o que el resultado sería estrecho.

Por lo mismo, los 11 puntos de diferencia entre el “A favor” y el “En contra” fueron particularmente dolorosos para una derecha que se la jugó hasta el último momento por transformar la elección en un voto contra el gobierno, repitiendo así la estrategia de la elección pasada. Los lemas de “si Boric vota en contra, Chile vota a favor”, “Chile tiene miedo” y el polémico “Que se jodan!” buscaron polarizar sin entrar a debatir el contenido de la propuesta constitucional ya que eran perfectamente conscientes de que existían los “gustitos” que Republicanos se dieron y que no todo Chile Vamos había acordado con dichas propuestas.

Por eso mismo Eugenio Tironi había señalado en una entrevista a La Tercera que si llegaba a ganar el “en contra”, era el momento preciso para que la derecha pudiese deshacerse de su “Trump”, es decir, de Jose Antonio Kast y el Partido Republicano. De hecho, en la misma entrevista Tironi señalaba que una de las figuras de la derecha que más se podria fortalecer frente a una derrota de la opción “a favor” era Mattei ya que al mostrarse como una opción más “tradicional” de la derecha de Chile Vamos, es una de las que podría tener mayor legitimidad al momento de criticar a Republicanos por esos “excesos”.

Ahora con el 44% en la mano, la derecha comienza a discutir qué camino adoptar de cara a las próximas elecciones municipales y el rol que jugarán como oposición al gobierno de Boric. Rearmarse en concordancia con dicho objetivo ya obtuvo una primera victoria, al desprender el sector más a la derecha de la antigua Concertación agrupada hoy en Amarillos y Demócratas con Rincón a la cabeza.

Por eso Macaya en los discursos de la derrota criticaron duramente al gobierno y señalaron con mucha claridad que se opondrá al avance en materia de reforma tributaria (pacto fiscal) y pensiones, la excepción estaría en seguridad y migración, donde el gobierno está entregado a la agenda de la derecha aprobando más de 50 leyes que fortalecen a las policías y la represión.

¿Se polariza la derecha?

Los referentes de Chile Vamos han intentado instalar la idea de que dicha colación estaría girando al “centro” debido a la adhesión de Amarillos y Democratas, que Republicanos quedaría solo a la derecha junto a su propia ruptura más a la derecha con Rojo Edwards y compañía.

Solo horas después del resultado, Edwards indicó a Kast como el gran responsable de la derrota por haber aceptado el “Acuerdo por chile” cuando no era necesario, Luis Silva culpó a Mattei por involucrarse tarde y Chile Vamos salió a criticar a Silva por ser, junto a Beatriz Hevia, los rostros del fracaso del consejo.

Estas críticas cruzadas pareciera delinear claramente tres sectores dentro de la derecha, uno a la derecha de la ultra (Rojo Edwards), una ultra derecha (Republicanos) y una derecha a secas (Chile Vamos) donde además aparecen nuevos sectores ligados al centro como Amarillos (Warnken) y Democratas (Rincon).

Con estos últimos Chile Vamos busca figurar como una colación de “centro derecha” decía Hutt (Evopoli) a El Mostrador, posicionar a Chile Vamos como un sector dialogante no es más que la farsa de quienes han defendido el modelo neoliberal en su modelo más rancio y el principal responsable de los problemas estructurales que aquejan a la clase trabajadora y los sectores populares que deben lidiar con la privatización de todo y donde el Estado limita su acción subsidiaria a mantener los negocios privados en la provisión de servicios esenciales como la salud, la educación o la vivienda.

La única razón para buscar posicionarse en el centro es articular una estrategia electoral para el próximo periodo, buscando replicar a través de un modelo de “pactos por omisión” el sector del “rechazo”, mientras se mantiene una oposición dura contra el gobierno para evitar que levante cabeza.

La viabilidad de dicha estrategía está aún por verse, el resultado del domingo más que cerrar el “momento constitucional” mantiene abierto, aunque con una mayor estabilidad, la crisis de legitimidad política del sistema y del modelo chileno que fue impugnado durante la rebelión del 2019. Las demandas que motorizaron la salid a la calle de millones en todo el país como son salud, educación, pensiones, viviendas, derechos laborales y otros, siguen pendientes. Los sueldos siguen bajísimos y el ajuste a la economía se pagó con inflación, altas tasas de interés y aumento del endeudamiento privado de las familias.

Volver a poner en el centro una agenda por las reivindicaciones esenciales de la clase trabajadora y los sectores populares, además de la urgencia por construir una alternativa de izquierda, independientemente del gobierno y que se oponga férreamente a la derecha y el Chile empresarial, será una de las principales tareas que se tengan que afrontar para el próximo periodo.