Como lo ha hecho antes, en su conferencia matutina de hoy López Obrador negó, hablando de la corrupción, que la explotación capitalista sea la base de las grandes fortunas en México.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 2 de julio de 2019
Para el Presidente, la corrupción es la causa principal de la desigualdad social y económica. Según él, la explicación que se daba en la Facultad de Ciencias Políticas sobre la explotación del trabajador por el burgués para obtener ganancias y acumular capital, en México “no aplicó así, no fue así del todo; las grandes fortunas se hicieron al amparo del poder público y mediante la corrupción”.
Nadie niega el enriquecimiento ilícito como práctica común en las esferas del poder público, pero no se puede negar tampoco que, en primer lugar, quienes amasan fortunas por esa vía lo hacen representando precisamente los intereses de los capitalistas, muchas veces a través de sobornos, como en el caso Odebrecht-Pemex.
El discurso presidencial no sólo busca ocultar la acumulación de riquezas en manos de unos cuantos empresarios basada en la explotación de millones de trabajadores, como lo muestra la fortuna, por ejemplo, de Carlos Slim, unos de los hombres más ricos del mundo; también invisibiliza la expoliación de Estados Unidos a México, de la que el nuevo acuerdo comercial T-MEC y la nueva reforma laboral que lo acompaña son clara expresión.
Sobre la base de la dependencia y la subordinación económica de México a Estados Unidos, se impone la subordinación política. Muestra de ello es el despliegue de la Guardia Nacional y la militarización de las fronteras para perseguir y detener migrantes, tal como quería Donald Trump a cambio de no imponer aranceles a los productos mexicanos.
Al respecto, en la conferencia matutina López Obrador celebró que el presidente Trump esté reconociendo el esfuerzo que se está haciendo para cumplir el compromiso de disminuir el flujo migratorio.
También de acuerdo a los deseos de Washington, la Guardia Nacional fue creada para tareas de seguridad pública, lo que constituye la continuidad de la militarización del país iniciada con Calderón y financiada por Estados Unidos mediante el Plan Mérida.
En la conferencia se cuestionó sobre el narcobloqueo registrado ayer en Tabasco, en donde apareció una manta amenazando a la Guardia Nacional. Aunque AMLO minimizó el hecho hablando sólo de una manta (y no de los vehículos en llamas atravesados en la carretera) y dijo que el propósito no es la guerra contra el crimen organizado, sino garantizar la seguridad pública con presencia de la Guardia Nacional para proteger a los ciudadanos, nada garantiza que, si ven afectados sus intereses, los cárteles no vayan a la confrontación con las fuerzas armadas.
Es decir, con la continuidad de la militarización del país, no puede descartarse que se reediten escenarios similares a los de los sexenios de Caderón y Peña Nieto, con miles de muertos, desplazados y desaparecidos, en los que los nexos de sectores de las fuerzas armadas con distintos cárteles del narco llevaron a una escalada desastrosa de la violencia.
