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Red Internacional
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RECAMBIO PRESIDENCIAL EN EE. UU.. La “despedida” de Greta Thunberg a Donald Trump: "Parece un anciano muy feliz"

Parafraseando una antigua burla que le hiciera en Twitter, la fundadora de Fridays for Future bromeó con la imagen del ahora expresidente, negacionista climático declarado, a punto de despegar de la Casa Blanca.

Valeria Foglia @valeriafgl

Miércoles 20 de enero de 2021 13:21

Dicen que quien ríe último ríe mejor: precisamente eso es lo que no ha parado de hacer la joven activista climática Greta Thunberg en redes sociales desde que Donald Trump cayó en desgracia en las últimas elecciones presidenciales norteamericanas. En lo que es una nueva revancha, Greta parafraseó la burla de Trump en Twitter a propósito de su encendido discurso ante la ONU en septiembre de 2019, en el que pronunció la icónica frase “¿Cómo se atreven?”.

Pasaron los meses, se confirmó la derrota de Trump (toma violenta del Capitolio por parte de sus seguidores incluida) y hasta se quedó sin Twitter. Este miércoles 20, a horas de la jura de Joe Biden como 46º presidente de EE. UU., la imagen del magnate a punto de despegar hacia Florida en el Marine One fue un manjar para los ojos de la referente climática. “Parece un anciano muy feliz a la espera de un futuro brillante y maravilloso. ¡Qué lindo de ver!”, tuiteó Greta. Su mensaje se llenó de comentarios e interacciones.

Es la segunda revancha desde el 5 de noviembre cuando, pocos días después de los comicios en EE. UU., Greta usó una de las frases de Trump en su contra para mofarse de su derrota: “Donald debe trabajar en su problema de ira”, publicó en sus redes citando un tuit del presidente en el que reclamaba en letras capitales que “paren de contar” los votos. Greta le recomendó que se calmara (cosa que, como vimos, no hizo).

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El rechazo de Greta a Trump no se debe solo a modales y declaraciones: durante su gestión, además de desfinanciar programas de conservación, se hizo efectiva la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París para reducir emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del aumento excesivo de la temperatura terrestre. Aunque el acuerdo climático lejos estuvo de cumplirse, la salida por parte del segundo país más contaminante a nivel mundial es todo un símbolo de su fracaso. El negacionismo climático de Trump no pasó desapercibido en estos cuatro años: inspiró a ultraderechistas como Jair Bolsonaro y Scott Morrison en Brasil y Australia, respectivamente, cada uno con sus propios desastres ambientales.

Una historia de encontronazos

El ahora exmandatario usó su alcance mundial para burlarse de Greta durante gran parte de su gestión. En septiembre de 2019, el año en que millones se movilizaron en las huelgas climáticas, Greta dio un contundente discurso ante Naciones Unidas, donde pronunció la icónica frase “¿cómo se atreven?”, apuntando a las exigencias que se le hacen a la juventud movilizada. Su potente discurso desató innumerables ataques de la derecha a nivel mundial, especialmente de Trump, quien repitió hasta el hartazgo que la crisis climática es “un invento de China”. Fue allí que la definió como "una niña muy feliz que espera un futuro brillante y maravilloso. ¡Qué lindo de ver!”. Twitter estalló por entonces contra Trump y fue viral la imagen de Greta mirándolo con desprecio en uno de sus fugaces encuentros en la Cumbre de Acción Climática de la ONU.

En diciembre de 2019 volvió la verborrea de Trump contra Greta, esta vez cuando la llamó “ridícula” y le recomendó “relajarse” e "ir al cine con un amigo". Como cada vez que era foco de un ataque público del norteamericano, Greta cambió su descripción de Twitter como forma de ridiculizar la saña de Trump contra su figura y la lucha que expresa.

El último cruce presencial fue en 2020 durante la edición 50ª del Foro Económico Mundial de Davos, donde con un intenso aroma a greenwashing se reunieron los principales CEO y líderes políticos mundiales. Sin nombrarla, Trump había llamado a "rechazar a los profetas de la fatalidad" y exclamó que "nunca dejaremos a los socialistas radicales destruir nuestra economía o erradicar nuestra libertad". En aquel foro Trump se comprometió a plantar billones de árboles, a lo que Greta respondió contundente: “Plantar árboles está bien, claro, pero ni de lejos se acerca a lo que es necesario hacer”.

Biden no es alternativa para superar la crisis climática

Greta Thunberg, que se reunió con Obama en 2019, llamó a votar por Biden contra Trump en 2020. Sin embargo, aunque el ahora flamante presidente de Estados Unidos intentó mostrarse en las antípodas del negacionismo de Trump, expresando la gravedad de la crisis climática para la humanidad y comprometiéndose a regresar al país al Acuerdo de París, su "agenda verde" se deshace cuando sostiene que no prohibirá el fracking si resulta vencedor. "Nunca dije que me opongo al fracking: dije ’no al fracking en terrenos federales’", es decir, dejará que continúe la práctica de fractura hidráulica para extraer hidrocarburos en el 90 % restante.

Su “plan ambicioso” para mitigar y adaptarse a la emergencia del clima consiste en acondicionar edificios, reducir el consumo de energía, apostar a vehículos eléctricos, además de generar supuestamente “18.6 millones de puestos de trabajo”. Pero su “oferta” de ninguna manera implica afectar intereses capitalistas ni reorganizar la matriz energética, de producción y consumo. El propio Biden es responsable, como vicepresidente durante dos mandatos junto a Obama (el que se vanagloriaba de haber perforado más pozos petroleros que nadie), de haber contribuido a que Estados Unidos, principal potencia mundial, esté en el podio de las mayores emisoras de GEI a la atmósfera.

A propósito del quinto aniversario del Acuerdo de París, Greta manifestó que “la crisis climática y ecológica no puede resolverse sin cambiar el sistema”. La esperanza reside en la movilización popular, dice la joven sueca, aunque su estrategia siga siendo de presión y generación de conciencia y no apueste a una transformación revolucionaria. Sin embargo, el movimiento que inspiró (y que hoy festeja su última risa contra Trump) la supera y sumó a vastos sectores sociales que cada vez tienen más claro que el capitalismo y sus políticos no pueden dar salida a la crisis que generaron.