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Red Internacional
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HUELGA DOCENTE EN BRASIL. La dirección del sindicato docente de San Pablo: una barrera para el desarrollo del activismo de base

La huelga de profesores de la red pública de San Pablo viene poniendo sobre el tapete temas como la precarización de la educación, que incluye el trabajo del docente, la disparidad de los salario de los profesores en relación a los demás sectores estatales, ni que hablar de los funcionario políticos, y los efectos del Proyecto de Ley 4330 que amplía la tercerización.

Miércoles 22 de abril de 2015

Pero otro debate también crucial para la huelga docente tiene que ver con la práctica sindical vigente. La política de la dirección petista mayoritaria de la Apeoesp (sindicato docente del estado de San Pablo) dirigida por Maria Izabel Noronha, que se hizo conocida como “Bebel”, demuestra a cada nuevo momento de la huelga que es una barrera contra lo que esta lucha despertó de más importante: un nuevo activismo de base.

El viernes 17 de abril, durante la reunión del Consejo Estadual de Representantes (CER) de Apeoesp que antecede a las asambleas, diversos docentes integrantes de los comandos de huelga que se formaron en varias regiones, distribuyeron una carta. En ella defendían que los comandos de huelga pudiesen tener voz en las asambleas e integrasen la comisión de negociación. Esas demandas son absolutamente básicas para un sindicato realmente democrático, y estuviese efectivamente al servicio de la movilización. Al fin y al cabo son los docentes reunidos en cada comando de huelga quienes están sosteniendo esta lucha hace más de un mes. Son los que están enfrentando la amenaza de las direcciones, los descuentos en el salario, y dedicando todo su tiempo para movilizar a sus pares por una educación pública, gratuita y de calidad para todos. Debería ser incuestionable que definiesen los rumbos de esta lucha y participasen de cualquier negociación hecha en nombre de los docentes.

Sin embargo, en vez de esto, los representantes de los comandos de huelga presentes en la reunión del CER tuvieron después de mucha insistencia e incluso provocación de parte de los dirigentes y asesores de la dirección petista mayoritaria, un discurso de solo 3 minutos para exponer sus demandas, cedida por Oposición Alternativa. Como resultado las reivindicaciones presentadas por negociaciones trasmitidas en vivo a todos los docentes, que los comandos de huelga puedan hacer uso de la palabra en las asambleas, y para que integren las negociaciones, no fueron votadas en el CER y mucho menos nombradas en la asamblea realizada en el hall libre del Museo de Arte de San Pablo (MASP).

La burocratización de los sindicatos ayer y hoy

Maria Izabel Noronha, presidenta de Apeoesp, alegó que no se debaterían las propuestas del comando de huelga porque “herirían al estatuto del sindicato”. En primer lugar no hay ningún ítem en el estatuto de Apeoesp que se refiera a cómo lidiar con los comandos de huelga. En el artículo 22 del estastuto de Apeoesp está puesto que una de las atribuciones del CER es enviar las propuestas a la Asamblea General. La decisión de no votar las propuestas presentadas por el comando de huelga el 17 de abril, ni en el CER ni en la asamblea, no fue técnica. No hay ningún elemento en el estatuto que lo impida. Fue política, y bastante consciente.

La dirección mayoritaria y petista de Apeoesp no quiere darle voz a ese nuevo sector de docentes porque teme perder el control de la movilización. Se trata de una dirección que se encuadra perfectamente en la definición hecha por Trotsky en el texto Los sindicatos en la época imperialista, de que “hay una característica común, en el desarrollo, o para ser más exactos en la degeneración, de las modernas organizaciones sindicales de todo el mundo: su acercamiento y su vinculación cada vez más estrecha con el poder estatal”. Eso significa que los sindicatos no son políticamente neutrales, y han ido asumiendo cada vez más el papel de defensor de los intereses de los gobiernos, que a su vez defienden intereses de sectores de la burguesía. Esa característica descrita por Trotsky en 1940 sigue siendo tan o más verdadera en la actualidad.

Una consecuencia directa de esto, que atiende a la necesidad que tienen los gobiernos y grandes capitalistas de utilizar las direcciones sindicales como verdaderas correas de trasmisión de su control sobre la clase trabajadora, lo que se da es un cercenamiento de la democracia de base. De esta forma, las direcciones sindicales se tornan hostiles, aún cuando no lo declaren abiertamente, de cualquier forma de organización de base que pueda cuestionar su papel.

Esto es exactamente lo que ocurre con la actual dirección mayoritaria de Apeoesp. Más allá de que hayan simplemente impedido que los comandos de huelga se pongan al frente de la lucha, o incluso que sus propuestas sean debatidas en la asamblea, hay innumerables hechos recientes que lo comprueban. La dirección mayoritaria de Apeoesp intentó maniobrar para sumar la asamblea de docentes que declaró la huelga a un acto en defensa del gobierno federal convocado por la CUT, el 13 de abril. No hay independencia política de la dirección mayoritaria de la Apeoesp en las manos del PT y del PCdoB en relación con el gobierno federal.

Además, las asambleas-actos en las que siempre hablan los mismos dirigentes, tanto los de la mayoría como los de las oposiciones, no sirven para organizar seriamente nuestra lucha. Hay que superar de una vez esa práctica en que las decisiones cruciales siguen siendo un juego de negociaciones entre las corrientes, completamente ajeno a los docentes reales. Las asambleas deben ser los espacios soberanos de democracia de base y no solo escenarios en los que las grandes polémicas se reducen a las trayectorias de los actos. Deben expresar y ser conducidas no solo por la dirección sindical sino por comandos de huelga. Contra la demagogia de la dirección mayoritaria petista y del PCdoB, que frente a cualquier crítica y expresión de la base grita “unidad”, decimos que estamos a favor de la unidad, pero de la unidad de los docentes, en la base, con democracia obrera.

Oposiciones que deben ser puestas al servicio de la democracia obrera

Los sectores de oposición que actúan en docentes, en especial los organizados en el PSTU, PSOL, tienen que pasar de las palabras a la acción. A pesar de decir que están de acuerdo con las propuestas presentadas por los comandos de huelga, en el último CER no solo no nombraron ninguna de ellas en sus discursos, sino que tampoco fueron parte de la lucha política para que los representantes de los comandos pudieran expresarse. Si hubiesen utilizado su peso, podrían haber garantizado que esas propuestas fuesen votadas y llevadas a la asamblea. ¿Por qué no abren espacio, cediendo parte de su tiempo en los escenarios de las asambleas estaduales, para que esos profesores se expresen?

Eso ocurre porque la división y los acuerdos entre las tendencias, predeterminados y completamente ajenos a la dinámica de la lucha de clases, terminan prevaleciendo. No se puede estar en contra de los acuerdos en abstracto. Pero entre los que se reivindican socialistas y revolucionarios, sus fundamentos deben ser el avance de la lucha de los trabajadores. En la Apeoesp eso significa luchar contra la burocratización ahí instaurada, no solo entre la dirección petista. Pero para que haya un verdadero control de la base sobre la dirección, incluso sobre los dirigentes de la izquierda, es una lucha tenaz y resuelta por la democracia obrera. Cualquiera que se pretenda “oposición” tiene la tarea inmediata de dar voz a los representantes de los comandos de huelga, en todas las instancias de la Apeoesp.

Recuperar el sindicato como herramienta de lucha de los docentes

Contra los intentos cínicos del gobierno del estado en palabras del gobernador Alckmin, de que “no negocia con la Apeoesp porque no tiene legitimidad”, hay que contestar que quien decide sobre cuál es su sindicato son los docentes. Apoyándose de manera oportunista en el desgaste de Maria Izabel Noronha, Bebel, el gobierno de Alckmin busca vencer a los docentes. No nos engañamos con esa política de los tucanos (PSDB).

Tampoco la salida es la desafilicación sindical, o la formación de otro sindicato, que segmentaría aún más a nuestra clase. La unidad de clase, de los docentes desde las bases, es una conquista que debemos obtener. La expresión de ese nuevo activismo que le dio vida a esta huelga es el punto de partida para la recuperación del sindicato de las manos de la burocracia, y para el inicio de una nueva práctica política, que tenga independencia en relación a los gobiernos, y con democracia obrera.

Esa sería una conquista inestimable ya que sería parte de la recomposición de la confianza de los docentes en sus propias fuerzas, lo que es, dicho sea de paso, la pesadilla del gobierno del estado, y también de la burocracia sindical. Nuestro tiempo exige golpear estructuras carcomidas y superar a los que ponen sus propios intereses por sobre los intereses colectivos.