Este viernes 12 de febrero llegó el Papa Francisco a México, país de los crímenes de odio. ¿Qué tenemos que esperar los integrantes de la comunidad sexodiversa de esta visita?
Sábado 13 de febrero de 2016
México ocupa el segundo lugar en crímenes de odio en América Latina con más de 1218 asesinatos por homofobia en 19 años, los cuales han sido encubiertos por el gobierno diciendo que son “crímenes pasionales” o “ajustes de cuentas”.
Sin olvidar que en muchas partes del país seguimos sin tener derechos ni acceso a los servicios básicos y muchas veces somos despedidos o no contratadospor nuestra orientación sexual o identidad de género y sufrimos de discriminación en nuestras casas, escuelas y centros de trabajo.
Una de las principales luchas que ha dado el movimiento de la diversidad sexogenérica es la de tener plenos derechos en todo el país; como resultado de esta lucha, hemos tenido conquistas como el matrimonio igualitario y la posibilidad de adoptar, conquistas que han sido usurpadas como botín político por diversos partidos. La Ciudad de México, contradictoriamente a su actual nombramiento de “Ciudad Amigable” con la diversidad sexual, ocupa el primer lugar en crímenes de odio en todo el país.
El Papa Francisco contra la diversidad sexogenérica
En este contexto en el que se han obtenido algunas conquistas en derechos de la diversidad sexogenérica, la visita del Papa Francisco es un claro intento de legitimar a este régimen que cercena nuestras vidas.
A pesar de que en los últimos años el Papa Francisco ha intentado limpiar su imagen de la complicidad con la dictadura en Argentina con discursos progresistas a favor de los derechos de la diversidad sexogenérica, al final ha demostrado su postura conservadora ante dichos temas y ha confirmado el carácter reaccionario de instituciones como la Iglesia.
Francisco en varias ocasiones ha demostrado estar en contra de la diversidad como en sus pronunciamientos en contra del matrimonio igualitario y en las declaraciones en las que compara a las personas trans con armas nucleares mientras perdona y respalda pederastas.
Esta visita fortalece también las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Ha habido expresiones conservadoras en algunos sectores de la población que han impulsado marchas en contra del matrimonio igualitario y la adopción homoparental, a lo que se suman propuestas como las del PAN, de crear una comisión de la familia.
Con el aumento de discursos homófobos y machistas por parte de la Iglesia como los del arzobispo de Xalapa, que se ha dirigido de manera despectiva a gays y lesbianas e incluso ha dicho que las madres solteras son una plaga para México y a la vez respaldando comentarios de políticos que se dicen de izquierda como el caso de Andrés Manuel López Obrador.
Mientras la visita del Papa cuesta millones de pesos, son la clase trabajadora, las mujeres, la diversidad sexogenérica y los demás sectores de explotados y oprimidos quienes tienen que pagar el costo de ésta. La Iglesia calla sobre los miles de feminicidios y crímenes de odio y sigue criminalizando a los que decidimos sobre nuestros cuerpos, sexualidad e imponiéndonos roles de comportamiento.
Los integrantes de la diversidad sexogenérica no podemos esperar nada de esta visita ni podemos seguir confiando en este gobierno que con sus alianzas nos criminaliza y asesina.
