El movimiento de la diversidad sexogenérica también fue partícipe de las movilizaciones que inundaron las calles exigiendo la aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa
Viernes 25 de septiembre de 2015
Se cumple un año de la noche negra de Iguala que terminó con la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, junto con el asesinato de otros tres normalistas y tres personas más. Estos hechos el año pasado habían despertado un gran movimiento de rechazo y de cuestionamiento al régimen de conjunto.
Todo este descontento se vio reflejado en las marchas multitudinarias donde a una sola voz se escuchaba el reclamo de “¡Fuera Peña!” y “¡Fue el Estado!”.
El 20 de noviembre, en el momento más álgido del movimiento por Ayotzinapa, cientos de miles de personas inundaron las calles del centro del Distrito Federal, donde no sólo participaban estudiantes sino también trabajadores como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), incluso con la participación de los telefonistas que hicieron un paro de labores.
Pero Ayotzinapa no es un caso aislado. Como parte de esta violencia de Estado miles de mujeres y personas de la diversidad sexual son asesinadas haciendo que México ocupe el segundo lugar en crímenes de odio por homofobia en América Latina.
La diversidad sexual toma las calles
La diversidad sexogenérica fue parte de esta nueva generación de jóvenes y trabajadores que exigían en las calles la aparición con vida de los 43 normalistas. Fue parte de los miles de estudiantes que participaban de las asambleas y los paros y que se enfrentaban a la represión.
El Día del Orgullo no sólo estuvieron presentes las demandas de la diversidad sexogenérica sino también se hizo presente el grito de fue el estado y “¡Fuera Peña!” y la exigencia de castigo a los culpables por la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa
Recrudecimiento de los ataques por parte del Estado
La desaparición de los 43 normalistas forma parte de la degradación del estado en la cual se persigue y asesina a luchadores sociales como el caso del fotoperiodista Rubén Espinosa y Nadia Vera en la Narvarte y de Nestora Salgado que se encuentra presa.
Pero también en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto se han profundizado el ataque a los explotados y oprimidos donde la diversidad sexual es de los sectores más afectados, ya que con las reformas estructurales sus condiciones de vida se vuelven más precarias.
La diversidad sexual a un año de Ayotzinapa
A un año de lo ocurrido en Iguala se hace necesario que la diversidad sexual se una a la movilización en las calles con la consigna “vivos se los llevaron, vivos los queremos” y que luche contra esta violencia de Estado que criminaliza la protesta social. El Estado, con el despliegue de la militarización y la violencia contra las mujeres y la comunidad sexodiversa es también cómplice de la muerte de miles de personas de la diversidad, dado que deja impunes cientos de caso de crímenes de odio por homofobia, como el caso de la chica trans en Chihuahua, el cual la justicia de los ricos quiso hacer pasar por un ajuste de cuentas.
Es fundamental que se unifiquen las demandas de Ayotzinapa, las mujeres y la diversidad sexual para enfrentar a este régimen asesino.