Tras la luz verde de Diputados al impeachment de Dilma, los principales diarios bajan línea al probable futuro gobierno de Temer. La clave, apurar los ajustes a decretazo limpio.
Martes 26 de abril de 2016
La pesada agenda de ajustes que quieren los empresarios y los grandes medios. Reducción salarial, congelamiento de jubilaciones y de beneficios sociales, desvinculación de gastos obligatorios en salud y educación, privatizaciones. Un rosario de maldades que requiere un gobierno fuerte para ser aplicados. Pero ¿cómo podrá hacerlo un gobierno golpista, sin apoyo de la principal oposición parlamentaria, el PSDB? ¿Cómo quedará la economía si fracasa Temer?
Ni bien terminó de consumarse el golpe que llevará a Michel Temer al poder, las señales de alerta resuenan en toda la prensa golpista. Exitosos en su tarea que combinó al PMDB, el PSDB, las investigaciones de corrupción en Petrobras de la operación Lava Jato y el aval al golpe del Supremo Tribunal Federal, los diarios O Globo, O Estado de S. Paulo y A Folha de S. Paulo están preocupados con su criatura.
El día siguiente la aprobación del impeachment en la Cámara, la línea de las editoriales de los grandes medios aconsejaban a Temer conducir las duras medidas económicas exigidas por los empresarios a través de decretazos. Las preocupaciones persisten.
O Estado de S. Paulo dedica su editorial Falta espíritu público y la columna de su importante comentarista Eliane Cantanhêde, una línea de presión sobre los "tucanos" (partidarios del PSDB) para que se comprometan con un futuro gobierno de Temer. Esta línea es reforzada por una entrevista destacada a José Serra, quien dirige un ala del PSDB que quiere asumir cargos en el futuro gobierno y así proyectarse hacia el 2018. Por su parte, las alas del presidente del partido y ex candidato presidencial Aécio Neves, y la del actual gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, se oponen a ello, dejando a Temer, el PMDB y sus socios del PP y PSD haciéndose cargo del costo de un gobierno que nace ilegítimo, golpista y con pesada agenda de ajustes a realizar.
Sin apoyo político a este gobierno, O Estado augura que habrá estancamiento económico y que se hundirá la nación, lo que no traerá buenos resultados al PSDB. Es un llamado de atención a la gravedad de la situación.
O Globo estampa en su artículo El presupuesto a la espera del desenlace del impeachment la preocupaciones con el tercer año seguido de déficit fiscal, es decir, cuando los gastos son mayores que las recaudaciones. Desarrolla la añeja y pesada liturgia de que para librarse de esta situación "que quebró el país" hay que desindexar los gastos con los empleados estatales y jubilados, es decir, que sus ingresos aumenten por debajo de la inflación y del aumento del salario mínimo, además de realizar la reforma previsional. Todo un análisis de la quiebra para exigir acciones rápidas, con apuro. Decretazos ya. Para culminar el golpismo, quieren un gobierno que ataque a través de decretos.
Folha, siguiendo con el hipócrita argumento que reinó en las editoriales de los tres grandes diarios el día del impeachment en defensa de lo que nunca les importa, los empleos y salarios de los trabajadores, se mostró preocupada con el "apartheid social" del país. Para el diario de la familia Farias, habría que librarse de las polarizaciones entre "izquierda" y "derecha" y hacer una reforma previsional y desindexación de gastos (la misma agenda de O Globo), con "mayor justicia tributaria". Quiere promover un cambio grande en el Estado: "Gobiernos mínimos" se titula la editorial. Salido de las cabezas del think tank liberal ILISP y del Movimiento Brasil Libre (MBL), la argumentación neoliberal de Folha se resume en hacer algún cambio en el impuesto a la renta pero promover ataques para que así el gobierno tenga más libertad en el manejo de los recursos y así pueda efectivamente atender las necesidades de la población.
Al igual que los ilusionistas, los grandes medios llaman la atención con ruidosos movimientos de una mano mientras el truco se desarrolla en la otra. En una mano, la demagogia popular sobre el empleo, la salud, en la otra la pesada agenda de ajustes. Sin optimismo, se preocupan por si será posible atacar tanto. De ahí la preocupación de Estadão con la gobernabilidad y la presión sobre el PSDB. De ahí el desprecio de O Globo hacia los "procedimientos democráticos" o los "amplios debates" y la exigencia de decretazos a las apuradas.
En las batallas de las próximas semanas se juegan no solo los momentos del golpe sino cuál será el desenlace de esta pesada recesión económica. ¿Caerá más abajo, sin salida, en una depresión o podrá Temer desde lo alto de su golpismo implementar duros ataques que agraven la recesión pero que a costa de desempleo y pérdidas salariales se erija un futuro lucrativo para felicidad de los empresarios?
Los medios temen el día de mañana porque sacar a Dilma está resultando más fácil que pensar cómo promover el "Puente hacia el futuro". Está preocupada a pesar de que la clase trabajadora, gracias a la inacción de la CUT, no promovió ninguna fuerte acción contra el golpe.
La mayor central sindical del país levanta la voz contra el golpe, pero no le pone fecha a las huelgas que dice que hará. Ella y diversos movimientos sociales afines al gobierno de Dilma dicen estar en contra de los ajustes pero no promueven el verdadero apoyo a las huelgas en curso para que salgan victoriosas, como la de los docentes de Contagem, Minas Gerais, que se enfrentan con el descuento de días caídos por parte del gobierno del PCdoB, o los docentes, estudiantes y estatales de Río de Janeiro, en huelga hace más de 30 días y con más de 71 escuelas ocupadas, que enfrentan un duro ajuste donde los jubilados no han recibido aun sus salarios de abril hasta la fecha.
Sin que el "sujeto peligroso" haya mostrado su peligro, la burguesía se siente libre para exigir más y más ajustes, ir de un golpe institucional a una "normalidad" bonapartista (decretazos) e incluso llenar sus plumas con la tinta de la hipocresía. Como si a Folha le importaran los empleos, como dijo hace una semana atrás, o la salud, como dijo este domingo. Como viene expresando Esquerda Diario, el MRT viene insistiendo en la exigencia a que la CUT, la UNE y la CTB impulsen un inmediato plan de lucha contra el golpe y los ataques de los distintos gobiernos. En este plan de lucha reside la importancia no solo de la viva resistencia al golpe sino de qué organización preparan la clase obrera y la juventud para enfrentar más bonapartismo y más ajustes que los que ya venían siendo impulsados por el PT.