Debate educación. La educación cansada

Parte de este modelo heredado de la dictadura es la evaluación docente, donde a través de pruebas estandarizadas intentan medir el resultado de profesores y profesoras y promover la competitividad entre estos.
Cada año se evalúan cientos de docentes viviendo un fuerte agobio laboral que se suma a las planificaciones de clases, pruebas, creación de material, y las altas exigencias que significa estar insertos en el sistema educativo.
En Chile y en el mundo la implementación del currículum ligado a competencias y con énfasis en la empleabilidad de los estudiantes como parte de una concepción de “Educación para toda la vida” aumentó el número de evaluaciones integradas a todo el sistema escolar. Estos sistemas de evaluación se implementaron desde la educación inicial hasta la superior, agregando procesos evaluativos tanto a estudiantes como a docentes. El objetivo era obtener datos “duros” sobre el desarrollo del proceso educativo y poder así generar políticas correctivas que “ayudaran” a atajar posibles desviaciones o identificar deficiencias.

Pero eso los sistemas edumetricos de evaluación/medición han sido los más utilizados ya que son muy útiles para este tipo de curriculum.

En Chile en particular estos enfoques curriculares fueron ensayados en las universidades hace más de 10 años a través de las actualizaciones en las mallas universitarias (en el pregrado) como requisito del proceso de acreditación y desde el mundo escolar a partir de la reforma y la aprobación de leyes como la evaluación docente.

Tanto en la universidad como en los colegios, los docentes se volvieron instrumentos de réplica del currículum nacional, eliminando en gran parte la reflexión pedagógica y limitando la actividad docente casi exclusivamente a la parte didáctica de la clase Por lo tanto una escuela agobiada no reflexiona más alla de la didáctica pedagógica, necesitamos acabar con el agobio laboral para así tener el tiempo para reflexionar sobre qué educación queremos. , aun cuando la gran mayoría de las actividades propuestas vienen ya en los libros para “docentes”.

Es cosa de revisar cómo los planes y programas propuestos por el ministerio casi no dejan nada al azar y no porque les interesa seguir paso a paso el proceso educativo, sino porque el enfoque que se instaló es ese. La libertad curricular se dejó a los proyectos privados mientras que los establecimientos públicos deben hacer lo que pueden con el curriculum oficial.

Mientras ello ocurre el personal escolar se llena de tareas administrativas, así como el resto de los trabajadores de la educación como los equipos de los Proyectos de Integración Escolar (PIE) deben hacer lo que pueden con las pocas horas que se les asigna para dar cobertura a las enormes deficiencias de todo tipo que sufren las y los estudiantes.

Por eso, desde hace años las y los trabajadores de la educación vienen luchando y exigiendo acabar con el agobio laboral que les aqueja. Y esto es con respecto a la evaluación docente, pero también criticando la precariedad laboral que se vive en los establecimientos. Profesores cansados, trabajadores de la educación agotados, no pueden pensar los procesos educativos más allá del caso a caso. Los consejos escolares rara vez se toman el tiempo para esto y en general las directrices integradas en el Marco para la buena dirección del Mineduc pone todo su énfasis en la “buena gestión” del “recurso humano” y no en cómo reflexionar sobre la propia educación. Una escuela cansada y llena de pega administrativa no cuestiona y mantiene el status quo.
El pasado 8 de septiembre, senadores y senadoras presentaron sus indicaciones a la iniciativa legal que busca poner fin a la doble evaluación docente pero esto ¿Solucionará el agobio laboral?

La situación no figura como una victoria ni un beneficio para el gremio, sino que limita el proyecto de ley a las condiciones que se imponen por la derecha donde tienen mayoría en el parlamento, donde sabemos que seguirán defendiendo un sistema educativo dividido en clases, una educación para quienes pueden pagarla y otra para los sectores más precarizados de la población.

La directiva nacional del Colegio de Profesores ha intentado enaltecer la aprobación general del proyecto de ley, sin hacer una crítica al proceso que podría derivar en una nueva evaluación docente aún más agobiante. Nos quieren hacer creer que habrá una disminución del agobio laboral con aquella ley, pero la realidad es que dejaron de lado luchar por demandas tan sentidas por docentes como lo es el 50/50 en horas lectivas y no lectivas, mayor contratación de profesionales del área de salud mental y convivencia escolar,ya que sabemos que tras la pandemia aumentaron los índices de suicidio y trastornos de salud mental, por lo cual se hace importante contar con psicólogos a tiempo completo y profesionales psicosociales que puedan ayudar a orientar a docentes y apoderados sobre la salud mental de las y los estudiantes.