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Red Internacional
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VACUNACIÓN. La estafa de las farmacéuticas: Pfizer recibe 15,50 euros por dosis y sin responsabilidad ninguna

Se empiezan a desvelar los detalles contractuales de la Unión Europea con las farmaceúticas. La última noticia la ha destapado La Vanguardia y muestra el pago por dosis a Pfizer además de su protección frente a futuros problemas de salud derivados de la vacunación.

Ivan Vela @Ivan_Borvba

Miércoles 21 de abril de 2021

Foto: EFE/EPA/ABIR SULTAN/Archivo

Desde que la vacuna fue una realidad en los laboratorios de las grandes farmacéuticas, se empezaron a redactar los contratos con los gobiernos, y en el caso de Europa, con la Unión Europea.

Desde un inicio se buscó mantener estos lucrativos acuerdos bajo secreto, aduciendo, como es habitual en el capitalismo, a la necesidad de preservar estos datos ocultos para no alterar la competencia ni las negociaciones con otros competidores, en este caso, otras farmacéuticas. Pero lo cierto es que el candado en estos casos se cierra para que no salga a la luz pública los lucrativos y multimillonarios negocios que realiza el sector privado con las instituciones públicas poniendo la alfombra roja.

Pero la presión por conocer los contratos abrió varios de esos candados y obligó a la Unión Europea a hacer públicos los contratos. Eso sí, los amigos de Bruselas se encargaron de distribuirlos con tachones que impedían la lectura de los aspectos más sensibles: precio por dosis, las fechas de entrega o las obligaciones legales de las compañías.

No obstante ahora el diario La Vanguardia ha podido acceder al primer contrato suscrito entre la UE y la farmacéutica Pfizer y se descubren algunos aspectos que vuelven a poner de relieve la estafa y extorsión que están realizando las farmacéuticas, con la ayuda de las instituciones públicas, en este contexto.

Si hace unas semanas un miembro de la Comisión Europea aseguró que el precio de una dosis de Pfizer era de 12 euros, lo cierto es que se quedó corto. El contrato inicial de 200 millones de dosis ampliables a 300 establece un precio de 17,50 euros para los 100 primeros millones y de 13,50 euros para los siguientes, lo que da un precio medio de 15,50€, impuestos aparte.

Para las siguientes 100 millones de dosis, el contrato establece un precio igual, de 15,50 euros si el contrato se ordenaba en los siguientes tres meses. De no ser así, el precio aumentaría a 17,50 euros.

Además de estos precios, el citado documento hace referencia a los daños a terceros que puede ocasionar la vacuna y el papel de la farmacéutica en este punto. Pues bien, una vez las dosis han sido entregadas a los organismos estatales competentes, Pfizer no se hace cargo de absolutamente de ninguna indemnización a terceros. Un auténtico chollo, un juego donde han marcado todas las cartas de la baraja y han escrito las reglas.

Un negocio manchado en sangre

El negocio económico para las farmacéuticas está siendo incontestable. Hace unas semanas salía a la luz pública que Astrazeneca tan solo había soportado un 3% del coste total de la investigación de su vacuna. Apenas 4 millones de los 120 millones que ha costado el desarrollo, mientras el Reino Unido y la Unión Europea habían aportado entre ambos cerca de 80 millones.

Y todo para que finalmente la farmacéutica cuente en su propiedad con la patente y pueda así seguir haciendo aún más negocio. Absolutamente criminal.

Del mismo modo para Pfizer es un suculento negocio, haga el lector una observación rápida. El presidente de Pfizer, Albert Bourla, eleva a unos 1.700 millones de euros la inversión de la farmaceútica para la realización de la vacuna. En enero de este 2021 la UE confirmó la compra de 600 millones de dosis, las cuales sabemos que serán vendidas cada una 15,50 euros.

Es decir, 600 millones por 15,50 euros nos arroja un valor de ventas de 9.300 millones, o lo que es lo mismo, por cada euro invertido en términos brutos Pfizer está recuperando la inversión y ganando 4,5 euros extra. Esto solo por ahora.

Un dantesco negocio que se sustenta en la especulación y la vida y la salud de centenares de millones de personas en el mundo por la covid.

Ante esta situación, y muchas otros detalles que no conocemos por estar aún bajo candado, no hay otra salida racional que la eliminación de las patentes para que las vacunas puedan ser producidas en masa y ser suministradas gratuitamente en todo el mundo, así como expropiando y estatizando las grandes farmacéuticas, acabando así con este criminal negocio.