De casualidad no fue tragedia. Una explosión impactante muestra la precarización del trabajo en Siderar. Los responsables: la patronal, la burocracia sindical y el gobierno. Naldo Brunelli sintetiza esa tríada.
Federico Berg @fedeberg80
Viernes 6 de agosto de 2021 10:34
Ayer se viralizó el video de una explosión en la acería LD de Siderar. Este desastre no se convirtió en tragedia por casualidad, porque si explotaba una hora más tarde podría haber afectado a decenas de trabajadores. Con estos métodos, Paolo Rocca, el hombre más rico de la Argentina, mantuvo por años ganancias fabulosas que le permitió comprar acerías por todo el mundo. Naldo Brunelli, dirigente de la UOM local y candidato del Frente de Todos, es su principal aliado.
El poder político de turno mantuvo siempre una alianza estratégica con la patronal de Siderar, ya desde que Rocca se hizo de la empresa estatal SOMISA dejando en la calle a 8.000 trabajadores. También la burocracia sindical de la UOM, que participa de los negocios desde las contratistas y con acciones de la propia empresa heredadas de la privatización.
El aumento de los ritmos de producción, y las tercerizaciones, profundizaron la flexibilización laboral legitimada por las leyes menemistas. Uno de los diputados que votó a favor de esa reforma laboral, aún vigente, fue el por entonces diputado Naldo Brunelli. A partir de ahí, Rocca no paró de recibir todo tipo de ayuda y ventajas, ni de aumentar los ritmos de producción. La última expresión de esto fue el acontecimiento grave ocurrido en la acería LD, donde explotó uno de sus convertidores.
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Una alianza estratégica que promete mayores ganancias
En el año 2013, cuando el actual gobernador Axel Kicillof fue parte del directorio por parte del Estado, Rocca terminó de cerrar uno de sus objetivos: hacerse de su brazo político. Lo encontró en Axel. Tampoco en esos días se hablaba de mejoras en la situación laboral, que había llevado a una muerte por año por accidentes laborales. También fue en 2013 se empezaron a acordar aumentos en cuotas con paritarias a la baja de por sí miserables, y se establecieron los contratos de un mes para jóvenes ingresantes en la planta, por citar algunos ejemplos.
Además de los grandes negocios que hace Techint con el Estado, Siderar recibe subsidios millonarios que financian sus ganancias. A partir de esta experiencia en común nació una alianza estratégica, Rocca lograba unir la santísima trinidad de los negocios: la burocracia sindical, el poder político y la patronal directamente como socios y partícipes.
Durante la pandemia se aceleró el avance sobre las conquistas obreras. Se implementaron los turnos de 12 horas luego de que Siderar consiguiera que se incluya su actividad como "trabajo esencial" según decreto presidencial. En una acería donde se debería trabajar 6 horas, por las duras consecuencias que tiene sobre la seguridad y la salud de los trabajadores, la "alianza estratégica" de Rocca con el gobierno y la burocracia sindical logró duplicar esa jornada laboral, a contramano de lo que se está discutiendo en todo el mundo.
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¿Política de empresarios o política de trabajadores?
La explosión en SIDERAR tiene claros responsables. Ni siquiera se pronunció Naldo Brunelli, uno de los principales responsables de esta desidia y entrega, que encima se postula a diputado provincial a la cabeza del Frente de Todos. Sería un nuevo paso en su avance sobre las conquistas obreras que permita homologar el ataque al convenio con una nueva reforma laboral. La patronal de Techint avanza estratégicamente, ubicando a sus socios para conquistar sus objetivos.
Desde el Frente de Izquierda de los Trabajadores - Unidad repudiamos enérgicamente cada una de estas políticas que nos empujan a un desastre mayor, en las que la vida de los trabajadores importa menos a estos empresarios que sus ganancias. Exigimos que se tire abajo la jornada de 12 horas y la tercerizaciones que llevan a estos desastres al borde de verdaderas catástrofes. Que se pase a planta permanente a todos los precarizados, y que se terminen las persecuciones y apretadas que no le permiten a los trabajadores cuestionar ni reclamar, amenazados con perder el trabajo, mientras sus dirigentes no responden a los WhatsApp ni mucho menos a los reclamos.
Por esto impulsamos el proyecto de Nicolás del Caño, precandidato a diputado nacional por el FIT-Unidad, que plantea la reducción de la jornada laboral a 6 horas, 5 días a la semana para repartir las horas entre trabajadores ocupados y desocupados. Hay que terminar con la política de los empresarios, y apoyar la política de los trabajadores.