“Por favor necesitamos que se comuniquen con nosotros”, dicen los seres queridos del hincha muerto el 6 de octubre por la represión de la Bonaerense en La Plata. Ante irregularidades judiciales y maniobras políticas, buscan sumar testimonios de quienes “hayan sufrido efectos” como lesiones, problemas respiratorios y otras consecuencias del ataque policial.
Daniel Satur @saturnetroc
Lunes 5 de diciembre de 2022 18:37
Foto Télam
Tras recibir nuevas muestras por parte del Poder Judicial del escaso interés por investigar a fondo qué pasó la noche del 6 de octubre dentro y fuera de la cancha de Gimnasia y Esgrima La Plata, la familia de César “Lolo” Regueiro realizó en las últimas horas un llamado solidario a quienes sufrieron esa represión de la Policía. El objetivo es demostrar, a partir del testimonio masivo de las propias víctimas, el nivel de violencia con el que actuó la Bonaerense en un operativo con gases, palos y balas cuyo saldo trágico fue el fallecimiento del hincha de 57 años y decenas de heridos.
La iniciativa de la familia surge luego de que desde el poder político provincial se intentara, nuevamente, instalar la idea de que Lolo no murió por la violencia policial desatada en la cancha sino por causas prácticamente “naturales”. Para eso, en los últimos días circuló la versión de que la reautopsia realizada a su cuerpo (pedida por la familia) habría confirmado los resultados de la primera.
Como informó hace poco más de una semana La Izquierda Diario , la nueva autopsia dio serios indicios de que el deceso de Regueiro no se produjo por un “paro cardíaco no traumático”, tal como intentó desde el principio instalar el Gobierno a través del ministro de Seguridad Sergio Berni. En la nueva pericia se hallaron infiltraciones hemáticas (sangre) en la parte posterior de la cabeza y en los dos costados del torso. Algo que, analizado en contexto, no puede soslayarse.
La primera autopsia se había realizado a horas del fallecimiento en el Instituto de Ciencias Forenses de Lomas de Zamora. Sin aplicación del Protocolo de Minnesota (exigido para crímenes en contexto de la llamada “violencia institucional”), esa pericia indicó que no hubo ningún hecho externo que haya producido la muerte de Regueiro. Y a su vez, para estudiar la cabeza se realizaron incisiones nada ortodoxas que podrían haber borrado la herida que familiares de Lolo aseguran haber visto cuando estaba internado en el Hospital San Martín de la capital bonaerense.
La segunda autopsia se realizó el jueves 24 de noviembre en la Asesoría Pericial de La Plata, dependiente de la Suprema Corte bonaerense. Allí participaron peritas y peritos tanto de la familia como del Ministerio de Seguridad (es decir, de la Policía). En una próxima nota se analizarán las diferencias en las conclusiones de las partes, que impidieron la firma conjunta de un informe final. Aquí alcanza con decir que se constató que en la primera autopsia no se habían informado elementos importantes, como esos rastros internos de sangre. Un “favor” que supo aprovechar muy bien Berni para justificar la supuesta inocencia de la Policía en la muerte de Lolo.
“Necesitamos la colaboración de los hinchas”
En comunicación con La Izquierda Diario, Sergio “Lolito” Regueiro explicó el motivo de la convocatoria lanzada en las redes sociales. “Necesitamos describir la violencia que sufrió la gente esa noche, si bien los cuerpos y los organismos no son todos iguales, hay mucha gente que la pasó realmente mal”, dice el hijo de Lolo. Y pone su propio ejemplo. “Yo estuve ahí y sentí que me moría por el gas, en un momento quería correr, pero por la cantidad de gente que había no sabíamos para dónde disparar. Después pude empezar a respirar mejor, pero el ardor de los ojos era insostenible”, recuerda.
En los últimos días, el fiscal Juan Menucci les dijo a algunos familiares que, si no surgen más denuncias en el expediente, “es muy poco lo que se puede hacer” para avanzar sobre determinadas líneas investigativas. Si bien es mucho lo que podrían hacer (tanto él desde la UFI 5 como el juez Agustín Crispo desde el Juzgado de Garantías 6 de La Plata), lo cierto es que esa definición no cae nada bien en quienes buscan verdad y justicia por Regueiro.
Esa “confesión” del fiscal motivó que la familia salga a pedir públicamente ayuda a quienes sufrieron las consecuencias de la represión y aún no fueron a declarar en la causa. “Es lo que nos puede permitir avanzar en demostrar que mi papá tuvo una muerte violenta, no como quieren hacerle creer a la gente”, dice Regueiro. En concreto, piden “que se contacten con la familia quienes recibieron balas de goma o sufrieron por los gases y otros tipos de violencia de la Policía”.
“Si fueron más de 28.000 personas, como se dijo, nos serviría un montón que la mayor cantidad de gente testimonie lo que pasó esa noche. Fuimos muchos los que la pasamos muy mal, hubo mucha gente que fue atendida en distintos hospitales, pero en muchos casos no está asentado”, ejemplifica Lolito.
En el posteo que hicieron en las redes sociales figuran su teléfono y el de su hermana Oriana. “Que se comuniquen con nosotros, les explicamos bien cómo viene la mano y, si están de acuerdo, organizamos una lista para ver cómo presentamos todo en la Fiscalía”, concluyó ante la consulta de este medio.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).